...más de 40 años en la Arquitectura

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 “La Enseñanza Ecológica en Arquitectura como una solución académica ante la Crisis Energética”.

El Ser Humano desde su aparición en la faz de la tierra hasta nuestros días se ha manifestado como el principal detonante de la crisis ambiental y principalmente del cambio ecológico, es un voraz destructor de su hábitat, ya que es el único habitante del planeta que modifica y destruye la naturaleza por gusto y para su propio beneficio de esta manera será el causante de su propia desaparición, si no detiene el acelerado proceso de destrucción del planeta.

Su evolución histórica, científica y tecnológica en los diferentes estadios de vida, se ha caracterizado por la falta de conciencia ambiental, su falta de respeto a la naturaleza, se ha dedicado a la depredación del medio ambiente, al no tener un nicho ecológico ni un periodo de crecimiento demográfico como la mayoría de las especies, se ha propagado por todo el mundo, desde los polos hasta las zonas ecuatoriales, ensuciando y destruyendo todo a su paso, consciente del deterioro que está cometiendo, en su afán de superación olvida que todas las cosas en la naturaleza no existen por azar, que cada especie ocupa su lugar y tiene un rol en los diferentes ciclos ecológicos del planeta.

Ha destrozado el planeta sin conciencia abusado de los recursos que le brinda la naturaleza en su beneficio, no está mal que intervenga en cierta medida en el ciclo natural, pero es necesario siempre respetar el equilibrio interno elemental del medio ambiente.

Las selvas fuentes de oxígeno y energía, depuradores atmosféricos, están siendo atacadas intensamente y quemadas, la tala incontrolable de árboles, la transformación de áreas naturales, intervenidas las cadenas biológicas con cultivos transgénicos que modifican las plantas y envenenan los terrenos al fumigar sin medida los cultivos y alteran las condiciones naturales; la caza desmedida de diferentes especies animales y su reemplazo con hatos ganaderos, la mortandad de toda clase de animales del mar por la pesca industrial exceden la capacidad de reproducción de las especies. Ante esta situación se deben proponer planes de sustentabilidad y áreas de protección integral

El Ser Humano a través de la ambición, el egoísmo, la envidia y el poder sin mediar ningún proceso consciente de autodestrucción; a lo largo de su evolución ha hecho miles de guerras donde quedan millones de muertos, zonas devastadas y destruidas, además es el principal consumidor de drogas y estupefacientes, buscando el progreso y su permanencia en el planeta ha modificado y transformado genéticamente virus y bacterias, algunas con resultados benéficos pero también ha creado pandemias letales.

El desarrollo técnico y científico del hombre se refleja en el calentamiento gradual de la Tierra, principalmente por el agente calorífico CO2 bióxido de carbono consecuencia de la industria petroquímica, de la combustión de carbón, gas y petróleo en la industria, fabricas, del monóxido de carbono de los vehículos. En función de estos elementos se han desarrollado una gran cantidad de efectos, como el aumento de la temperatura ambiental del Planeta, la nieve se derrite en las montañas, las áreas polares y los icebergs se deshielan, el nivel de las aguas marítimas sube, en las zonas templadas se sufre de aumento de temperaturas y en los trópicos y el ecuador las gente muere de calor.

Lo más preocupante la falta de control del crecimiento de la mancha urbana y de la construcción de edificios, que en pos de un mal concebido desarrollo urbano invaden antiguas zonas de reserva, que van contaminando con emisiones de CO2, basura y desechos tanto sólidos como orgánicos las fuentes acuíferas superficiales y subterráneas y además el daño que se causa al desforestar el planeta.

A partir de la revolución industrial, se crea una interdependencia global, y da inicio una paulatina rápido crecimiento poblacional, desarrollo urbano incontrolable, escasez de agua, deforestación, erosión de suelos, de su lucha desesperada para evitar la autodestrucción, calentamiento global, derretimiento de los polos, crisis alimenticia, crisis energética, crisis financiera, destrucción de la capa de ozono, deforestación, y más, son el resultado de años de irresponsabilidad e ignorancia; el continuo avance de los desiertos y los deshielos, son solo algunos ejemplos. Gobiernos inconscientes y débiles han fallado y colapsado bajo la creciente presión de problemas.

