APUNTES PARA UNA VISIÓN HISTÓRICA DE LA UNIVERSIDAD
Dr. en Arq. Rafael G. Martínez Zárate[1]
La civilización, como proyecto colectivo que sociedades enteras, desarrollan durante largo tiempo para realizarse a si misma, presenta en su devenir histórico momentos trascendentales, en los que convergen fuerzas de las mas diversas procedencias que le dan un nuevo realce; de esta manera la evolución de las sociedades, sus comunidades y sus instituciones es resultado de la conjunción de una serie de eventos que tienen lugar en un momento y en un lugar histórico, estas circunstancias, denotan el grado de desarrollo que presentan estos grupos a lo largo del tiempo.
Este desarrollo cultural se da paulatinamente y es directamente proporcional a los recursos limitados de conocimiento que va presentando cada etapa cultural, debido a que la facultad de aprendizaje supera con creces la materia disponible asimilable. Entre las circunstancias que detonan este desarrollo, podemos mencionar, el impulso vital de la trascendencia humana; los grupos sociales son el resultado de una serie de realizaciones, que dentro de su contexto y momento histórico les corresponde realizar. Esta situación le permite poseer una idea global del mundo y de si mismos, esta relación permite trascender su perentoriedad temporal y acrecentar su conocimiento y control del mundo.
La evolución de los pueblos y de sus instituciones, no es resultado de la casualidad sino por el contrario son parte de una serie de causas y efectos que se suscitan, en la historia con las cuales podemos explicar el grado de desarrollo o retraso que han sufrido en el tiempo y el espacio.
Somos un eslabón mas de la larga cadena que recorre el tiempo, aunque a cada uno como ser individual, como miembro de un grupo social o como institución, le toque realizar en plenitud su propia y única oportunidad.
Ante estas circunstancias, el conocimiento se va convirtiendo en un recurso de poder que se va manipulando de acuerdo a la conveniencia del momento y del grupo en el poder, se inicia como un recurso mágico, que consiste en ocultar los secretos trascendentales a grupos selectos que transmiten secretos arcanos y esotéricos, lo cual permite controlar el conocimiento y alejarlo de las masas.
La cultura necesita como impulso vital poseer una idea completa del mundo y del ser humano, la cual ha sido siempre el incentivo poderoso que le ha obligado a trascender su esencial perentoriedad temporal a través de poseer y generar mayores y menores conocimientos.
Los pueblos siempre se han preocupado por obtener estos conocimientos, por una razón tan simple como es poder vivir con desahogo firmeza y corrección de acuerdo a su época. Es necesario aprender una cantidad enorme de conocimientos directamente proporcionales a su acervo cultural por ejemplo las culturas primitivas presentan un esquema muy limitado de enseñanza porque la facultad de aprendizaje supera con creces la materia asimilable.
De ahí que la enseñanza se presente como un esquema inverso a su función de enseñar, se crea una imagen de magia y ocultamiento, la función de enseñar consiste en ocultar; aquellas recetas mágicas y rituales secretos se conservan como un secreto que se transmite arcanamente a unos pocos, toda enseñanza primitiva en que hay poco que aprender es esotérica ocultadora y es por lo tanto contraria a la enseñanza.
El desarrollo paulatino que tuvo la cultura en la creación de esquemas de enseñanza asimilable, logra su máxima aportación con la aparición de la filosofía como esquema estructurado de ideas que responden a la necesidad de aprehender la realidad de la época, la importante labor literaria, científica y tecnológica, que se genera en el oriente y continuada posteriormente en Grecia y Roma, unido a un periodo cultural islámico y medieval. Son origen de la que dará lugar a la enseñanza superior, así como a la institución universitaria.
Siempre los pueblos se preocuparon por enseñar a los niños en planteles elementales sustentados en ideales pedagógicos, acordes a su función cultural; así encontramos esquemas militaristas en pueblos guerreros como Esparta y México, estatistas como China y la India o con un sentido integral como en Atenas y Roma; sin embargo, la enseñanza superior corresponde a la formación de escuelas individualistas o corrientes de pensamiento, como mencionaremos al pitagorismo y a los sofistas, Sócrates, Platón y Aristóteles; como maestros ambulantes o conferencistas itinerantes creadores de escuelas de pensamiento superior.
Con la aparición del humanismo clásico, nace la filosofía como esquema estructurado de ideas que responden a la necesidad de entender el mundo que nos rodea, y alcanzar explicaciones que permitan entender los fenómenos naturales lejos de la magia y el esoterismo, además la importante labor de transmisión cultural que se empeñaron en realizar los griegos y posteriormente los romanos, dio lugar a la creación de escuelas, que lejos de ser elementos de restricción, se tornaron en fuentes de conocimiento y trascendencia cultural.
En la Grecia Clásica, principalmente en Atenas, Sócrates, Aristóteles, Platón, preocupados por la falta de un centro donde se impartieran conocimientos regularmente y de manera sistemática, de tal manera que la palabra scholé significa ocio[2] fundan academias y centros de interacción cultural, donde las ciencias y la verdad brillan por ser el elemento esencial de conocimiento; en estos sitios, se van acumulando conocimientos en varios campos, resultando una copiosa biblioteca y conforman lo que posteriormente serán las instituciones de enseñanza. Que dieron impulso y resonancia al conocimiento
Pitágoras, ejemplificó con su legado filosófico y científico, el auge intelectual del mundo griego, el carácter secreto de su escuela pitagórica, confunde a quien corresponden las ideas generadas en los campos de las matemáticas y la astronomía, así como el estudio del sonido, esta escuela influyó enormemente en el pensamiento griego y medieval.
