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El Campo de Trabajo del Arquitecto y su Ejercicio Profesional

El Campo de Trabajo del Arquitecto y su Ejercicio Profesional.

“Hacer Arquitectura es un acto riguroso de creatividad, investigación y sapiencia, animado por la diversidad y por la decisión de enfrentar los preceptos existentes, al tiempo que busca preservar los rasgos de la cultura, la escala urbana y el patrimonio construido y sus ambientes en sus respectivos ámbitos”[1].

El estar inmersos en un mundo, que esta sufriendo cambios estructurales importantes, exige ser muy conscientes de ello; ya que todo lo que esta sucediendo influye en el quehacer profesional, pero la oportunidad de incidir en el cambio también es factible, se debe estar dentro de la dinámica del cambio internacional; “a los arquitectos mexicanos, les va a pasar como a los empresarios de otros sectores, que se obligarán a superarse, mejorar y ser más eficientes, porque en los desafíos está la prueba de la eficiencia” Arq. Abraham Zabludovsky.

Para cumplir con los desafíos que demanda sostener relaciones internacionales en el campo de la arquitectura, es necesario analizar conjuntamente con representantes de los países involucrados, los aspectos relativos a la práctica profesional, ética y competencia; establecer los parámetros de normatividad, calidad del servicio, códigos de conducta, registros y protección al consumidor; revisar y buscar entendimientos conjuntos sobre conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y valores que deberán cumplir los arquitectos en el desempeño de sus funciones profesionales, además de la regulación, control y ejercicio de la misma, las leyes sobre obra pública, los reglamentos sobre el ámbito de desarrollo de la profesión etc.[2]

Bajo estas condiciones, es indispensable crear programas financieros integrales para la formación académica de recursos humanos y su reconocimiento profesional en investigación, arquitectura y construcción; planes de actualización y superación profesional que fomenten el desarrollo tecnológico y empresarial, eliminando el alto costo de la dependencia e importación.

Es urgente fomentar una conciencia ética y productiva[3] en la preparación profesional, programas de educación continua y capacitación empresarial con preferencia en la planeación y organización. Esta situación exige una transformación en el pensamiento y las actitudes de todos los protagonistas, una cohesión gremial, unificación de criterios y el óptimo aprovechamiento de la infraestructura, reconociendo que hacer arquitectura es un acto riguroso de creatividad, investigación y sapiencia, animado por la diversidad y por la decisión de enfrontar los preceptos existentes, al tiempo que busca preservar los rasgos de la cultura, la escala urbana y el patrimonio construido y sus ambientes en sus respectivos ámbitos[4]. .

Para conciliar los asuntos relativos a la preparación y enseñanza del arquitecto, la experiencia práctica y la formación postprofesional, se han reunido desde 1994, arquitectos de los países involucrados en los TLCs. con México, equiparando los contenidos y estructuras de cada uno de los programas de educación en los respectivos países, estableciendo un sistema de reconocimiento mutuo de acreditación profesional; se han revisado aspectos relativos a la práctica profesional, para llegar a un acuerdo sobre el reconocimiento de Títulos y permisos para ejercer la libre práctica de la profesión dentro de los acuerdos. De esta manera, “Los arquitectos ya no tendrán que preocuparse por las fronteras, sino solo por ser buenos arquitectos, …. ya que un buen arquitecto esta preparado para ejercer y no debe estar limitado a un solo país” [5].

Esta es la oportunidad para hacer más rentable y eficiente la práctica profesional; es importante considerar que para alcanzar estos niveles se requiere, un nuevo perfil de arquitecto, que se enfrente a la modernidad con una nueva actitud en la práctica total de la arquitectura, con una visión global de la profesión y un pensamiento crítico, creativo y empresarial, que le permita establecer lineamientos generales, diseñar programas y estrategias definidas para renovar, actualizar y modernizar en forma global el desempeño gremial, mediante el conocimiento detallado del impacto de la nueva visión de la sociedad y su objetivo. “El Arquitecto ejercerá su profesión de conformidad con las normas aceptadas para prestar servicios en cada jurisdicción ….. identificando el alcance de la práctica profesional así como sus diferencias… “[6].

Participar dentro de los lineamientos de los TLCs., es un gran reto que enfrenta el gremio de los arquitectos, mismo que por su relevancia e impacto dentro de la sociedad exige del arquitecto el mejor de los esfuerzos para exportar algo tan intangible como la inteligencia, imaginación, creatividad, soluciones profesionales racionales y bellas que  permitan “elevar la calidad de vida de la sociedad”.

Intercambiar diseño de alto nivel y de profundo espíritu de servicio, debe trascender el mero ámbito comercial, exigiendo se establezcan y refuercen las bases económicas que permitan esta participación, porque la producción social del espacio habitable como respuesta a demandas sociales históricas, es factor preponderante y primordial de la economía en la sociedad.