El reto para la actual generación es empezar una nueva economía para el mundo, porque continuar con el modelo actual basado en la quema de combustibles fósiles y la economía del desecho está destruyendo y acabando con la eco-economía del planeta y orillando a la civilización al punto de quiebre. Es necesario plantear soluciones que permitan  estabilizar el clima, estabilizar la población, erradicar la pobreza y restaurar los ecosistemas de la tierra.

El siglo XXI nació gritándole a la humanidad la consecuencia de nuestros actos. Hablándonos acerca de la necesidad de cambiar nuestras costumbres y hábitos de consumo, debido a que empezamos a sentir los efectos del calentamiento global y al ver que los recursos naturales del planeta se están agotando. El  Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), ha hecho llamados a la humanidad acerca de la necesidad de cambiar nuestros hábitos de consumo por aquellos que sean sustentables y que logren una relación más amigable con la naturaleza.

El crecimiento económico depende de la sociedad que provee los recursos  humanos y de capital necesarios para la producción; es la sociedad también la  que determina los patrones de consumo que inciden sobre las decisiones que  adoptan las empresas; así mismo dicho crecimiento modifica los intereses y características de la población; el ambiente recibirá los residuos sólidos, líquidos y gaseosos que la sociedad genere; la producción dependerá de las disponibilidad de recursos naturales; etc.

La demanda de enormes cantidades de energía para el funcionamiento del desarrollo sustituyendo la utilización de fuentes fósiles por energías limpias y ecológicas tanto activas como pasivas seguramente aumentará la capacidad industrializada y su funcionamiento. El cambio de una agricultura intensificada por una la falta de alimentos para todos, la pérdida de ciudadanos especializados, el agotamiento de recursos básicos como acero, aluminio y cobre, y además sin las capacidades técnicas para reciclarlos y reusarlos.

El desarrollo sostenible significa: la implementación de tecnologías apropiadas y amigables con el medio ambiente que sean adaptable al medio local y que mediante la aplicación tecnológica sean eficientes y no dañinas. La calidad de nuestros conocimientos sobre ecología y sobre tecnologías aplicadas dependerá de nuestro empeño hacia las ciencias y las tecnologías, de las ciencias de la información, economía, ciencias sociales y leyes.

Desarrollo sostenible es aquel desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la posibilidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.

Los principios de la arquitectura sustentable incluyen:

  • La consideración de las condiciones climáticas, la hidrografía y los ecosistemas del entorno en que se construyen los edificios, para obtener el máximo rendimiento con el menor impacto.
  • La eficacia y moderación en el uso de materiales de construcción, primando los de bajo contenido energético frente a los de alto contenido energético.
  • La reducción del consumo de energía para la calefacción para calefacciónrefrigeracióniluminación y otros equipamientos, cubriendo el resto de la demanda con fuentes de energía renovables.
  • La minimización del balance energético global de la edificación, abarcando las fases de diseño, construcción, utilización y final de su vida útil.
  • El cumplimiento de los requisitos de confort higrotérmicosalubridad, iluminación y habitabilidad de las edificaciones.

La eficiencia energética es una de las principales metas de la arquitectura sustentable, aunque no la única. Los arquitectos utilizan diversas técnicas para reducir las necesidades energéticas de edificios mediante el ahorro de energía.

Producción de energías alternativas en edificios

·         Reciclado energético

·         Materiales sustentables

·         Manejo de residuos

·         Reciclado de estructuras y materiales

·         Materiales reciclados

·         Arquitectura y sostenibilidad social

·         Certificación, calificación y etiquetado ambiental

  • La investigación sobre materiales amigables con el medio ambiente.
  • Investigar sobre sistemas constructivos sostenibles
  • Investigar sobre la implementación de sistemas de aprovechamiento pasivo de energía
  • Solar
  • Eólica
  • Hidráulica
  • Reciclado y aprovechamiento de residuos sólidos
  • Reciclado de aguas grises, negras y pluviales.