Sócrates funda un sistema de enseñanza que busca la verdad a través de un método inductivo de investigación conocido como Mayéutica, que ha sido valiosa contribución a la pedagogía y consiste en hacer pensar las respuestas a preguntas ingeniosas y lógicas , método interrogatorio, hablaba del Daimón, o genio familiar que aconseja y confiere al filósofo un carácter místico. Los Sofistas fueron considerados aquellos pensadores que se dedicaban a la filosofía a través del método llamado dialéctico, esta fue la primera escuela organizada como un auténtico centro de estudios universitarios, idealismo platónico.
Aristóteles, fundador de la escuela peripatética, en los jardines del Liceo de Academus, como un sistema de enseñanza donde se enseña lógica, metafísica, Psicología, historia natural, ética, poética y política; sus miembros formaban una sociedad de amigos y a la vez una institución científica que disponía de una copiosa biblioteca y abundantes medios para la enseñanza, dividió la realidad en varios campos que podían ser observados, cuya finalidad era una teoría general que explicara y diera sentido a los hechos observados; el racionalismo aristotélico.
La escuela más famosa de Atenas fue la Academia de Platón, pero en su manifestación física no tenía aulas ni timbres, era un lugar frecuentado por pensadores e investigadores, un generador de buena conversación y buena amistad, cosas que Platón pensaba que estaban en el centro de la educación.
Zenón funda una doctrina filosófica llamada estoicismo (doctrina del pórtico), que consiste en una especie de panteísmo, que se basa en principios éticos, donde el bien reside en obedecer solo a la razón y ser indiferente al placer y al dolor, su nombre procede del edificio llamado Stoa Poikilos, en cuyo pórtico enseñaba; tuvo gran influencia en Grecia Roma.
Epicuro, funda en Atenas, con un grupo de amigos una doctrina filosófica llamada epicurista (escuela del jardín), se basa en Demócrito, nada se crea ni se destruye, el ideal del hombre sabio corresponde a quien vive sin inquietudes y conserva un perfecto equilibrio en cualquier circunstancia, cultiva tu jardín.
Todas estas escuelas, dieron impulso a otras tantas escuelas que dieron resonancia internacional, apoyada en bibliotecas y museos donde se concentraban gran cantidad de documentos y libros, donde se investigaba y enseñaba a los discípulos, como ejemplo tenemos la biblioteca de Alejandría y el museo de Ptolomeo.
Pero la Universidad es la institución social más importante que el ser humano ha creado para la preservación de sus valores; la que mayor énfasis ha dado a la difusión, discusión e investigación de todos los temas de la cultura, desde la Academia de Platón, el Liceo de Aristóteles y la biblioteca de Alejandría, hasta nuestros días.
Es importante mencionar que el Concepto de Universidad, surge por primera vez en Alejandría, Egipto, en el siglo IV A. C., ciudad que fue considerada como la Metrópoli del conocimiento; con el museo de Ptolomei y la Biblioteca de Alejandría, se llegó a contener, según algunos especialistas, 700 mil rollos, todos clasificados en un catálogo que constaba a su vez de 120 rollos; otros consideran que el número de títulos contenidos en la biblioteca debió ser mucho menor de 700 mil, pues de cada título tenía diez veinte y hasta treinta rollos[3].
Hacia el siglo IV A.C. Alejandría fue en el Mundo Antiguo la Metrópoli del conocimiento, faro que iluminó al mundo a través de su Biblioteca, diseñada por Demetrio de Falera en la época de Ptolomeo I Soter (el sabio), que en su momento llegó a contener, según algunos especialistas estudiosos de la historia del libro, 700 mil rollos, todos clasificados en un catálogo que constaba a su vez de 120 rollos, 500 millones de papiros y 490,000 libros, Empero, otros consideran que el número de títulos contenidos en la biblioteca debió ser mucho menor de 700 mil, pues de cada título tenía diez veinte y hasta treinta rollos[4]. Por esta razón, Marco Vitruvio Pollione le llamó “la Memoria de la Humanidad”; anexo a la Biblioteca existió un museo que fue un centro de cultura e investigación con su propia biblioteca.
Posteriormente tenemos la influencia de los pensadores griegos en Roma y su posterior expansión del pensamiento filosófico griego, enriquecido con las aportaciones de los filósofos romanos.
Roma en su apogeo cultural, amplia esta herencia clásica, del pensamiento filosófico griego, enriquecido por la practicidad de los filósofos romanos y se preocupa por difundirla en toda la extensión de su imperio; de esta manera, con base en la colaboración de Rhetores[5], alumnos y autoridades, conforman instituciones formales estructuradas como verdaderas universidades; además, se establece un sistema de bibliotecas ampliamente surtidas con variedad de documentos y conocimientos, que conformaron verdaderas enciclopedias como la de Séneca, Epícteto y Marco Aurelio y el de mayor trascendencia romana Marco Tulio Cicerón.
La necesidad de desarrollar la instrucción superior en el Imperio Romano da origen a la creación de las escuelas filosóficas y retóricas, las bibliotecas y los núcleos de instrucción superior.
En el siglo II D.C. el emperador Adriano, funda el Ateneo como una corporación científica y filosófica donde se enseñan las diferentes ciencias naturales, lógica, filosofía, retórica y literatura.
