Desde que el Ser Humano, aparece en la faz de la tierra, inerme en su condición animal ante los avatares de su contexto, requirió de manera predominante de habitación, protección y cobijo, demanda que satisfizo en forma íntima y eficiente la arquitectura, quehacer ancestral que le ha acompañado en todos los estadios de su vida, cumpliendo funcional y formalmente con esa doble polaridad donde el Ser Humano, toma el papel de sujeto demandante usuario-habitador y al mismo tiempo imaginativo-creador de los objetos habitables, que le han significado en sus diferentes etapas culturales.
De igual manera, para asegurar su supervivencia, el Ser Humano como ente racional por excelencia, necesitó asociarse y vivir en comunidad; conformó estructuras sociales e institucionales autónomas, que reglamentaron la vida comunal, estableciendo valores, reglas y actitudes sociales definidas y aceptadas por el grupo; factores que a su vez significaron su propio hábitat, al exigir la construcción de los espacios públicos de convivencia y socialización, que le permitieron adquirir una mayor conciencia de su valor y contenido social, conquistando paulatinamente el derecho a vivir en ciudades, de forma libre e independiente, características urbanas que denotan autonomía y desarrollo social.
Esta evolución social, que surge en las ciudades, depende en gran forma, de la actitud crítica, penetración cultural e intercambio de ideas que se da entre los individuos que conforman la comunidad; así mismo, a medida que se incrementa el conocimiento de la relación de hechos científicos y sociales, se va superando el miedo al cambio, la angustia de lo nuevo o lo porvenir, se crean las bases que favorecen esta evolución y significan sus características humanas, concientizan al individuo y le permiten superar la estática social, dando lugar a una nueva ideología que modifica sus instituciones y demanda nuevas propuestas arquitectónicas y urbanas.
Este conjunto de circunstancias que rodearon la evolución social del ser humano, exigieron superar la mera conformación tradicional de la arquitectura por propuestas más creativas y trascendentales, condición que requirió un cambio de actitud en arquitectos diseñadores y constructores, ante la necesidad de contar con recursos humanos mejor preparados para solucionar las demandas arquitectónicas y urbanas que el momento histórico exigía.
A partir de esta situación, se inicia un proceso de formación de arquitectos, creando y buscando los modelos educativos más adecuados para su preparación; en función al importante papel que la educación juega en el desarrollo de las sociedades, siendo este el ámbito donde se complejiza la dinámica social y su interrelación con la vida cotidiana; además de ser un indicador del desarrollo, porque de acuerdo con el nivel de educación de cada grupo social, se nota el desarrollo en su calidad de vida; también implica superación, porque mientras exista un buen nivel de educación en la población, existirán mejores espectativas de vida, en cualquier ámbito de la sociedad y en nuestro caso dentro del gremio de los arquitectos.
Es muy importante enfatizar que la educación, ha resultado el medio más pertinente, para conformar el carácter individual y social del arquitecto, de tal manera que, respetando principios y valores sociales, pueda integrar propuestas arquitectónicas adecuadas a las demandas espaciales; estableciendo y fortaleciendo las condiciones que se requieren para estimular el cambio de conciencia y la evolución paulatina de las estructuras sociales, permitiendo establecer una nueva etapa cultural, sin perder de vista, el conocimiento de si mismo y de su comunidad, ideal y fin último de toda persona libre en una sociedad justa y equitativa.
De esta manera, los fines educativos en arquitectura, son los fines humanos y sociales en la forma concreta que toma cada etapa histórica; todo proyecto educativo, tiene como fin, el desarrollo del arquitecto como ser humano integral, y se enfoca a la transmisión de los conocimientos y valores sociales; en la enseñanza de la arquitectura, esta transmisión se encamina al desarrollo de las capacidades y aptitudes que permitan su formación, convirtiéndose en el recurso de creatividad, renovación y difusión de conocimientos y tradiciones, que colaboran en el desarrollo arquitectónico, científico y tecnológico de la sociedad[1].
