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ARQUITECTURA, Enseñanza de la Arquitectura, Teorias de la arquitectura

EN BUSCA DEL CONCEPTO DE ESPACIO ARQUITECTÓNICO

El concepto de espacio es algo abstracto, virtual no perceptible, es un término que procede del latín spatium y se considera una entidad o relación de entidades en una porción de territorio donde se ubica o plantea ubicar un objeto perceptible, es una dimensión geométrica en la que interactúan los objetos físicos presentando una posición y dirección, generalmente se concibe tridimensional y en ocasiones se considera vinculado al transcurso del tiempo entre dos sucesos y así se genera una  cuarta dimensión o sea  el concepto de espacio tiempo.

El Sujeto-habitador está constantemente enmarcado por el espacio; transita en su interior, aprecia los objetos que se ubican en él, percibe la brisa, el sonido, las fragancias, las formas y volúmenes de su entorno, comprende el espacio a pesar de no tener una forma perceptible; a menos que la arquitectura artificialmente lo contenga a través del uso de elementos formales reales o virtuales que le imponen una estructura que define sus límites, su aspecto, sus cualidades, su escala y sus dimensiones y de esta forma es posible comprender de qué manera una obra puede ser percibida, experimentada e interpretada.

Así pues, el espacio es el elemento que caracteriza la arquitectura, a la vez que sintetiza todos aquellos factores materiales, formales y compositivos que los definen y le dan identidad. Por esto para el Arquitecto el concepto de espacio arquitectónico es considerado como esencial para la comprensión del universo arquitectónico, viene a ser la materia prima fundamental de su quehacer profesional, es el medio de expresión que tiene a partir de su capacidad creativa para transmitir sensaciones y emociones a través del espacio artificial creado, que transforma un espacio natural en un lugar cuya producción es objeto de la arquitectura y permite transmitir su esencia, su carácter, mensaje y simbolismo.  

El uso del espacio arquitectónico en su dimensión de temporalidad se establece mediante la secuencias de ocupación que lleva a cabo el usuario-habitador, integrado al trazo de perfiles socio-culturales y aspectos perceptuales que permiten acceder a la caracterización de las emociones, sensaciones y vivencias que son ejercidos y que equivalen al cúmulo de significados, recuerdos, experiencias y a la capacidad de apropiación del usuario.

Porque un espacio ya sea natural o arquitectónico, está ligado a significados perceptibles siendo capaz de provocar sensaciones, evocar recuerdos y originar la interacción entre las personas, ya sea en el sentido de convivencia, recreación, trabajo o habitación.

El arquitecto debe considerar que los espacios habitables que diseña tienen una influencia en el estado de ánimo, el comportamiento y la disposición personal, del usuario-habitador, este efecto es bastante más intenso de lo que conscientemente se pueda imaginar sobre todo en el efecto que producen las formas y volúmenes de estos espacios y sus relaciones perceptuales en las actividades cotidianas.  

Por ejemplo la transición de un espacio a otro puede afectar la orientación, coordinación, equilibrio y locomoción en el sujeto habitador, existen estudios que demuestran que gran parte de los edificios y sus espacios interiores provocan un elevado impacto en el sentido y emociones de las personas una visión, un color o un tacto en particular provocan respuestas sensoriales de acuerdo al tipo de relaciones espaciales topológicas, hápticas o temporales en su percepción y comprensión de su ubicación.

Por ejemplo un ambiente ordenado y habitable promueve una buena percepción y ubicación en el espacio. En cambio algunos entornos desordenados con espacio sobrecargados de objetos estimulan sensaciones hostiles. Los espacios minimalistas suelen tener un efecto relajante El uso de formas orgánicas y colores inspirados en el entorno puede evocar emociones positivas. Estos espacios crean un ambiente nutritivo, promoviendo la relajación y mejorando el estado de ánimo en general.

En resumen el arquitecto puede producir distintas sensaciones y emociones con un espacio arquitectónico bien diseñado, ofrecer las condiciones apropiadas para el bienestar de las personas, generar paz, alegría, sorpresa, excitación, interés, entre muchas otras sensaciones o en su defecto puede producir angustia o aburrimiento, puede estimular compromiso o indiferencia, la mejora de las habilidades cognitivas y la estimulación de la mente, evitando al mismo tiempo el estrés.

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