La enseñanza superior en Roma se daba en el Rhetor, quien enseñaba composición y oratoria, Apuleyo, resume la enseñanza romana de la siguiente manera: el Literator comienza a pulir las asperezas de nuestra mente, el Gramáticus nos adorna con diversos conocimientos y finalmente el Rhetor nos pone en las manos el arma de la elocuencia.
Hacia el siglo IV D.C., Augusto establece dos bibliotecas que sobresalen sobre las 29 existentes por ser las más surtidas y contar con un sistema de secciones separadas por tipo de documentos.
Con base en la idea de colaboración entre Rhetores y los alumnos se fundaron instituciones formales estructuradas como verdaderas universidades romanas auspiciadas y protegidas por los emperadores.
Posteriormente tenemos escritores que forman verdaderas enciclopedias de sus obras como ejemplo mencionaremos a Séneca, Epícteto y Marco Aurelio, en la corriente estoica, fundan escuelas que son seguidas por los romanos; Plotinio, funda una escuela neoplatónica, por último, Marco Tulio Cicerón fue el mayor divulgador de la filosofía ecléctica griega, Cornelio Celso, Marciano Capella y San Agustín.
Por su lado Constantino funda en Bizancio, el principal centro de educación superior, que sirve como de foco de difusión cultural del Imperio Romano de Oriente, el cual funcionó sin interrupción hasta 1453.
Después de la caída del Imperio Romano, se produjo en Europa un periodo de retraso cultural conocido como la era del oscurantismo, debido principalmente al estado de inseguridad política e inestabilidad social. Las ciudades estado feudales, conformaron núcleos cerrados de poca o nula comunicación cultural, con estadios de supervivencia y relación de trabajo nada intelectual.
La Edad Media, periodo comprendido entre la caída del Imperio Romano y la aparición del Renacimiento, se produce en Europa un proceso de retroceso cultural, fomentado por la inestabilidad política y la inseguridad social, conformando núcleos cerrados de nula o poca comunicación cultural.
Carlomagno, lleva a cabo una acción educadora decisiva, recreando las instituciones de enseñanza apoyados en la influencia benedictina y de las escuelas abaciales; esta acción decisiva de Carlomagno, permite a las ordenes religiosas darse cuenta de lo importante que es el conservar los conocimientos e inician una campaña de protección y guardado celosamente de la información clásica; de esta manera los monasterios se convierten en verdaderos centros de irradiación cultural, interpretando a su manera la herencia depositada a su custodia, como por ejemplo San Agustín, San Ambrosio y San Isidro.
Con Carlomagno se recrean las instituciones de enseñanza y surge un gran auge educativo, decisivo gracias a la obligatoriedad de la enseñanza de la educación en lengua materna, la participación e influencia benedictina, de las escuelas abaciales, donde se imparte el Trivium (gramática, dialéctica y retórica) y el Cuadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música), y posteriormente el Septivium (la unión de ambos dos). El alcance de estas disciplinas rebasaba lo que se indica en su nombre, pues comprendía conocimientos rudimentarios de todas las áreas del conocimiento. Además se dedicaron a la conservación de documentos y libros que copiaban a mano (los amanuenses), que traducían y componían y guardaban en bibliotecas. El mayor influjo cultural de ese momento lo produjo el monje Alcuino, que dirigió la escuela palatina del monasterio de Tours.
A la muerte de Carlomagno, Europa vuelve a caer en un oscurantismo que se prolonga hasta el siglo XI.
El dominio de ideológico de la Iglesia Católica y el afán de cuidar celosamente la cultura en los monasterios, los documentos, libros y escritos griegos y romanos y su interpretación por los Santos Agustín, Ambrosio e Isidro, son la razón de que los monasterios se conviertan en los centros de irradiación cultural europea.
Mas tarde en la baja edad media, surgen pequeños centros de estudio privados, en todo lugar tranquilo, estos cuerpos universitarios atraen gente de toda Europa constituyendo dentro de la sociedad una gran novedad, donde se combina el pensamiento aristotélico con la filosofía de San Agustín o sea la filosofía griega con la religión católica.
Ante la paulatina estabilización social y económica, de Europa, surgen minúsculos centros de estudio privados, que poco a poco se van acrecentando, difundiendo la cultura a pequeños grupos laicos, que atraen gente de toda Europa, convirtiéndose en núcleos culturales importantes, que se transformarán con el tiempo en focos de difusión trascendentales.
Esta época de transición, contribuyó al avance cultural con grandes aportaciones que aún subsisten; surgen en el seno de las comunidades religiosas los estudios superiores, en cada catedral, se dispone el funcionamiento de una escuela llamada catedralicia, o escuela episcopal, esto, definió una estructura de enseñanza confesional que durará por muchos años, donde se reúne a los maestros y alumnos, que antes estaban separados y que gozaban de privilegios especiales, como un cuerpo protegido tanto por la Iglesia como por el Rey.
El advenimiento de una época de grandes maestros, propició la creación en el siglo XI de las universidades[6], que gradualmente adquieren su propia imagen como Studium Generale, el estudio general o universal que indicaba el conjunto de ciencias que ahí se enseñaban, inicialmente se estudiaba una sola disciplina y posteriormente, hacia el siglo XIV, se transforman ya en instituciones docentes y de investigación denominadas Universitas Literarum.
A partir del año de 1221, se empezó a utilizar la palabra universitas, que sustituye la de stadium generale, y significa la corporación de estudiantes y maestros, los cuales se unieron para defender sus propios intereses y protegerse.
