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HACIA UN CONCEPTO SIGNIFICATIVO DE ESTILO

Considerando que cada forma o volumen en Arquitectura son el punto de contacto entre la masa y el espacio, y tomando en cuenta que  tienen un lenguaje visual propio al ser  transformado a voluntad del arquitecto, en formas y espacios arquitectónicos significantes que interactúan y posibilitan el despliegue de un gran número de mensajes que generan diferentes emociones, sensaciones y experiencias en la mente del usuario habitador u observador, lo que les permite significar e identificar o apropiarse del objeto arquitectónico.

De esta manera, los significados atribuidos a las formas y volúmenes arquitectónicos a lo largo de su vida útil, son más variados y complejos de lo que cualquier interpretante podría concebir, ni siquiera en el caso de que el interpretante sea el propio arquitecto.

El arquitecto, puede prever el significado que darán los interpretantes a su obra, sugiriendo o manipulando las formas y volúmenes, pero sin tener la seguridad del éxito o fracaso que resultará, por no tener un control real sobre los significados que el usuario u observador interpretará, debido a que esta interpretación se da en función de su experiencia emocional.

Los interpretantes de las formas arquitectónicas no siempre resultan los usuarios directos de la obra, pero también perciben que el arquitecto trato de enviar un mensaje a través de su diseño, pero esto es una suposición del usuario, no una intención del arquitecto.

Es importante considerar que los códigos referenciales de los signos formales creados a través de la historia tienen un lenguaje propio que se ha denominado estilo y por consiguiente refiere al título y razón de este escrito, en el sentido que no se pretende explicar el término en sí sino el concepto espacial y su interpretación.

Concepto de Estilo

Al considerar que este trabajo versará sobre el estilo es necesario definir que es el estilo, de acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, Estilo era el punzón que usaban los antiguos mesopotámicos para escribir en sus tablillas de barro, también significa modo de escribir, sinónimo de forma, modo particular de un artista, de una época, sinónimo de método, carácter, modo, manera, costumbre, etc.

Este es un problema con el que se enfrenta el interpretante de significados en cualquier campo de la Semiótica y en particular cuando se refiere a la Arquitectura  y el Diseño, es por esta razón que se pretende dar otro enfoque al término como Signo estilístico.  

Después de este safari por el mundo de las letras, vemos que existe un gran número de definiciones de la palabra estilo aunque lógicamente no se consideraran en su totalidad, sino solo aquellas que aclaren algo relativo al tema que nos trata, para denotar adecuadamente la idea de denominación y evitar connotaciones paralelas.

Retomando el curso del trabajo mencionaré que Focillon define al estilo como un absoluto que puede ser una variable, o sea, nuevamente la connotación de variable o invariable según el caso, ya que como nos continúa diciendo, designa una cualidad superior a la obra de arte, aquella que le permite trascender en el tiempo y el espacio, permanecer invariante aún después de pasado su momento histórico, interpretando esto se puede decir que después de haber manifestado el significado del mensaje en su momento, el signo conserva su contenido semántico sin diferir del significado inicial.

Todo ser humano utiliza por lo tanto el estilo, como un recurso del que se vale como vehículo para expresar su capacidad de trascendencia, ya que su contenido semántico es invariante, por lo tanto podemos mencionar que el signo estilístico es un sistema de códigos formales de expresión sintáctica que obedecen las reglas válidas para un momento y un lugar dado, Ortega y Gasset menciona también que el estilo es la fisonomía del artista que se inicia desde la selección del tema a tratar y la manera como lo desarrolla, un estilo también es un sistema de formas coherentes unidas por una conveniencia reciproca cuya armonía se busca a través del uso de la forma, estos sistemas de códigos formales están en continuo movimiento y transformación, de aquí la analogía que hace Goethe con el proceso de metamorfosis de las plantas en su continuo desarrollo.

Federico Nietzche comenta que le estilo son como formas de dos fuerzas artísticas que brotan del seno mismo de la naturaleza, sin interposición del artista, fuerzas por las que satisfacen plenamente los instintos artísticos de la naturaleza.

Por su parte Descartes decía que el estilo era como el sentido común, la cosa más difundida era parte de la naturaleza humana, la parte visible de la manera de expresarse, obedeciendo los impulsos naturales del cosmos.

En relación a las definiciones antes expuestas, se puede formar una idea no muy clara de lo que es el estilo, pero podemos dilucidar que el estilo es un factor de expresión natural que tienen los seres vivos para dar forma y proyectar sus pensamientos, es una fuerza interior por medio de la cual podemos dar forma a nuestros pensamientos, ideas y creatividad, es el repertorio natural del ser humano de códigos formales que permiten la transmisión de mensajes con un sentido particular.