La Historia de la Arquitectura está plagada de ejemplos de devastación ecológica por parte del crecimiento de ciudades y poblaciones sin un criterio consciente del equilibrio natural. El egoísmo humano y su afán de sobresalir le ha inducido a la creación de obras monumentales y/o domésticas que han destruido los contextos naturales.

La Arquitectura dentro del contexto evolutivo de las sociedades humanas, ha participado en gran medida en el proceso de deterioro, al marginar dentro de su quehacer cotidiano el factor ecológico y de protección ambiental. Porque su principal función ha sido dar comodidad, protección y habitabilidad espacial al Ser Humano con una total y absoluta falta de responsabilidad ambiental, ha invadido áreas naturales, tanto terrestres como acuíferas, convirtiéndolas en grandes planchas de concreto y extensos campos edificados, que modifican en gran medida las condiciones ecológicas del contexto natural.

De ésta manera es muy importante considerar que el trabajo desarrollado hasta el momento dentro del campo de la construcción, ha afectado las condiciones ecológicas del planeta, al modificar los entornos naturales y cubrirlos de concreto. Ésta situación no es nueva se ha manifestado a lo largo de la historia del Ser Humano. Desde la prehistoria hasta nuestro días.

Dentro de la enseñanza de la Arquitectura, se ha olvidado en su contenido curricular y pedagógico la formación profesional de Arquitectos con una responsabilidad ecológica y un respeto al contexto ambiental. Es el momento de generar una estructura académica que dé prioridad a la conciencia ecológica dentro de la formación académica del Arquitecto, el Ingeniero, el Constructor y el Urbanista para enfrentar la crisis ambiental a la que el mundo enfrenta.

La sostenibilidad es una práctica que toma más fuerza cada día en el ámbito de la Arquitectura y la construcción, por lo que no es sorprendente que cada vez podamos ver más ciudades sostenibles y edificios verdes que atraen la atención no solo de quienes se encuentran inmersos en el tema sino también del público en general, y es que además de sus cualidades amigables con el medio ambiente, muchos tienen envidiables diseños que ofrecen belleza arquitectónica al servicio de una ciudad mucho más ecológica.

Por ésta razón es importante poner atención en la preparación de los futuros arquitectos para que se desarrollen íntegra y éticamente como sujetos del cambio sustentable en la arquitectura, el diseño y la construcción. Porque solo a través de la educación y la concienciación del estudiante podemos construir un ejército de profesionales comprometidos con el quehacer arquitectónico y con su planeta así como la supervivencia y confort del género humano.

Ante una situación tan conflictiva es necesario establecer una estructura educativa que permita acceder a soluciones precisas sobre la problemática ambiental sin menoscabo del desarrollo económico y social del Ser Humano, es por tanto necesario plantear un proyecto que dirija el desarrollo por un plano sostenible que respete la convivencia ambiental y favorezca el crecimiento personal, social y ecológico del planeta.

Promover una estructura pedagógica como base para el futuro de la humanidad que se sustente en el respeto ambiental, la protección ecológica y la cooperación internacional a favor de prácticas, políticas y programas innovadores de educación para un desarrollo sostenible.

Una educación sostenible habrá de apoyarse en planteamientos éticos y pedagógicos que permitan una visión correcta de la problemática actual y la optimación en la toma de decisiones para su solución. Una adecuada educación ambiental para el desarrollo sostenible no es compatible con una percepción simplista de la situación, en particular, con el impulso al capitalismo extremo que tiene por finalidad la riqueza de unos pocos en contra de la marginación de los demás y la destrucción de los recursos naturales. Lo cual resulta claramente contradictorio con las metas de un desarrollo sostenible necesaria­mente global.

Es muy importante señalar cuáles deben ser los cambios en actitud y comportamiento de los Seres Humanos que una educación sostenible debe promover, la responsabilidad de cada individuo, incluyendo las acciones concretas a realizar para su realización.

