El Arquitecto y los Tratados de Libre Comercio.
“…la Arquitectura cuando aún vive o está todavía en un estadio formativo, la mayor parte de las veces sofoca las capacidades creativas en vez de estimularlas”[1]
En todas las naciones sin importar su grado de avance, el énfasis de los programas de desarrollo se establece en función de mejorar las perspectivas de comercio exterior; “los industriales mexicanos conocen las implicaciones de mantenerse al margen del mundo global, también saben de los riesgos que implica no adecuarse a su dinámica y de lo peligroso que resulta mantenerse al margen de los requerimientos de la competitividad”[2].
El 1º de enero de 1994, México dio un giro brusco a sus políticas económicas al romper con el esquema del México artesano y proteccionista y abrir la puerta a un nuevo horizonte de competencia y peligro, el Libre Comercio, que era visto como el Lobo Feroz; desde ese momento México ha llevado a cabo pláticas y negociaciones para lograr acuerdos sobre Tratados de Libre Comercio, de conformidad con las disposiciones del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), con 27 países desde Canadá y Estados Unidos, la Comunidad Europea, Israel, el Mercosur y el actual con el Triángulo Norte de Centroamérica, y el proyecto con Panamá.
Porque “en México, están dadas las condiciones para que aprovechemos esta apertura[3], en donde el gran reto radica, sin duda, en que establezcamos las acciones de política económica e industrial para llevar los beneficios de la apertura y diversificación de los mercados a las empresas de menor tamaño, fundamentalmente”[4], a los industriales y empresarios, les interesa participar con un mayor número de productos y servicios en el extranjero, así como abrir nuevas opciones de crecimiento para las empresas e industrias que cuentan con potencial competitivo.[5]
Empezaron a operar los TLCs y se hizo evidente que el México antiguo y tradicional exportador de petróleo, minería en bruto y escasa materia prima, iba a tener en el comercio exterior la llave maestra para entrar en los caminos del desarrollo, dentro de estos procesos de integración económica internacional, se establecieron tres etapas perfectamente definidas para su aplicación:
- El establecimiento de un área de libre comercio, reduciendo aranceles y otras barreras comerciales.
- Una unión aduanera que implica medidas de armonización tributaria, aunadas a una acción común en el establecimiento de aranceles.
- La formación de un mercado común, agregando flujos de mercancías libres de aranceles y barreras no arancelarias, así como el libre transito de individuos[6].
Considerando, que para obtener mejores resultados, deben revisarse constantemente las leyes laborales, fiscales y de inversión, colocar los impuestos a nivel competitivo, de tal manera que faciliten la afluencia de capitales, cada país se obliga, a llevar a cabo una competencia lo mas leal posible sin discriminación alguna, sobre bienes y/o personas; dentro del terreno de los servicios, incorporando criterios que fortifiquen la nacionalidad y se determinaran restricciones de carácter general.
A cuatro años de haber entrado en vigor el TLCAN, los resultados de los intercambios comerciales de México fueron positivos, las exportaciones registraron un crecimiento promedio anual de 22% entre 1994 y 1998, mientras que las importaciones crecieron en promedio 11.4% anual; esto permitió que el país participara con un 2.4% dentro del comercio internacional, actualmente todavía existen déficits en la balanza comercial pero se ha incrementado el nivel de exportaciones y la no dependencia del petróleo de manera importante.
Dentro de la estructura de los TLCs, los servicios se dividen en dos grandes categorías: los servicios del Estado: Salud, Educación, Transporte, etc. y los servicios particulares, estos son más de ciento cincuenta, entre los cuales se pueden mencionar: los servicios agrícolas, mineros, seguros comerciales, de informática, turísticos y servicios de comercio transformatorio.
Dentro del grupo de servicios de comercio transformatorio (conjunto de intangibles que no son producidos ni por la industria, la minería o la agricultura), está catalogada la Industria de la Construcción y considera las actividades de: Arquitectura, Construcción, Servicios Profesionales Consultoría, Inversiones y Educación..
La Industria de la Construcción, es un termómetro de la economía de un país y de las variaciones de los programas del gasto público, porque es un activador económico de la industria, su consumo de materiales representa la quinta parte de las ventas totales de sus proveedores, pero por otro lado, también es muy sensible a las variaciones del mercado y principalmente al P.I.B., incidiendo en su rentabilidad y sus procesos de descapitalización[7].