Las universidades medievales, alcanzaron su máximo apogeo en el siglo XIII, aunque no tenían un lugar definido, se acomodaban en cobertizos, junto a los caminos como sucedió en Cambridge y Oxford; en claustros de las catedrales por ejemplo en París y Francia, en las plazas como en Italia; con el tiempo, los estudiantes y maestros, alquilaron habitaciones, donde los estudiantes se sentaban en el suelo recubierto con paja, alrededor del maestro; esta característica permitía a la universidad reunirse en cierto lugar, y marchar a otro en cuanto las circunstancias lo exigían.
Dentro del devenir de las civilizaciones, siempre se han presentado momentos trascendentales, en los que convergen fuerzas de las más diversas procedencias que le dan un nuevo realce, para la Universidad, este momento trascendental se presentó en la Alta Edad Media, etapa cultural que se le conoce como “el oscurantismo” (aunque nada mas alejado de la realidad); en esta etapa, la Iglesia custodiaba celosa y atávicamente el acervo de conocimientos, pero a pesar de esto, se fue gestando en las capas más importantes de la sociedad, una gran reforma cultural, como resultado de la libertad económica que se alcanzó en el comercio; la vida mas segura; la autosuficiencia de las ciudades y la formación de instituciones municipales; la reforma eclesiástica y la demanda cada vez mayor, de educación para una élite burguesa en el poder y la formación de una sociedad laica. El ser humano se lanzó a la aventura intelectual, durante cuyo proceso la mentalidad y el espíritu medieval se transformaron, preparando el camino para el surgimiento del Renacimiento
En la vida de la universidad ha sucedido lo mismo, nace del impulso e inspiración coincidente de los factores y ciertos supuestos elementales, ciertas vicisitudes de primer orden y va evolucionando de acuerdo a los intereses, requerimientos y de-mandas de la sociedad con sus relieves buenos y malos pero siempre presentando el esquema simbólico de la enseñanza superior.
Surgen las universidades como cultivo y enseñanza del saber organizado, como una corporación pública, como una institución donde se enseña filosofía, teología y todas las disciplinas de la cultura contemporánea.
La Universidad, fruto directo del despertar intelectual y el ansia de conocimiento, de la edad media, surge en momentos de confusión y pugna de poderes, crisis de la conciencia y diversidad en la concepción del mundo[7]; surgiendo en consecuencia el nuevo cauce de la enseñanza que dio una dimensión mas social y universal al pensamiento y en consecuencia al conocimiento.
Este despertar intelectual, le resultó demasiado estrecho al marco de las escuelas monacales y catedralicias de la alta edad media, donde el conocimiento era rudimentario y sencillo. Estas escuelas fueron poco a poco formando núcleos de estudiantes a los que se les llamó escolásticus, aun con sus limitaciones, algunas escuelas fueron reconocidas como grandes centros del saber por ejemplo Tours, Orleáns, Reims, Corbie, Fulda, Reichenau etc
En 1090, se funda en Salerno la Facultad de Medicina, en 1201, surge la Universidad de París, de la unión de dos escuelas monásticas, la de Saint Denís y la de Saint Víctor, famosa por sus estudios en Teología; en 1219 en París, se establece la palabra facultas como equivalente a ciencia principal; en 1224, se funda la Universidad de Nápoles, la primera que integra los conocimientos universales; en 1245, se funda la Universidad de Praga; en 1264, la de Cambridge y el Merton College en Oxford; en 1303, las Universidades de Roma y Colonia, en 1344, la de Pisa; en 1362, la Universidad de Bolonia cuenta con la Facultad de Derecho, Artes y Medicina; en 1386, se fundan las Universidades de Heidelberg y la de Viena; también surgen las Universidades de Lisboa en Portugal, la de Lovaina en Bélgica, la de Leyden en Holanda, la de Salamanca en España.
La evolución de estos núcleos de escolásticus, para protegerse y defender sus mutuos intereses, en corporaciones de “magistri” maestros y “discipuli” alumnos, fue el paso que marcó el nacimiento de la Universidad; esta es la razón, por la que en las primeras Universidades como la de Bolonia y la de París[8], el término Universitas[9], significó gremio o corporación; posteriormente, el término evoluciona a Universita Vestra, que significó pluralidad, vuestra asociación, vuestra multitud[10]; con el correr del tiempo, el conjunto de corporaciones de maestros y alumnos reunidos constituyó la Universitas magistrorum et scholariu, que poseía privilegios y fueros propios[11]. La Universidad viene a ser por lo tanto “la corporación de estudiantes y profesores que a través de la investigación, la docencia y la comunicación se ordenan a la contemplación de la verdad en un nivel superior de la ciencia y en su visión sapiencial moderna y clásica” [12].
En sus inicios, en la época medieval, la Universidad no contaba con un alojamiento permanente, lo que propició, que pudiera reunirse o marcharse de un lugar si así le convenía; esta situación generó en muchas ocasiones que el establecimiento de la Universidad causará descontento entre los pobladores y como resultado, enfrentamientos sangrientos con los estudiantes y maestros, estas circunstancias provocaron que hacia 1229, el Papa Gregorio IX, publicara una bula, a través de la cual se le reconocía a la Universidad, la libertad absoluta para organizar sus propios asuntos, el derecho a defenderse y a suspender clases en cualquier coyuntura en la que se infringieran sus derechos, , esto permitió el arraigo de la universidad y fue un arma de presión sobre la ciudad; de esta forma define lo que será uno de los valores básicos de la Universidad, la Autonomía.