Primero en importante concienciar el consumo responsable o sostenible (reducir, reutilizar y reciclar), desde la alimentación, la eliminación de los desechos sólidos  e industrializados, el transporte, el uso de sustancias contaminante; la búsqueda de sustitutos sostenibles en la construcción, las instalaciones y los materiales utilizados, desde su fabricación hasta su consumo, la planificación familiar, compensar los efectos de acciones que contribuyan a la degradación ambiental. Producir y consumir productos realizados con procedimientos sostenibles, respetuosos con el ambiente.

Es necesario implementar  sistemáticamente una educación sostenible, como prioridad central en el Sistema Educativo Mexicano y principalmente en la educación superior, es decir, en la formación de los futuros profesionales de las diferentes áreas de conocimiento. Uno de los retos fundamentales que se nos presentan, es la estrecha vinculación de los problemas, que han adquirido un carácter global, y que exigen una solución global. Una transformación en el concepto de Cultura hacia la conservación y regeneración de los recursos no se pueden permitir acciones aisladas, se requiere de medidas conjuntas para una adecuada gestión política y social de los recursos vitales en los campos de energía, construcción, desarrollo urbano, movilidad, crecimiento demográfico, etc., que abarquen el conjunto de las actividades humanas.

Se requiere de acciones educativas que transformen los conceptos de vida, los hábitos individuales y sociales, las perspectivas que orienten las acciones fundamentales para avanzar hacia una sociedad sostenible: desde la transformación de la competitividad en cooperación para superar el desequilibrio imperante. Para obtener soluciones tangibles se requieren estudios científicos que permitan una correcta comprensión de la situación y la construcción de medidas pertinentes.

Es importante el incorporar en el currículum de los diferentes niveles educativos y muy en particular en la educación superior, la educación a la sostenibilidad como objetivo, para la  formación integral de los futuros profesionales que requiere el mundo. Así mismo estructurar una serie de acciones que contribuyan a un futuro sostenible en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana: actividad profesional responsable, actuación ciudadana, responsabilidad social, política y económica. Esta atención a la sostenibilidad en la educación, respondiendo a los llamamientos de instituciones y organismos internacionales, ha ido creciendo en los últimos años y se ha incorporado

Porque solo la educación puede proveer la energía necesaria para revitalizar tan profundamente la conciencia pública, los objetivos deben ser el promover la educación como base para una sociedad sostenible y consolidar la cooperación internacional para difundir información sobre el ambiente.

Puesto que los temas ambientales están profundamente interconectados, lo esencial de este concepto, es el principio de que sostenibilidad no solo considera el entorno ambiental, sino también la pobreza, la población, la salud, la seguridad alimentaria, la democracia, los derechos humanos y la paz; por lo que la solución requiere un replanteo esencial del modo de vida de la civilización.

Para poder implementar la educación sostenible en el campo de la Arquitectura y la construcción es importante que el alumno de Arquitectura, ingeniería y áreas afines aprendan en su etapa de información superior el concepto de sostenibilidad como recurso para salvaguardar el futuro del planeta. Al mismo tiempo, es importante también que los movimientos ciudadanos y comunitarios participen como promotores de un conocimiento más profundo en la sociedad acerca de la crisis del entorno global.

La meta de la educación ambiental en el campo de la Arquitectura, la Ingeniería y la Construcción es la de integrar las relaciones entre el ser humano consigo mismo y con la naturaleza; se busca que los estudiantes tengan conciencia del medio ambiente y se interesen por los problemas inherentes al mismo dentro de su quehacer profesional. De modo que, su comportamiento sea amigable y compatible con su entorno, que les permita proveer la materia prima para realizar un beneficio social.

Al adquirir valores sociales y participar activamente en programas y proyectos de protección y mejoramiento del entorno, el alumno conforma y se sensibiliza en el pensamiento complejo planificador de su aprendizaje y la toma de decisiones; obtiene los conocimientos básicos para comprender los fenómenos ambientales, promover el diálogo entre la comunidad, la preservación de los recursos naturales, desarrollar el sentido de la responsabilidad ambiental, examinar los principales problemas de carácter local, municipal, regional, nacional e internacional y establecer estrategias para el aprendizaje y la investigación, realizando trabajos de campo con profesores y habitantes locales, que establezcan lazos de comprensión y apoyo en la solución de proyectos ambientales.