“Resulta muy preocupante lo que le puede pasar al arquitecto mexicano con esta apertura” Arq. Agustín Hernández; el nuevo profesional que exige nuestra época debe ser una persona preparada con una visión pertinente de un mundo cambiante, que se actualice permanentemente, autónomo, emprendedor, versátil para adaptarse a los cambios dinámicos de la sociedad, dotado de cultura polivalente, con conocimientos técnicos y manuales, que se interese por la informática y la nueva tecnología de la comunicación, por lo cual hay riesgos muy intensos para el gremio y principalmente para aquel arquitecto que quede marginado de esta dinámica..

“La arquitectura mexicana no se verá afectada por esta apertura, porque la verdadera calidad, seguirá existiendo, tenemos una tradición y una fuerza cultural de tal magnitud, para que una apertura comercial como esta, provoque cambios substanciales en nuestra concepción arquitectónica, tampoco temo que la arquitectura mexicana vaya a perder calidad, ni identidad, porque tenemos raíces muy profundas” Arq. Antonio Attolini Lack.

Los TLCs. constituyen retos y oportunidades, ante las cuales los arquitectos empresarios y los que ejercen libremente la profesión, deben estar preparados, para incidir en el mercado más grande del mundo, con una capacidad enorme de inversiones, intercambio de bienes y servicios, lo que constituye la oportunidad de crecimiento y desarrollo empresarial; de esta manera tanto el arquitecto, como el maestro universitario deben aprovechar la infraestructura, recursos materiales y humanos de las empresas, ya sea creando sus propias empresas o integrándose a otras ya establecidas.

El trabajo del arquitecto mexicano tiene muchas posibilidades, tanto por su actividad creadora y capacidad de improvisación como por su capacitación integradora y no restrictiva en el campo de la profesión; “al final de cuentas se abre un campo mucho mayor, porque estamos capacitados, incluso probablemente más que los arquitectos estadounidenses o canadienses, toda vez que estamos acostumbrados a suplir serias deficiencias económicas y tecnológicas con imaginación, porque es algo característico de los mexicanos nuestra inventiva y nuestra capacidad para superar los obstáculos”, Arq. Augusto H. Alvarez[7].

Una cosa muy importante menciona el Arq. Fernando González Cortázar, “como de hecho ya sucede, llegue una avalancha de empresas de tercero y quinto nivel, pero armadas con una capacidad impresionante para deslumbrar, con costos muy bajos que no podamos igualar, pero con ínfima calidad, que halagarán a la gente que cree que hacer cosas grotescas es arquitectura”, o sea que solo protegiendo y conservando los principios de identidad cultural, se puede lograr que México siga siendo lo que es.

Esta situación requiere que los arquitectos fomenten centros de investigación científica en las universidades y sectores productivos para lograr adaptar, transferir, sustituir e implementar nuevas tecnologías, partiendo de las necesidades y demandas del mercado profesional del arquitecto y las condiciones impuestas por los TLCs; además de la capacitación de las plantas profesionales de manera integral, en el conocimiento y preparación de los estándares de calidad internacionales, esto implicará un mayor énfasis en la revisión de la planeación estratégica de las empresas constructoras y de servicios arquitectónicos, considerando las siguientes realidades:

  1. Los mercados locales de la construcción y servicios, serán cada vez en mayor proporción de participación del sector privado, por lo tanto sujeto a las leyes y fuerzas del mercado[8].
  2. Aquellos clientes que atraigan inversión extranjera directa, como: inversionistas hoteleros, de obras de infraestructura, así como empresas manufactureras internacionales, generarán una mayor competencia entre los arquitectos nacionales y los extranjeros.
  3. Algunas empresas constructoras y de arquitectura tendrán que buscar una mayor productividad vía la especialización en ciertos nichos de mercado para consolidar su posición competitiva.

El establecer relaciones internacionales, conlleva el riesgo de sufrir cambios ideológicos, debido a la fuerte penetración cultural de los países más poderosos, por esta razón, se debe de fortalecer la identidad nacional considerándola como aspecto prioritario que debe conservarse ante cualquier convención internacional.

[1]  Pasos Luis, El Tratado de Libre Comercio México E.U.A. Mitos y Hechos, Ed. Diana, México 1993.

[2]  Protocolo Internacional de análisis del ejercicio profesional de la Arquitectura en el T.L.C. A.N

[3] El perfil, regulación y control de la profesión y su ejercicio, las leyes y reglamentos vigentes, la formación académica, etc.

[4] punto No. 2 de las conclusiones del Subcomité de Práctica Profesional del Arquitecto dentro del T.L.C., mayo 10 1994, Ottawa, Canadá Reuter aeb JCV 2141, Ottawa, TO 78342229, page 004, may 06 1994.

[5] Ibid.

[6] Ibid.

[7] Como ya se mencionó en otra nota, en México el arquitecto esta preparado integralmente para responder al problema de manera creativa, técnica, teórica o legal, mientras que en otros paises la especialización los ha marginado a un solo campo de acción.

[8] Sin caer en los errores por los que atravesaron las compañías constructoras en su aventura carretera en el sexenio, y que fueron a parar al Fobaproa.

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