Juan de la Encina, nos recuerda aquella frase que dice que “el estilo es el hombre”, para decirnos que el estilo es el elemento tan natural que lo identifica fácilmente con el artista, o sea que la obra adjetiva al creador, pero también hace mención que él plantearía como mejor representante del estilo al gato, por su cualidad innata de estar dotado de estilo más claramente definido, más puro, más elegante y más preciso, nos menciona que el estilo viene a ser las superaciones en distinto grado de la inercia, de la pesantez y torpeza de la materia, de nueva cuenta considerando al gato nos comenta que este animal es todo espíritu, es todo fibra y todo nervio, y la materia se ha hecho en él movimientos flexibles , intenciones que se transmutan rápidamente en movimiento, los cules a su vez son una fuente continua de aptitudes  o formas elegantísimas, de esta manera antepone a la frase “el estilo es el hombre” la alegoría de que “el estilo es el gato”, además lo remarca al decir que ¡el día que un artista alcance un estilo semejante al del gato, que gran artista será!, gran símbolo del estilo es este magnífico animal.

Por lo tanto considerando que el estilo es la manera particular que tiene el ser humano de expresar sus ideas, sus intenciones y sus intereses de manera natural, podemos decir que dentro del plano semiótico, éste se puede considerar como el contenido sintáctico de los signos expresivos de la creación, es la manera como el artista estructura la relación de los signos entre sí formando sistemas particulares que permiten una interpretación única o tendiente a identificar el mensaje con el emisor, esta característica del artista nos permite ubicarlo dentro de un plano referencial, al utilizar un sistema de signos característicos, codificados de una manera personal e inmutable, mediante el cual, el interpretante lo puede referir a un marco de significación definido.

EL SIGNO ESTILÍSTICO.

El ser humano tiene entre el mundo animal, la facultad de poder expresar de una manera significativa sus pensamientos, a través de códigos convencionales que le permiten designar las cosas que le rodean, de esta manera, cataloga y ordena el mundo en el que se encuentra inmerso, a todo lo que le interesa y le circunda lo ha designado, lo ha recreado conceptualmente, hasta el grado de abstraerlo del mundo real y trascenderlo al nivel intelectual de convertirlo en un objeto ideal sin conexión real con el mundo, como un signo interior, a esta singularidad humana que le permite rodearse de conceptos transmisibles, inteligibles con los cuales se comunica con sus semejantes, dejando huella de su paso por la historia; esta creación de códigos referenciales que designan objetos, ideas, pensamientos, se les denomina dentro del plano semiótico producción de signos y sistematización de códigos, o sea la capacidad del ser humano de crear señales o indicios formales, que definan un momento histórico dentro de un contexto social dado.

El estudio de las relaciones existentes entre la idea y el objeto como resultado de una acción creativa, se inicia con los filósofos griegos, los cuales generan dos corrientes de pensamiento, la analógica, que estimaba que entre los objetos producidos y la intención existe una relación natural llamada estilo; y la de anomalía que postulaba que dicha relación no era natural sini arbitraria establecida or la acción humana de una manera consciente y convencional.

De los argumentos que postulaban estas dos corrientes filosóficas, poco a poco fue integrándose un cuerpo de ideas que dio origen al estudio del signo estilístico, considerado como el universo sintáctico mediante el cual el artista refleja su peculiar manera de comunicarse, este planteamiento se ha ido esclareciendo por medio de postulados teóricos de la semiótica aplicados al terreno del arte y la arquitectura, al considerar ésta como el resultado de las manifestaciones formales que el artista crea a partir de ideas dadas y resueltas con un enfoque particular al cual llamamos estilo.

Este proceso que supone la designación en la forma de expresión de los objetos creados, ha sido estudiado por Saussure, el cual organizando todas las experiencias anteriores ha logrado construir la más coherente y aceptada teoría sobre lo que él llama signo estilístico.

No es característica de los objetos creados tener por sí mismos un estilo, este les es asignado por el creador, de esto no necesitamos mayor prueba que reflexionar sobre el hecho de que en ocasiones con solo interpretar los códigos referenciales del objeto podemos fácilmente identificar al creador, estos signos, particulares son esencia del estilo natural o convencional  del autor, en este proceso lo que hace el intérprete es relacionar el objeto creado con los sistemas de signos utilizados, y de esta  manera la analogía con el devenir del trabajo realizado por el artista.

Saussure, emplea el término signo estilístico, para evitar imprecisiones que pudieran darse dentro de la terminología de la filosofía del arte, esta a su vez se plantea como un sistema de signos y de las unidades que lo componen, los denominados signos estilísticos.