El reto que tiene la Educación Superior para el Desarrollo Sostenible, es el de abordar diagnósticos amplios que permitan objetivar los avances y evaluar los resultados de las acciones a corto, medio y largo plazo. Las acciones de educación ambiental no tienen por qué ser estrictamente individuales ni estar limitadas a la intervención escolar, porque los marcos de referencia de la sostenibilidad exigen intervenir desde la multiplicidad de contextos profesionales, sociopolíticos, empresariales, asociativos y no gubernamentales de cada territorio.

La educación ambiental como programa en los planes de estudio en las carreras de formación profesional de las universidades, deben estar orientados a crear conciencia sobre los efectos de las actividades humanas en el deterioro del ambiente donde habita el hombre, por lo tanto debe contribuir a formar y capacitar no sólo al estudiantado sino también a los gestores, planificadores y a quienes toman las decisiones para que orienten sus valores y comportamiento hacia el uso racional de los recursos y por ende, hacia una relación armónica con la naturaleza, además debe referirse a la incidencia de lo económico, que impide transformar radicalmente las estructuras de gestión y distribución de los recursos de la tierra

Desde la aparición del ser humano en la faz del planeta, se inicia un proceso gradual de deterioro del entorno ambiental en función de las modificaciones que la acción humana provoca. Primero la agricultura y la domesticación de los animales modifica el entorno natural, luego el nacimiento de las ciudades y su expansión por el cambio de las actividades productivas, las invasiones, las guerras y principalmente el atractivo que estas ejercían sobre las zonas rurales.

Las ciudades donde se concentraba el poder gubernamental y religioso eran principalmente centros de actividades terciarias administrativos, financieros, religiosos y políticos crecieron debido a la migración por la importancia que iban adquiriendo por su oferta educativa y comercial; esto permitió la llegada de grandes inversionistas y comerciantes que requerían mercados y principalmente de la seguridad, del crédito y de la administración para sus compañías.

Con la llegada de revolución industrial, ésta situación se dispara atrayendo gran cantidad de familias rurales campesinas o artesanas que transformaron su vida cotidiana convirtiéndose en la fuerza obrera que alimentó la industria. El crecimiento de la población trajo nuevos empleos y fuentes de riqueza, provocando el hacinamiento inicial y posteriormente el crecimiento desbordante de las áreas urbanas, trasformando el paisaje natural.

Además, esta actividad se caracterizó por una mayor demanda de materia prima;
la explotación y traslado tuvieron graves repercusiones ambientales depredando áreas naturales y modificando los sistemas ecológicos afectando su perfecto equilibrio. Si bien las actividades rurales requerían espacios para su desarrollo agrícola, ganadero y artesanal, la actividad industria comenzó la invasión apoderándose de los mejores terrenos para implantar fabricas e industrias, ya que para activar esta creciente función necesitaban de terrenos donde se pudiese adquirir agua y los energéticos necesarios y abundantes y fáciles de obtener. Además el transporte del producto elaborado requería de rutas seguras y agiles que le permitieran transportarlas a grandes distancias, ahí se determina la importancia y desarrollo del ferrocarril y sus rutas a lo largo del paisaje rural.

 
Con el paso del ferrocarril los terrenos aledaños que no eran propiamente ciudades, pronto se llenaron de habitantes y se convirtieron en grandes asentamientos humanos con vocación comercial y de servicios; al introducirse algún tipo de actividad industrial, la metrópolis fue absorbiendo sus terrenos convirtiéndolas en ciudades satélites conurbadas.