Canadá exporta más servicios de Construcción, Arquitectura, Consultoría, Ingeniería y Laboratorios; sobre las áreas de restauración, rehabilitación, proyecto y construcción de: casa-habitación, oficinas, hospitales, escuelas, etc. a Estados Unidos que otro país; y sus arquitectos consultores, tienen reputación mundial; por lo que respecta a México, casi no incide con su presencia en este gran mercado, debido principalmente a reglamentos y normas muy estrictos, que las empresas mexicanas no pueden cumplir, este tipo de barreras, se están tratando de eliminar, identificando obstáculos y tratando de homogeneizar las exigencias.
Bajo estas condiciones la Industria de la Construcción en México, se enfrenta con desventaja al intercambio internacional a la libre competencia con industrias fuertes y altamente tecnificadas, con amplia experiencia en la exportación de servicios, por esta razón, se recomendaron medidas que eleven el nivel de competitividad, capitalización, tecnificación y equipamiento, y se tomaran las adecuadas medidas de protección para asegurar su competitividad[8]. Entre estas medidas estarán la continua instrumentación de sistemas financieros a bajas tasas, de incentivos fiscales que permitan sustituir el equipo obsoleto por equipo y maquinaria de la más avanzada tecnología y de mayor eficiencia, así como la realización de pagos oportunos por la prestación de los servicios.
En lo que concierne a la prestación de servicios profesionales, conviene mencionar, que existen acuerdos internacionales por parte de las Federaciones de Colegios de Arquitectos e Ingenieros, de la Asinea, de la UNAM, así como de las Cámaras de la Industria de la Construcción, de los Bancos Internacionales de Fomento y Desarrollo para el libre desempeño de las actividades profesionales.
Pero a pesar de esto nos encontramos con un terreno de competencia internacional difícil, que impide la participación de empresas y arquitectos mexicanos, salvo en raras excepciones de carácter personal, políticas preferenciales localistas, gran variedad de leyes y regulaciones estatales, municipales y locales, superioridad tecnológica y de especialización de las empresas estadounidenses y canadienses. Solo en los Estados Unidos se requiere de licencias especiales y precalificaciones de contratistas y arquitectos, así como su renovación anual, garantías y seguros especiales de registro, ejecución y pago, los procedimientos, contenidos y costos, barreras que reducen las oportunidades de los profesionistas mexicanos de acudir al mercado internacional[9].
Por el contrario, en México, hay por lo menos 50 empresas norteamericanas trabajando, desarrollando proyectos llave en mano para el sector transnacional, de estas empresas, 9 son de las de mayor potencial económico transfronterizo (facturan más de 350 mdd. Anuales)[10].
Después de la crisis que le significo en 1995 una contracción de 23.5% en su actividad, comenzó una lenta recuperación con un incremento de 9.8% en 1996 y de 10.2% en 1997; sin embargo las cifras correspondientes al primer semestre de 1998, indican una clara disminución del ritmo de crecimiento de la construcción; en el reporte del año pasado del 7% es inferior al reporte del año previo a la crisis, según el informe de la CNIC, para el año 2000, la construcción superó la crisis, se recuperó y conserva un crecimiento constante[11].
Las perspectivas de crecimiento son inciertas, la Industria de la Construcción se ha visto golpeada por los recortes presupuestales y por la consecuente disminución de la obra programada del sector público; pero aún así, los ramos más dinámicos han sido la edificación, comunicaciones y transportes y la vivienda.
Considerando que actualmente el 74% de la población del país es urbana y que esta tendencia será cada vez mayor por la creciente migración del campo a la ciudad, así como en la actualidad en nuestro país hay más de 80 ciudades con mas de 100 mil habitantes, 27 superan los 500 mil, y ocho más del millón; los grandes retos del Estado serán en el futuro la construcción de vivienda, actualmente existe un déficit del 100% para abatir el rezago, por lo tanto será necesario construir por lo menos una parte semejante a la cantidad de vivienda construida a la fecha , esto considera también la infraestructura y el equipamiento urbano requerido por habitante; por esta razón la mayor fuente de actividad del sector proviene de la edificación residencial, además de la industria, las maquiladoras y la comercial; otras fuentes de trabajo importantes son las de energía, el agua, la red federal de electricidad, etc.