El signo estilístico es una unidad sígnica que se compone de dos elementos: el primero es el que se considera como imagen visual, el producto formal u objeto, el cual se le conoce como significante y por otro lado está el significado, que es la imagen conceptual del objeto, lo que entendemos del mensaje, la parte ideológica, la carga semántica que contiene el producto espacial terminado.

De lo anterior se desprende que el significante es la imagen que vemos o sea los elementos formales de los que se vale el arquitecto para que se perciba la forma creada, el elemento simbólico, el contenido material del signo, aquello que se percibe por los sentidos y que debemos tener cuidado de no confundir con el signo mismo.

Por otro lado, el significado viene a ser el aspecto no visible del signo, el contenido no material, la cosa no perceptible por los sentidos, la idea que nos refiere a formas subjetivas de pensamiento o sea el contenido semántico del signo, el estímulo racional que genera la imagen formal.

Para poder explicar un poco mejor el concepto de significado y significante como elementos estructurales del signo estilístico, llevaremos a cabo una analogía entre dos productos espaciales lejanos en el tiempo histórico, pero unidos íntimamente por su carga ideológica, estos dos objetos arquitectónicos son: por un lado la Catedral de Notre Dame en la Ille D´ France, y por otro, la Catedral católica de Santa María, ubicada en la ciudad de Tokio; la primera construida hacía el siglo XIII, en un estilo Gótico por el gremio de masones franceses, a partir de códigos formales imperantes en ese momento tanto en planta como en alzado, por otro lado la Catedral de Santa María, construida por Kenso Tange en Tokio presenta un estilo moderno contemporáneo, cargado de signos formales actuales que responden a un momento tecnológico y constructivo diferente al ejemplo anterior, de estos ejemplos se desprende el análisis sígnico, ya que por un lado el producto formal de los dos edificios es diferente tanto en materiales como en su imagen visual, mientras una es una masa inmensa de piedra, con un criterio estructural a base de elementos a compresión, la otra viene a ser una construcción de concreto armado, con un criterio  estructural a base de elementos a tenso-compresión; estos vestigios  formales son lo que conforma el significante  es la materia  del objeto, lo que vemos, lo que percibimos, lo mutante del edificio, por otra parte esta lo inmutable el contenido semántico, el concepto, lo que no vemos ni percibimos, el mensaje; el contenido sintáctico de los dos objetos es diferente en el tiempo y el espacio, pero su contenido semántico es el mismo en los dos casos.   

Conviene especificar en este momento que el estilo no lo es solo como una imagen visual contenida en el objeto, sino lo es en medida que el significante conlleva un significado, y ambos se interpretan como signo.

Juan Pablo Bonta nos relata que al principio de este siglo, los precursores de la Arquitectura Moderna propugnaban por una arquitectura vacía, sin significado, en el precepto de que debía estar exenta de adornos, pensaban que esto la privaría de mensajes explícitos, peor el signo en sí mismo contiene el mensaje reprimido y se interpreta más fácilmente, por lo tanto este intento fracasó, y actualmente  se pretende explicar el acto de diseño desde el punto de vista científico, que responde  a necesidades específicas a través de procesos racionales controlables.

A pesar de que se podría pensar que pudiese existir  un significante sin significado en el signo estilístico, esto no puede ser posible dado que el significante surge de la idea de significado o sea, de percibir algo que le preexiste, sin embargo ese algo que el significante va a expresar, no es en sí , el significado en el sentido especializado que estamos empleando el término, ese algo que el significante va a expresar  a través de los signos visuales, es el objeto mismo, el cual no se debe confundir con la idea que de  él tenemos, o sea, con el significado, éste es la imagen misma del objeto, la imagen visual de sí mismo, peor no es el objeto mismo, sino su imagen conceptual.

LINEALIDAD DEL SIGNO ESTILÍSTICO

De acuerdo alo anterior podemos ejemplificar la problemática que plantea relacionar al signo estilístico con sus elementos conformantes, la imagen visual y la imagen conceptual, o sea, el objeto expresado formalmente por el arquitecto, con la idea que de él tenemos cada uno de nosotros, para particularizar esto mencionaré dos proyectos ce conjuntos habitacionales, que al contrario del ejemplo anterior, no están alejados en el tiempo pero sí en la imagen formal, primero mencionaré el proyecto de Ciudad Flotante de Kiyonori Kikyutabe, a continuación el concepto de Células Enchuflables conocido como Clip On de W. Chalk y por último añadiré el proyecto Plugin City del grupo Archigram, este concepto de casa habitación presentado en cada caso es distinto en su contenido formal pero conserva su en significado el concepto de espacio para vivir, en estos ejemplos vemos como el signo estilístico es diferente según el creador, pero su contenido semántico todos los objetos son iguales.