Éstos cambios en el paisaje afectaron profundamente el equilibrio ambiental principalmente por la contaminación atmosférica de gases venenosos que producían los parques industrias; al mismo tiempo que al verter los desechos químicos sin control se contaminaba también los ríos, mares y cualquier fuente o manantial que anteriormente alimentaban del líquido a las ciudades, además afectó las actividades pesqueras y los asentamientos cercanos por los riesgos que representa para la salud.

La falta de un control urbano por parte de las autoridades y la falta de conciencia ecológica de los urbanistas, seguirá alentando este crecimiento, lo cual supone grandes desafíos, necesidades y problemas, por la demanda de infraestructura, equipamiento transporte, vivienda y servicios básicos.

La emisión de contaminantes tóxicos por el uso indiscriminado de los energéticos de origen fósil, el incesante crecimiento de una mancha urbana no controlada, la contaminación atmosférica producto de industrias, vehículos de transporte y los desechos tóxicos, representan un riesgo creciente al considerar que el 54% de la población mundial reside en áreas urbanas y que se prevé que en pocos años llegará al 70%.

Por eso es necesaria una educación ecológica sustentable que proponga una  planificación urbana eficaz, así como el desarrollo de una infraestructura racional que permita mantener una calidad de vida capaz de sostener y apoyar a las empresas, la industria y el comercio, la gestión de servicios básicos como el suministro de agua y electricidad, el alcantarillado y la movilidad, el ahorro de energía, la reducción de la contaminación, el aprovechamiento racional de los recursos naturales, el aprovechamiento pasivo y activo de las energías solar, eólica, pluvial, etc., el desarrollo de nuevas tecnologías limpias y principalmente el uso de materiales no contaminantes y amigables con el entorno ambiental.

Por su parte la construcción de edificios y espacios públicos, ha participado en gran medida en el proceso de contaminación ambiental y cambio climático, debido a que es la causante de la emisión del 24% de CO2 en la atmosfera y la acumulación de calor por parte de las grandes extensiones de capas de concreto que se extienden en las áreas urbanas. Así como de la gran cantidad de residuos sólidos producto de la demolición. El sector de la construcción es el responsable del 50% de los recursos naturales empleados, del 40% de la energía consumida y del 50% del total de los residuos generados.

Es muy importante considerar que la contaminación ambiental no solo afecta al equilibrio ecológico natural, sino que también está presente en el interior de los edificios, por eso es imprescindible que se considere la influencia nociva o toxicidad que sobre el medio ambiente, y de manera general, impactan los edificios y sus componentes, así como los materiales de construcción y las instalaciones.

Algunos materiales de construcción tienen efectos nocivos para la salud y el medio ambiente. Estas substancias tienen estructuras moleculares que no se hallan en la naturaleza, por lo que los ecosistemas no están preparados para procesarlos fácilmente. Aún no se conocen sus efectos a largo plazo.

La mayoría de los materiales de construcción presentan una gran cantidad de químicos tóxicos (por lo general productos derivados del petróleo), su exposición frecuente no sólo afecta la salud del organismo humano sino también contaminan al entorno ambiental por ejemplo el concreto y ciertos tipos de granito pueden ser radiactivos; los ladrillos refractarios contienen distintos porcentajes de aluminio tóxico. Por su parte las instalaciones eléctricas de un edificio así como los electrodomésticos que se utilizan frecuentemente producen campos magnéticos y eléctricos que alteran el equilibrio orgánico. Las tuberías de cobre para agua con soldadura de plomo desprenden partículas de este metal. Otros materiales filtran radiaciones naturales que son necesarias para una vida saludable.

Muchas pinturas, barnices y materiales sintéticos emanan gases tóxicos (fenoles, formaldehídos, benceno, tricloroetileno y otros). Otros materiales contienen plomo, mercurio o arsénico. Los cuales originan daños al sistema nervioso, inhiben el transporte de oxígeno y calcio. El radón es un gas radiactivo que no tiene olor ni color y puede encontrarse en casi todos los tipos de suelo, incluso en las rocas y el agua, este gas proviene de la descomposición natural del uranio. En general, el radón se mueve hacia arriba, a través del suelo, hasta el aire que se respira y puede llegar a causar cáncer de pulmón.