Este panorama traerá como consecuencia de la apertura (la liberación de los servicios entre 2003 Y 2007, será total gradualmente) que la Industria de la Construcción y el gremio de los arquitectos, deberá evolucionar hacia la satisfacción de los requerimientos y especificaciones internacionales, a través de la preparación y capacitación de sus profesionales, el fomento a los apoyos financieros e inversiones que den mayor seguridad y garantía a la construcción, que permitan elevar la calidad y eficiencia, el acceso a las tecnologías competitivas y de planeación estratégica.[12]
Bajo estos términos, el gremio de arquitectos, ingeniero y los empresarios de la construcción, desean ser organismos de consulta y que se les tome en cuenta no solo en la planeación, sino también en la ejecución de los proyectos.
Por esta razón, es urgente fomentar en las Universidades e Institutos de Educación Superior y en los Colegios de profesionistas, programas para la formación de especialistas e investigadores en arquitectura, ingeniería y construcción, además solicitar el fomento a programas financieros que permitan llevar a cabo proyectos de desarrollo tecnológico, empresarial y profesional; de manera ética y productiva, aprovechando la infraestructura disponible, el cambio y la modernización de la estructura productiva, elevar la calificación de productividad de bienes y servicios y fomentar su exportación, generando de manera continua los empleos que estimulen la economía y el mercado[13].
El Campo de Trabajo del Arquitecto y su Ejercicio Profesional.
“Hacer Arquitectura es un acto riguroso de creatividad, investigación y sapiencia, animado por la diversidad y por la decisión de enfrentar los preceptos existentes, al tiempo que busca preservar los rasgos de la cultura, la escala urbana y el patrimonio construido y sus ambientes en sus respectivos ámbitos”[14].
El estar inmersos en un mundo, que esta sufriendo cambios estructurales importantes, exige ser muy conscientes de ello; ya que todo lo que esta sucediendo influye en el quehacer profesional, pero la oportunidad de incidir en el cambio también es factible, se debe estar dentro de la dinámica del cambio internacional; “a los arquitectos mexicanos, les va a pasar como a los empresarios de otros sectores, que se obligarán a superarse, mejorar y ser más eficientes, porque en los desafíos está la prueba de la eficiencia” Arq. Abraham Zabludovsky.
Para cumplir con los desafíos que demanda sostener relaciones internacionales en el campo de la arquitectura, es necesario analizar conjuntamente con representantes de los países involucrados, los aspectos relativos a la práctica profesional, ética y competencia; establecer los parámetros de normatividad, calidad del servicio, códigos de conducta, registros y protección al consumidor; revisar y buscar entendimientos conjuntos sobre conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y valores que deberán cumplir los arquitectos en el desempeño de sus funciones profesionales, además de la regulación, control y ejercicio de la misma, las leyes sobre obra pública, los reglamentos sobre el ámbito de desarrollo de la profesión etc.[15]
Bajo estas condiciones, es indispensable crear programas financieros integrales para la formación académica de recursos humanos y su reconocimiento profesional en investigación, arquitectura y construcción; planes de actualización y superación profesional que fomenten el desarrollo tecnológico y empresarial, eliminando el alto costo de la dependencia e importación.
Es urgente fomentar una conciencia ética y productiva[16] en la preparación profesional, programas de educación continua y capacitación empresarial con preferencia en la planeación y organización. Esta situación exige una transformación en el pensamiento y las actitudes de todos los protagonistas, una cohesión gremial, unificación de criterios y el óptimo aprovechamiento de la infraestructura, reconociendo que hacer arquitectura es un acto riguroso de creatividad, investigación y sapiencia, animado por la diversidad y por la decisión de enfrontar los preceptos existentes, al tiempo que busca preservar los rasgos de la cultura, la escala urbana y el patrimonio construido y sus ambientes en sus respectivos ámbitos[17]. .
Para conciliar los asuntos relativos a la preparación y enseñanza del arquitecto, la experiencia práctica y la formación postprofesional, se han reunido desde 1994, arquitectos de los países involucrados en los TLCs. con México, equiparando los contenidos y estructuras de cada uno de los programas de educación en los respectivos países, estableciendo un sistema de reconocimiento mutuo de acreditación profesional; se han revisado aspectos relativos a la práctica profesional, para llegar a un acuerdo sobre el reconocimiento de Títulos y permisos para ejercer la libre práctica de la profesión dentro de los acuerdos. De esta manera, “Los arquitectos ya no tendrán que preocuparse por las fronteras, sino solo por ser buenos arquitectos, …. ya que un buen arquitecto esta preparado para ejercer y no debe estar limitado a un solo país” [18].