No podemos decir que el signo estilístico sea solo un catálogo de formas expresivas que se utilizan arbitrariamente y sean codificadas como estilo, sino que por el contrario son sistemas de signos que al expresarse ponen de manifiesto el concepto de solución que tienen sus autores, aún a pesar de que los resultados difieran tanto entre sí, esta relación se establece no por el mero uso se los signos, sino por medio de la codificación de los mismos y la aportación estilística del autor.

Mencionaré de lo anterior que el signo estilístico depende de la manera como se codifican los elementos , creando repertorios formales codificados que al utilizarse forman cánones de aplicación que definen el estilo, y que se desarrollan en el tiempo, o sea, que se suceden unos a otros y dependen de la intención del arquitecto que los produce, esta característica se deriva de la naturaleza objetual del significante, como estructura organizada de formas que envían una señal al interpretante a través del significado.

LA RELACIÓN SIGNIFICANTE DEL SIGNO ESTILÍSTICO

El análisis de esta relación puede clarificar plenamente los conceptos de indicadores, indicios y señales; estos elementos son  los instrumentos de expresión de los que se vale el arquitecto para formular mensajes particulares a los usuarios.

Un indicador des una expresión directamente perceptible, por medio de la cual es posible conocer acerca de otros signos de expresión no perceptibles directamente o sea de signos reales o virtuales, podemos mencionar que el arquitecto manipula espacios convencionales para indicar a sus usuarios la actividad y función de los mismos, como ejemplo: jardines, plazas, pasillos, escaleras, etc. en los que el usuario interpreta el elemento material perceptible, pero no el contenido semántico de espacios de reunión o de paso.

Por otro lado tenemos las señales que son de acuerdo con Byssens, una clase especial de indicadores que cumplen con dos requisitos, en primer lugar deben usarse deliberadamente para que el interpretante sepa que le están comunicando algo, como ejemplo podemos mencionar una puerta o una ventana, donde el usuario sabe que le están indicando claramente la función, pero a diferencia de  de los indicadores estas señales son deliberadas, se les dice directamente que es el único lugar por el que se puede acceder o por donde se puede ver el exterior o interior del local, de este tipo de indicios se vale el arquitecto para estimular en el usuario emociones, sentimientos y sensaciones deliberadamente, a través de la manipulación de ambientes, estos están directamente relacionados con la capacidad creativa del arquitecto y definen su estilo personal de resolver problemas espaciales.

Este tipo de señales presntan: forma, significado e interpretación, cuando son emitidos por su creador, las señales comunican, los indicios indican y ambos expresan y significan una idea formalmente según el signo estilístico utilizado.

Se debe considerar que las señales de hecho no comunican realidades sino que por el contrario,. Solo estados de  conciencia del emisor, la información estilística queda suspendida en la mente del interpretante. El significado de las señales es por lo tanto producto conceptual que interesa al inconsciente del usuario , mientras que el significante es un producto cultural y como tal goza de un estatus propio, independiente de la realidad contextual, el arquitecto hace uso de modelos ajenos a su realidad para dar énfasis a su idea o imagen visual.

Todo esto para Saussure, constituye la linealidad del signo estilístico, en la que redica el mecanismo por medio del cual unos signos pueden combinarse con otros y hacer posible la comunicación arquitectónica.

En resumen los signos estilísticos aislados nos sirven para designar funciones claramente perceptibles por el usuario, La comunicación se establece cuando se combinan un conjunto de signos arquitectónicos de una manera o estilo particulares, se debe a la facultad que tienen los signos de desarrollarse linealmente y las posibilidades de combinarse  son ilimitadas y solo están determinadas por imágenes preconcebidas por el arquitecto.

Por último es necesario hacer mención de la diferencia entre el significado y el significante, desde el punto de vista pragmático ya que estos dependen en gran medida de la estructura mental del arquitecto, por lo que el significado viene a ser el mensaje sustancial de la obra arquitectónica, el precepto hecho imagen formal, mientras que el significante encierra la información relativa al contexto cultural, al acervo que maneja el arquitecto, su información sobre el problema y la capacidad de abstracción y síntesis, o sea, la conceptualización del objeto arquitectónico así como el bagaje cultural del objeto.

Como conclusión, el estilo viene a ser la aplicación práctica de indicios y señales desde un punto de vista particular, que califican al significado y al significante de la obra terminada como elemento único, planteando cánones codificados a través de sistemas de signos claramente perceptibles e identificables con el contexto de su creador, al final mencionaré a nuevamente a Juan de la Encina diciendo que

“EL ESTILO ES EL HOMBRE”

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