Los materiales aislantes tanto de origen mineral como el amianto o asbesto o de fibra de vidrio son peligroso cuando se dispersan en el aire en forma de fibras diminutas invisibles a simple vista; su uso está prohibido por su alta toxicidad son carcinógenos, ocasionando graves dificultades respiratorias y cáncer de pulmón y su resina plástica aglutinante tiene fenolformaldehido. Por su parte los aislantes de espuma plástica (poliuretano o PVC) provocan emanaciones volátiles de componentes y humos muy tóxicos cuando se inflaman.

Los procedimientos constructivos tradicionales también afectan el equilibrio ecológico debido a su actividad química en contacto con el suelo; por ejemplo el uso de concreto en las cimentaciones conlleva inconvenientes considerables como la inestabilidad de la mezcla de cemento Portland cuando se aplica directamente en contacto con los diferentes compuestos químicos que puede tener el suelo, el ataque por ácidos da por resultados sales solubles o expansivas ocasionando que  el acero de las armaduras sufra corrosión. A menudo el concreto incorpora algún residuo industrial capaz de contener metales pesados. Algunos aditivos químicos que contienen compuestos contaminantes actúan sobre los mantos freáticos.

Por su parte la estructura también presenta algunas singularidades considerando que los materiales más usados para la construcción son el concreto, el ladrillo, la madera (aunque las nuevas tecnologías de madera laminada, etc. añaden riesgos desde el punto de vista de la contaminación química). Uno de los efectos ambientales más relevantes son: el gasto energético en la fabricación de los materiales, la contaminación correspondiente y el volumen de sobrantes.

 

En lo que se refiere a los muros tradicionales son los elementos menos transformables ya que no facilitan el registro, mantenimiento y sustitución de las tuberías de servicios que los recorren, y generan una cantidad importante de residuos.

Durante su proceso de ejecución producen una importante cantidad de residuos, que se originan en las rozas necesarias para empotrar las tuberías de cableado eléctrico, tuberías de agua o de gas. Por su parte los sistemas industrializados, de prefabricación, son de sencillo montaje y desmontaje y, además, permiten varios usos. Son los que se adaptan mejor a las dimensiones de los nuevos espacios originan menos residuos y permiten una instalación sencilla de las tuberías de servicios a través de su interior.

La cubierta es un elemento constructivo del edificio formado por varios materiales diferentes. Consta de cuatro capas: formación de pendientes, aislamiento térmico, hidráulico y acústico,  acabados y protección con capas de diferentes materiales y funciones. Su contacto permanente con el exterior y principalmente con la acción de los rayos solares las hace vulnerables al calentamiento y su reflexión siendo las principales fuentes de ganancia de calor en los edificios. Así como de emisiones contaminantes al entorno ambiental cuando se utilizan materiales de origen plástico o adhesivos químicos.

UNA PROPUESTA ACADÉMICA PARA UNA EDUCACIÓN ECOLÓGICA.

Un diagnóstico sobre la enseñanza de la Arquitectura, la ingeniería y el urbanismo, evidencia las demandas y problemas que representan el estado crítico que representa el cambio climático y la creciente contaminación. La obsolescencia de la infraestructura y el parque urbano público y privado, el uso irracional de los recursos energéticos, materiales y naturales; el déficit habitacional; la desigualdad social en el acceso a los bienes y servicios; la vulnerabilidad del legado histórico frente a las transformaciones que el capital produce en la ciudad y el territorio; los desequilibrios entre demandas y recursos y entre regiones; la disfuncionalidad en la organización urbano-territorial; la crisis de identidad espacial; etc.. Estos problemas podrían parecer fuera del alcance de la formación de los profesionales de la construcción y el diseño, pero los condicionan exigiéndoles un compromiso ecológico para su reversión.

Por esta razón, es muy importante que las autoridades educativas propongan una reflexión teórico-crítica inherente a un nuevo contenido curricular en los planes de estudio de las Instituciones de Educación Superior encargadas de la formación de los profesionales de la construcción y el diseño, promoviendo la investigación científico-tecnológica aplicada a los diferentes materiales empleados en la construcción, así como la innovación de sistemas constructivos, estructurales y las instalaciones sustentables ecológicas amigables con el ambiente.