Esta es la oportunidad para hacer más rentable y eficiente la práctica profesional; es importante considerar que para alcanzar estos niveles se requiere, un nuevo perfil de arquitecto, que se enfrente a la modernidad con una nueva actitud en la práctica total de la arquitectura, con una visión global de la profesión y un pensamiento crítico, creativo y empresarial, que le permita establecer lineamientos generales, diseñar programas y estrategias definidas para renovar, actualizar y modernizar en forma global el desempeño gremial, mediante el conocimiento detallado del impacto de la nueva visión de la sociedad y su objetivo. “El Arquitecto ejercerá su profesión de conformidad con las normas aceptadas para prestar servicios en cada jurisdicción ….. identificando el alcance de la práctica profesional así como sus diferencias… “[19].
Participar dentro de los lineamientos de los TLCs., es un gran reto que enfrenta el gremio de los arquitectos, mismo que por su relevancia e impacto dentro de la sociedad exige del arquitecto el mejor de los esfuerzos para exportar algo tan intangible como la inteligencia, imaginación, creatividad, soluciones profesionales racionales y bellas que permitan “elevar la calidad de vida de la sociedad”.
Intercambiar diseño de alto nivel y de profundo espíritu de servicio, debe trascender el mero ámbito comercial, exigiendo se establezcan y refuercen las bases económicas que permitan esta participación, porque la producción social del espacio habitable como respuesta a demandas sociales históricas, es factor preponderante y primordial de la economía en la sociedad.
“Resulta muy preocupante lo que le puede pasar al arquitecto mexicano con esta apertura” Arq. Agustín Hernández; el nuevo profesional que exige nuestra época debe ser una persona preparada con una visión pertinente de un mundo cambiante, que se actualice permanentemente, autónomo, emprendedor, versátil para adaptarse a los cambios dinámicos de la sociedad, dotado de cultura polivalente, con conocimientos técnicos y manuales, que se interese por la informática y la nueva tecnología de la comunicación, por lo cual hay riesgos muy intensos para el gremio y principalmente para aquel arquitecto que quede marginado de esta dinámica..
“La arquitectura mexicana no se verá afectada por esta apertura, porque la verdadera calidad, seguirá existiendo, tenemos una tradición y una fuerza cultural de tal magnitud, para que una apertura comercial como esta, provoque cambios substanciales en nuestra concepción arquitectónica, tampoco temo que la arquitectura mexicana vaya a perder calidad, ni identidad, porque tenemos raíces muy profundas” Arq. Antonio Attolini Lack.
Los TLCs. constituyen retos y oportunidades, ante las cuales los arquitectos empresarios y los que ejercen libremente la profesión, deben estar preparados, para incidir en el mercado más grande del mundo, con una capacidad enorme de inversiones, intercambio de bienes y servicios, lo que constituye la oportunidad de crecimiento y desarrollo empresarial; de esta manera tanto el arquitecto, como el maestro universitario deben aprovechar la infraestructura, recursos materiales y humanos de las empresas, ya sea creando sus propias empresas o integrándose a otras ya establecidas.
El trabajo del arquitecto mexicano tiene muchas posibilidades, tanto por su actividad creadora y capacidad de improvisación como por su capacitación integradora y no restrictiva en el campo de la profesión; “al final de cuentas se abre un campo mucho mayor, porque estamos capacitados, incluso probablemente más que los arquitectos estadounidenses o canadienses, toda vez que estamos acostumbrados a suplir serias deficiencias económicas y tecnológicas con imaginación, porque es algo característico de los mexicanos nuestra inventiva y nuestra capacidad para superar los obstáculos”, Arq. Augusto H. Alvarez[20].
Una cosa muy importante menciona el Arq. Fernando González Cortázar, “como de hecho ya sucede, llegue una avalancha de empresas de tercero y quinto nivel, pero armadas con una capacidad impresionante para deslumbrar, con costos muy bajos que no podamos igualar, pero con ínfima calidad, que halagarán a la gente que cree que hacer cosas grotescas es arquitectura”, o sea que solo protegiendo y conservando los principios de identidad cultural, se puede lograr que México siga siendo lo que es.