Durante la Edad Media, los estudios universitarios eran dirigidos por un monje llamado magíster Principales, un bibliotecario armarius y los custodes, monjes que vigilaban estrictamente a los alumnos; la enseñanza, se reducía a leer los textos antiguos llamados etimologías[13], anales y crónicas que se dictaban y eran escritos por alumnos amanuenses, en textos manuscritos que se guardaban celosamente en bibliotecas para su uso posterior en otra comunidad. Tiempo después, la instrucción se reducía al aprendizaje del latín, el estudio del Septivium las “siete artes liberales”, que estaba formado por: El Trivium, que consideraba el estudio de la Gramática, Dialéctica y Retórica; y El Cuadrivium formado por la Aritmética, Geometría, Astronomía y Música; posteriormente se inicia el estudio de la Teología, Derecho Canónico, Medicina y Filosofía[14].
El método de enseñanza-aprendizaje que se utilizaba en la Universidad era el escolástico[15], el cual comprendía, el modus oratorius o conferencia magistral y el modus assertorius o discusión lógica; donde se enseñaba al alumno a pensar y sacar conclusiones lógicas a través de la discusión grupal; en torno a un maestro lector Scolásticus se arremolinaba la mas abigarrada turba de estudiantes Clérici que pueda imaginarse, que a pesar de no pretender recibir orden religiosa, discutían en ocasiones hasta por varios días hasta llegar a conclusiones[16].
Entre los principales privilegios que se concedían a las universidades estaban la “licentia docendi” o derecho que se reconocía a sus graduados para enseñar en todas partes jus decendi hic et ubique terrarum[17]; la exención del servicio de las armas; en ciertos casos, la dispensa de impuestos y contribuciones y en algunas circunstancias el fuero académico a través del cual solo podían ser juzgados por autoridades de la Universidad[18].
La Cultura Islámica, influida por la filosofía Griega, pensaba que bajo el aparente caos del universo existe un orden fundamental que esta regido por leyes universales, que puede comprender la razón humana. Lograron un gran desarrollo en Geometría plana, Trigonometría, Matemáticas, Química, Lógica y Metafísica, también en música y poesía. Por su parte en las Medersas Árabes, se estudiaban las tradiciones religiosas y el comentario del Alcorán, la Gramática, la Medicina, la Filosofía, la Jurisprudencia y la Literatura que comprendía también la Historia, los estudios en estas universidades estaban enriquecidos por los conocimientos clásicos de los cuales eran herederos.
El esplendor cultural que manifestó en Europa la cultura Árabe, permitió que desde 711 D.C., después de la batalla de Guadalete, y una vez establecidos en la Península Hispana, contribuyeron a una expansión cultural en Europa y a la divulgación de la ciencia; fundaron en España las Medersas, que eran las escuelas superiores que derivaban de las alcoránicas, las cuales se encontraban bajo la protección de una mezquita; que son los antecedente de lo que posteriormente serán las Universidades Españolas. El acercamiento a las culturas mediterráneas y al acervo árabe que poseían y a semejanza de los monjes cristianos, los Árabes preservaron la cultura clásica, las tradiciones religiosas y el comentario del Alcorán, la Gramática, la Medicina, la Filosofía, la Jurisprudencia y la Literatura, que comprendía también, la Historia y no se limitaron a repetir y asimilar los conceptos ajenos, sino que por el contrario, supieron producir un movimiento científico y literario original y poderoso, que introdujeron a occidente, a través del aculturamiento de maestros y alumnos cristianos, que después de las cruzadas, estudiaron en estas universidades.
Entre el 900 y el 1100, los principales focos culturales islámicos, se localizaron en Bagdad, Basora y el Cairo; posteriormente en España, destacan Córdova, Sevilla y Toledo; en estas escuelas se estudiaba la tradición religiosa del Corán y los comentarios del Alcorán así como la Gramática, Medicina, Filosofía, Derecho, Historia y Literatura. En estas Medersas, se tradujeron la filosofía Griega y Romana, dándole un nuevo sentido cultural y científico.
Al igual que los monjes benedictinos, los árabes, conservaron la cultura Griega y Latina, en la época de mayor oscurantismo europeo, la cual amalgamó y enriqueció con sus tradiciones y las culturas orientales de India y China. De esta manera la Cultura Árabe, sirvió de enlace entre los elementos culturales de Asia, África, Europa y Medio Oriente. Esta influencia va a traer como resultado el surgimiento del Renacimiento.
Con la reconquista de España surgen los centros de enseñanza superior y se elevan las escuelas catedralicias al rango de Universidades. Durante el curso de la Reconquista, Alfonso VIII funda las escuelas superiores españolas por consejo del Obispo Tello Téllez de Meneses; en 1208 se elevó a la categoría de Universidad la escuela Catedralicia de Palencia; en 1218 surge la de Valladolid y en 1220 la de Salamanca, siendo esta última la mas famosa en su época, a la que se le llamó la Atenas de España:, famosa por sus estudios en Derecho Civil y Canónico. A finales del siglo XIII, Alfonso X llamado el Sabio, apoyado por profesores de esta Universidad, recopila un código de leyes llamado de “las Siete Partidas”, que rigió a las universidades españolas incluyendo la de la Nueva España y que por su importancia trasciende hasta la Edad Moderna; completada por posteriores reformas pasa a las provincias americanas, con cual rige sus actividades la Real y Pontificia Universidad de la Nueva España
La palabra “facultas”, inicia en París hacia el 1219 y equivale a ciencia principal, Influida por este modelo, la Universidad se organiza a través de Facultades, donde una Facultad es un conjunto de cátedras que de un modo orgánico agrupa a las distintas disciplinas o materias necesarias para conseguir la capacitación superior científica, técnica o profesional y la creación de hábitos para el perfeccionamiento constante, después de terminados los estudios de la carrera[19].