Con estas acciones se podrían modificar los marcos que definen el máximo alcance de la Arquitectura, como una de las disciplinas sociales que, han brindado el soporte material a las diversas actividades humanas, buscando las mejores y óptimas soluciones para las innumerables demandas y requerimientos espaciales que la condición humana ha exigido desde la antigüedad; sin perder de vista la ética, los valores, principios y conocimientos propios de la disciplina, de esta manera se mantendría un equilibrio dinámico con el compromiso que se tiene con la sociedad y su cultura, pero con una visión hacia la transformación futura y la recuperación del equilibrio ecológico.

El surgimiento de un nuevo modelo educativo en el nivel superior que considere prioritaria la formación profesional con carácter sostenible y con una visión ecológica, debe considerar los aspectos curriculares que hagan posible lo anterior, además de superar algunas carencias y problemáticas observadas en el modo como  actualmente se forma a los futuros arquitectos. En esta propuesta se muestran los contenidos curriculares que se establecen como los principios generales pedagógicos y didácticos que abran nuevos paradigmas y que coadyuva en la formación de arquitectos específicamente en el diseño arquitectónico sustentable y con una conciencia ecológica como eje fundamental de la disciplina, acentuando el desarrollo de competencias generales instrumentales asociadas al desarrollo integral de las habilidades cognitivas y los valores subyacentes, relacionadas con la creatividad como competencia integradora, misma que favorezca los procesos formativos para la formación integral, con la finalidad de hacer operativos los aspectos cognitivos-creativos en la formación integral y holística como eje orientador de la pedagogía del diseño y la arquitectura.

Fomentar una formación profesional teniendo como eje principal la protección del ambiente natural, permitirá a los arquitectos, urbanistas y constructores desempeñar óptimamente los aspectos disciplinares en la vida cotidiana y las responsabilidades naturales del desarrollo humano sustentable de manera responsable y guiada por los valores éticos y el conocimiento de los principios ecológicos de la arquitectura y el diseño para aplicarlos en sus proyectos.

Fomentar el desarrollo de una arquitectura que sea respetuosa de los recursos naturales, que no atente contra su naturaleza ni la destruya, sino que ayude a conservarlos; fomentar en los estudiantes, competencias que les permitan comprender y aprender a desarrollar proyectos sostenibles y en armonía con el medio natural el sitio y contexto; que esté basado no solo en la intuición, sino en la fundamentación teórico-conceptual emanada de la teoría de la arquitectura ecológica, la reflexión crítica y la libertad creadora, además en la respuesta de solución óptima, factible y pertinente, respetuosos de las tradiciones y la identidad cultural.

La propuesta de estos principios pedagógicos, que establezcan nuevos paradigmas en la enseñanza del diseño arquitectónico con una visión sostenible y ecológica constituye un aporte en los aspectos pedagógicos, metodológicos y didácticos en la enseñanza de la arquitectura y el diseño. Esta propuesta está orientada hacia el fomento de una conciencia ecológica que aminore los efectos de la crisis ambiental y energética mediante la creatividad y la integración de teorías y prácticas ecológicas, que optimicen el uso de los recursos naturales durante el proceso de diseñar arquitectura.

Este proyecto presenta un enfoque socio-cognitivo, centrado en el aprendizaje y basado en competencias en la enseñanza del diseño arquitectónico sostenible. Tendrá implicaciones en el diseño curricular y en el perfil definido por las competencias disciplinares y formativas de los egresados de la carrera de arquitectura y diseño. Asimismo, se podrán abrir otras líneas de investigación respecto al desarrollo de la cognición en el proceso creativo, la conceptualización del diseño, la investigación de materiales, la experimentación con ecotecnias, entre otras, generando conocimiento y fortaleciendo la publicación de los resultados en ésta área de educación ecológica de la arquitectura y el diseño sostenible..

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