Esta situación requiere que los arquitectos fomenten centros de investigación científica en las universidades y sectores productivos para lograr adaptar, transferir, sustituir e implementar nuevas tecnologías, partiendo de las necesidades y demandas del mercado profesional del arquitecto y las condiciones impuestas por los TLCs; además de la capacitación de las plantas profesionales de manera integral, en el conocimiento y preparación de los estándares de calidad internacionales, esto implicará un mayor énfasis en la revisión de la planeación estratégica de las empresas constructoras y de servicios arquitectónicos, considerando las siguientes realidades:
- Los mercados locales de la construcción y servicios, serán cada vez en mayor proporción de participación del sector privado, por lo tanto sujeto a las leyes y fuerzas del mercado[21].
- Aquellos clientes que atraigan inversión extranjera directa, como: inversionistas hoteleros, de obras de infraestructura, así como empresas manufactureras internacionales, generarán una mayor competencia entre los arquitectos nacionales y los extranjeros.
- Algunas empresas constructoras y de arquitectura tendrán que buscar una mayor productividad vía la especialización en ciertos nichos de mercado para consolidar su posición competitiva.
El establecer relaciones internacionales, conlleva el riesgo de sufrir cambios ideológicos, debido a la fuerte penetración cultural de los países más poderosos, por esta razón, se debe de fortalecer la identidad nacional considerándola como aspecto prioritario que debe conservarse ante cualquier convención internacional.
NOTAS:
[1] Walter Gropius, 1954.
[2] Alberto Fernández Garza, op. cit.
[3] Sobre el T.L.C. con Europa, en la Comisión de Comercio y Relaciones Exteriores de la Cámara de Senadores, se dijo que existen violaciones constitucionales, en el texto oficial del acuerdo, así como desventajas para pequeños y medianos empresarios, privilegio a inversionistas extranjeros por encima de los mexicanos, así como modificación de aranceles y reglas de compras a favor del capital extranjero.
[4] Vicente Yáñez Solloa, Presidente de Canacintra México, 10 de marzo del 2000.
[5] Todd op. cit.
[6] Todd Luis Eugenio, Tratado de Libre Comercio, Fac. De Ingeniería, U,N,A,M, México.
[7] La Moody’s Investors Service, calificó de grado de inversión segura a México, y se ascendió de la categoría BA1 a la BAA3, lo que otorga el ansiado “Investment Grade”, al mismo tiempo la Standard & Poor´s, elevó la calificación de la deuda mexicana, marzo del 2000.
[8] La C.N.I.C y el T.L.C., Cámara Nacional de la Industria de la Construcción 1992.
[9] Ibid.
[10] Revista Mexicana de la Construcción marzo de 1992.
[11] Pedro Strassburguer Frías, Presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción, Informe anual de la CNIC. 29 de septiembre de 2000.
[12] CNIC, Informe 2000. Además, Revista Mexicana de la Construcción mayo de 1993.
[13] Protocolo Trinacional de Análisis del ejercicio profesional de la arquitectura en el T.L.C. de América del Norte, llevado a cabo del 15 y 16 de febrero de 1993, en Monterrey Nuevo León.
[14] Pasos Luis, El Tratado de Libre Comercio México E.U.A. Mitos y Hechos, Ed. Diana, México 1993.
[15] Protocolo Internacional de análisis del ejercicio profesional de la Arquitectura en el T.L.C. A.N
[16] El perfil, regulación y control de la profesión y su ejercicio, las leyes y reglamentos vigentes, la formación académica, etc.
[17] punto No. 2 de las conclusiones del Subcomité de Práctica Profesional del Arquitecto dentro del T.L.C., mayo 10 1994, Ottawa, Canadá Reuter aeb JCV 2141, Ottawa, TO 78342229, page 004, may 06 1994.
[18] Ibid.
[19] Ibid.
[20] Como ya se mencionó en otra nota, en México el arquitecto esta preparado integralmente para responder al problema de manera creativa, técnica, teórica o legal, mientras que en otros paises la especialización los ha marginado a un solo campo de acción.
[21] Sin caer en los errores por los que atravesaron las compañías constructoras en su aventura carretera en el sexenio, y que fueron a parar al Fobaproa.
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