Durante el Renacimiento, surge un nuevo modo de apropiación del conocimiento que recibe el nombre de técnica de los lugares comunes; que consiste en el siguiente proceso: los estudiosos de la época copiaban en un cuaderno los pasajes, citas y ejemplos, como datos fácticos o modelos estilísticos, que les parecía ejemplares dignos de transcribir; así iban contribuyendo a la implantación de cierta forma de clasificación; una vez lleno aquel cuadernillo se empastaba y se convertía en libro de lugares comunes; esta especie de compendio del conocimiento, fue una práctica muy común, como método de estudio en las universidades del Renacimiento[20].
A mediados del siglo XVIII, entre 1751 y 1772, se publica el primer proyecto de compilación del conocimiento a gran escala, la Encyclpedie de Diderot y D´Alembert, su objetivo era englobar todo el conocimiento en diecisiete volúmenes de texto, es decir todo el saber conocido a través de entradas organizadas alfabéticamente, con referencias cruzadas y con el apoyo visual de once volúmenes de placas e imágenes[21].
Cuando la Universidad fue creada, la idea principal que emergía de ella, era difundir a los alumnos, el conocimiento de las ideas y convicciones que sobre el mundo y la humanidad se tenía en aquel momento. A medida que avanza el sentido educador de la Universidad, la institución se transforma acorde a las demandas históricas de educación superior, siendo aceptada en ocasiones, por las clases poderosas a las que se dirigió durante muchos años y en otras, vilipendiada por las mismas según sus intereses; es así como su acción educadora resultará de la acción científica de la intelectualidad cronotópica; cultivando intensamente el amor a la verdad, la razón y la ciencia en el tesón de la labor cotidiana; la persuasión de que el conocimiento científico, debe sumarse al espíritu del estudiante para crear el tipo de caracteres destinados a coronar la obra magna de la educación, pensamiento positivista en boga sobre finales del siglo XIX y principios del XX. “Nosotros somos nuestras ideas”[22]
La Universidad desde sus inicios, es un centro del saber que permite analizar y presentar vías de solución a la problemática social y teórica mediante el pensamiento científico independiente; la Universidad, justifica su existencia a través de mantener vivo el vínculo entre la investigación científica y el amor a la vida, a través de la relación dialéctica que se da entre individuos dentro de la sistematización imaginativa de la enseñanza y la madura experiencia de la vida, valores altamente aceptados por todas las comunidades sociales civilizadas.
Una condición indispensable para el cumplimiento de las funciones culturales y humanas de la Universidad es el concepto y aplicación de la libertad de cátedra, como expresión jurídica de la libre investigación y discusión, la enseñanza de la ciencia y de las humanidades, su principal objetivo es la formación de profesionistas, investigadores y libres pensadores que discutan y presenten soluciones para enfrentar y dar respuesta lógica y atinada a la problemática teórica y social del Estado, así como de la cultura en general; esto determina en gran medida la libertad en la formación de individuos con carga ideológica y valores sociales en los campos de conocimiento de la ciencia y las humanidades[23].
La evolución de los objetivos y función de la Universidad, siguen en este siglo XXI, el patrón que conforma la demanda de educación superior en los diferentes lugares del planeta, muchos esperan de la Universidad, el milagro que les permita el ascenso en la escala social, algunos otros buscan la capacitación para el trabajo, otros más el reconocimiento social sobre el grado, y los menos, el conocimiento y acceso a la investigación, “la antigüedad clásica nos legó un sistema de verdades apoyadas en la razón y en la experiencia destinadas a brindarnos una norma para la vida civilizada”[24]
Ante la presión ideológica que ejercen los intereses de las clases dominantes, la Universidad se ve permanentemente trastornada por un proceso de transformación de los sistemas de transmisión de los conocimientos, y se debate en profundas contradicciones, donde luchan la ideología oficial, los procesos de penetración de ideologías foráneas instrumentos del capital, y de la clase dominante, que buscan convertirla en un foco mercantilista de formación de reserva de fuerza trabajadora, y por el otro lado la idea fundamental de ser el centro de crecimiento y transformación social del País.
Ante las presiones eficientistas que la propuesta del capitalismo académico y sus implicaciones en los márgenes del mundo, que sufre hoy la universidad, donde la educación y el conocimiento no acaban de formar un proyecto independiente de nación, “el desafío de este tercer milenio, consiste en recuperar la dimensión humana de la cultura superior, volver a dotar a la Universidad con la facultad de pensar globalmente, hacer emerger de ella intelectuales con capacidad de interpretación, capaces de reconstruir la arquitectura global de la cultura, dotados además con una clara conciencia moral y política (de esta manera) La Universidad debe volver a ser el tronco común de la cultura, el lugar donde se estudian los problemas comunes del hombre”[25].
El compromiso urgente para escapar de este extravío y reencontrar el sentido y la razón de ser de la Universidad, es construir con la participación social, un proyecto de Universidad que contemple detalladamente los alcances y consecuencias que un capitalismo eficientista puede producir en la academia, para superar esta crisis, se procurará trabajar en la recuperación histórica como soporte del desarrollo universitario, en la identificación de su misión, en la reconstrucción de la génesis de la estructura que da forma y fondo a la Universidad y puntualizar el papel que juega el Estado en su funcionamiento.
Es muy importante recordar lo que en su momento dijo Ortega y Gasset, “la Universidad es la institución donde reciben educación superior los que la reciben aunque no son todos los que la podrían recibir, esto significa un privilegio difícilmente justificable y sostenible”. Por esta razón, en este momento, la Universidad cuenta con el instrumento mas apropiado para satisfacer de manera más equitativa e incluyente la demanda de enseñanza, elevando la calidad y acceso a la educación. El aprovechamiento y desarrollo de nuevas tecnologías en informática y comunicación, permite vislumbrar una revolución en la participación de la Universidad del tercer milenio, ya que representan potencialmente el acceso y acercamiento al aprendizaje, a través de la enseñanza virtual, lo cual genera una gran perspectiva en la autonomía y flexibilidad en la adquisición del conocimiento.
La inserción de la Universidad en los diferentes niveles estructurales de la formación social, su función primordial debe ser ajena a los intereses del capital monopólico, y garantizar la cohesión de la transmisión y producción de conocimientos en beneficio de una formación social integral que convierta al ser humano en un individuo conciente de su momento histórico y de su compromiso con la sociedad que lo formó.
Nuestras universidades se ven permanentemente trastornadas por un proceso de transformación de los sistemas de transmisión de los conocimientos, y se debaten en profundas contradicciones por un lado el camino de la ideología oficial, por otro lado los procesos de penetración de ideologías extranjeras instrumentos del capital y la clase dominante, que buscan transformar el orden social existente.
El saber ideológico como tendencia de la hegemonía que representan los intereses de las clases dominantes y que controlan por medio de los instrumentos del poder político del estado. No incluye la formación teórica necesaria para el elemental conocimiento de la realidad socioeconómica en la cual se mueven.
Como instrumento de una determinada estructura de clases el papel ideológico y práctico de la universidad, el contenido de la docencia las formas en que se imparte la enseñanza y el papel del docente en el proceso como parte integrante de ideología dominante. La ley desarrollo desigual y combinado del capitalismo que exige un proceso acumulativo de concentración de capital impone una determinada división del trabajo convirtiéndose en exportadores internos del capital y el profesional como materia prima. Basan el proceso de acumulación de capital en la sobrexplotación de la clase trabajadora, su función de instrumentos de apoyo a la reproducción del capital monopólico.
Se expresa así la función de la universidad como garante de la cohesión de la transmisión y producción de conocimientos en beneficio a una formación social con dominio del capital, de su inserción en los diferentes niveles estructurales de la formación social. Tratan de consolidar una aristocracia de ideologías patrimonialistas que controlen nuestras universidades. Dichos dogmas prevalecen y se aplican en la universidad en diferentes modalidades que tienen como fin someterlas al proyecto oligárquico del capital.
Los procedimientos modernos de la enseñanza aprendizaje, en las diferentes etapas de la formación profesional, nos conducen a una dinámica posmoderna y constructivista, la cual requiere de una revisión crítica de sus elementos de contenido, así como de sus cualidades y defectos. A partir de este concepto se plantea un proceso de enseñanza aprendizaje que debe ser fundamentado, explicado, sistematizado y evaluado con la participación de los actores implicados.
Por su parte, en su ley orgánica la Universidad Nacional Autónoma de México, establece tres principios fundamentales: el primero, consiste en Impartir educación superior y organizar la investigación científica para formar profesionistas y técnicos útiles a la sociedad, y extender con la mayor amplitud posible los beneficios de la cultura; el segundo, el carácter que deben tener las autoridades; y el tercero, la concepción de la Universidad como una comunidad de cultura cuya finalidad es enseñar y aprender.
Por otro lado, la Universidad Católica, tiene como objetivo fundamental. la unificación del saber, misión que se incluye, al aspirar a ser un centro de saber, elaboración y difusión de una auténtica cultura cristiana, que debe indagar y transmitir la verdad integral, ideal de la cultura humanística.
Actualmente en el mundo existen siete mil universidades registradas, con un total de 88 millones de estudiantes, esto marca una nota deficitaria en la educación superior, porque el número de alumnos debería ser de 560 millones, lo cual demuestra que la los Institutos de educación superior en este momento no cumplen con su importante labor de permitir el acceso a ellos a la población que lo requiere[26].
En este momento, el reto fundamental que tienen las universidades de los países en desarrollo es asumir su responsabilidad para conjurar la amenaza de que esta era del conocimiento, llena de potencialidades, revierta a una nueva edad oscura caracterizada por falsas creencias, las idolatrías más absurdas y los fundamentalismos tecnológicos y sociales, es indispensable que la educación superior no debe quedar sujeta a las leyes del mercado, porque estas no son precisamente sensibles a las aspiraciones sociales de los países ni necesariamente solidarias con sus mejores causas.
Porque la enseñanza superior en la Universidad es ante todo enseñanza de la cultura, elemento de transmisión imprescindible de los sistemas estructurados de ideas que sobre el mundo y el ser humano han tenido las generaciones anteriores; la adversidad y el carácter complejo del mundo actual requiere para su comprensión correcta e integral, de la caracterización de un pensamiento significativo y plural que permita crear una cultura de cooperación y beneficio mutuo; implica un aprendizaje continuo, calidad en el conocimiento y alcances creativos, instrumentación e implementación de sistemas de enseñanza-aprendizaje, como medio de transmisión de las ideas y conductas de participación social; el criterio de la educación es la práctica social en la que a través de la dialéctica se analiza la experiencia.
En el futuro, el ideal de Universidad que se espera, es una institución integral entre la sociedad y la universidad, esperando la transformación paulatina en un centro de educación investigación y cultura sin límites para toda la sociedad; hasta encontrar el camino que permita la relación dialéctica entre los aspectos académicos y el ideal humanístico de la universalidad de los bienes culturales para todos.
“Si el sabio es victima de su doctrina, cómo hablar de la vida con el sabio”
NOTAS.
[1]El Dr. Rafael Martínez Zárate, es Arquitecto por la Universidad Nacional Autónoma de México, Maestro en Educación Superior por la Universidad Intercontinental, México y Doctor en Arquitectura por la Universidad Nacional Autónoma de México.
[2] Según Kenneth Freeman, en su libro The Schools of Hellas de 1907, menciona que «No había escuelas en la antigua Grecia»; No había escuelas en la antigua Grecia. Para los griegos, el estudio era su propia recompensa. Pocos se preocupaban de ir más allá de eso. Según el documento referido de la página web: historiasecretadelsistemaeducativo.weebly.com,
[3] Magayón Anaya Mario, “el texto electrónico y sus implicaciones”, Diario Novedades, 25 de junio de 2002, sección editorial, pag. A 13.
[4] Magayón Anaya Mario, “el texto electrónico y sus implicaciones”, Diario Novedades, 25 de junio de2002, sección editorial, pag. A 13.
[5] El Rhetor romano, se encargaba de enseñar composición y oratoria; Apuleyo resume al enseñanza ro mana de la siguiente manera: el Litterator comienza a pulir las asperezas de nuestra mente, el Gramáticus nos adorna con diversos conocimientos y finalmente el Rhetor nos pone en las manos el arma de la elo-cuencia.
[6] La primera Universidad fundada en Europa fué la de Salerno Italia en el siglo XI. García Pelayo y Gross Ramón, Pequeño Larousse Ilustrado, de. Larousse, México, 1992. Pag 1620.
[7] De Lorenzo, tomado de Especialidad en atención a personas con discapacidad, Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, Facultad de Pedagogía, febrero de 1998, Fundamentación Teórica, pp.4
[8] Fundadas la de Bolonia en 1119, y la de París en 1150; otras Universidades famosas fueron las de Oxford en 1168, Palencia en 1208 Salamanca en 1220, etc. García Pelayo y Gross, op cit pag 1620.
[9] La primera denominación de universidad aparece por primera vez en un documento del Papa Inocencio III en 1208, consultar Nieto Meza Fernando, “Las escuelas monacales y catedralicias; origen de la universidad medieval”, en Revista Magíster, septiembre de 2003, cuarta época, numero 110, pag. 20.
[10] Zea Leopoldo, “Universidad y Sociedad”
[11] Tunnerman B. Carlos, “De la Universidad y su problemática, pag. 13; citado por Hierro Graciela, en “Naturaleza y fines de la Educación Superior”, de UNAM, México, 1994, 3ª edición.
[12] Castillo Fernández del Valle Jaime, Migoya Francisco, La Universidad Estudio Histórico Filosófico/ Nuevos horizontes de la Universidad Católica, 1ª. edición conjunta, Editorial Jus, México 1985, pp 28
[13] Tal vez la característica principal de esta primitiva ciencia universitaria era el que no se trabajase con elementos vitales, sino con libros, había que llegar a la esencia oculta bajo las apariencias de lo escrito, por eso, era importante determinar la etimología de las palabras.
[14] Además de los libros considerados como sagrados por la iglesia, se utilizaron también aquellos llama-dos profanos cuyos autores preferidos eran Donato, Boecio y Porfirio, entre otros, la intención era contri-buir al mejor entendimiento de los inspirados.
[15] La Escolástica, era la enseñanza filosófica propia de la Edad Media, en la que dominaban los preceptos de Aristóteles, es el espíritu exclusivo de escuela en las doctrinas en los métodos o en el tecnicismo científico. García Pelayo y Gross, Op cit. Pag 421.
[16]Denifle, “Las Universidades Medievales”, Berlín 1885, citado por García Stahl op cit pag. 11.
[17] Nieto Meza Fernando op cit, pag. 20
[18] Denifle, op cit.
[19] Zea Leopoldo, “Universidad y Sociedad”,
[20] Magayón Anaya Mario op. cit.
[21] Ibid.
[22] Citado por Ortega y Gasset José, “Misión de la Universidad”, Revista de occidente, Colección el Arquero, Madrid 1960
[23] Ornelas Carlos, “El Sistema Educativo Mexicano, la transición de fin de siglo”, Centro de Investigaciones Científica y Docencia Económicas, Nacional Financiera, F.C.E., 1995, México.
[24] Informe sobre la Educación General, Harvard, 1989.
[25] Guevara Niebla Gilberto, “El concepto de universidad”, Campus Milenio año 1 número 43, pag. 9, jueves 31 de julio de 2003. México
[26] Juan Ramón de la Fuente, Rector de la UNAM, Conferencia Magistral “El Reto de la Educación Superior en América Latina”, en la Conferencia Latinoamericana de Rotarios, 15 de septiembre de 2000.
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