Por otro lado, la sociedad actual se enfrenta a cambios substanciales acelerados, cuya trascendencia no puede ser predecible con seguridad, pero que impactan en las múltiples facetas de su estructura, estos cambios, tienen como factor fundamental, el desequilibrio entre el crecimiento demográfico y el poco crecimiento de la producción de bienes y servicios[2], así como el acelerado avance tecnológico y los virajes importantes del mercado, lo que origina el desplazamiento de grandes masas que operan con tecnologías caducas, hacia la pobreza extrema, marginación y desempleo; reflejándose además en el gran déficit existente de satisfactores espaciales básicos.
Esta situación obliga, a propuestas de desarrollo, que partan de una reflexión crítica sobre la realidad objetiva que envuelve los procesos sociales y permitan una revisión sobre los enfoques socioeconómicos; permitiendo el restablecimiento de las condiciones mínimas ya no de bienestar sino de supervivencia y competitividad para las mayorías, a través de la instrumentación de los cambios tecnológicos, la reorganización del mercado laboral, el fortalecimiento de la educación, la formación de recursos humanos capacitados, enfocados hacia la eficiencia y la productividad.
El mercado de trabajo profesional actual, genera demandas y oportunidades para aquellos arquitectos que se encuentran inmersos en la dinámica internacional, que pretenden ser protagonistas del cambio; los enfrenta a la necesidad de fortalecer su acervo, a través de la adquisición de conocimientos, actitudes y recursos que les ayude a anticiparse y responder más eficientemente a los cambios globalizantes que el mercado, la demanda, el ámbito de los negocios y su organización generan, adaptando estrategias de solución pertinentes y dinámicas, poniendo en juego experiencia y creatividad en la toma de decisiones.
Por esta razón, actualmente el arquitecto, requiere de una capacitación que integre los actos educativos en un continum cronotópico, que le permita acceder al conjunto de estrategias, mecanismos y aprendizajes permanentes, que implican una reflexión sobre el ejercicio profesional y tienden a transformar substancialmente la práctica de la arquitectura, evitando quedar al margen de las implicaciones del entorno social.
Según el Director de Vinculación Empresarial de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, existe en este momento un fuerte potencial para la creación de empresas integradoras, que brindan a la micro, pequeña y mediana empresa la posibilidad de unir esfuerzos para mejorar los procesos de producción de bienes y servicios, disminuyendo los costos en adquisiciones. Además, esta actitud favorece una adecuada planeación estratégica, para obtener una mayor ventaja en la comercialización de bienes y servicios.
Si consideramos que en el País existen según datos de la FCARM[3], más de doscientos mil arquitectos que prestan servicios profesionales, preparados teórica y técnicamente a la demanda social actual, pero organizados de manera tradicional en despachos particulares, enfrentando los retos del momento de manera individual; cuando las condiciones del mercado actual exigen para la solución de los problemas de prestación de bienes y servicios, integrar cadenas productivas, este tipo de organización favorece una adecuada planeación estratégica que permite obtener una mayor ventaja en la comercialización de los bienes y servicios.
Actualmente existen a nivel nacional 431 empresas integradoras, de las cuales 50 son consideradas como ejemplos exitosos, en ningún caso se cita alguna empresa de arquitectos, manifiestamente ante el esquema de globalización bajo el cual vivimos, es necesaria mas organización por parte de los arquitectos, además las empresas con reconocimiento internacional siempre trabajan sobre un esquema integrador[4].
Por su parte el Banco Nacional de Comercio Exterior y el Fondo Nacional de Apoyo a las Empresas Sociales, han firmado bases de colaboración a fin de posibilitar que las empresas sociales con vocación exportadora de bienes y servicios, aprovechen las condiciones de los mercados internacionales para que se incorporen de manera autosustentable al comercio exterior[5].
Es importante realizar un diagnóstico sobre la manera de trabajar que tienen los despachos de arquitectos, con la finalidad de conocer sus carencias en materia de organización y capacidad de exportación de bienes y servicios, y de esta manera poder diseñar los planes de capacitación específicas para cada caso en particular, con el fin de beneficiar el fomento de empresas sociales, y con esto desarrollar empresas de arquitectos exportadoras de servicios profesionales, lo cual es una estrategia prioritaria para el crecimiento de la economía del País.
Ante esta situación el gremio de los arquitectos y las instituciones superiores que los forman, deberán de inmediato poner en práctica programas adecuados que impulsen las reformas que verdaderamente faciliten un crecimiento sostenido del sector y una participación pertinente de los profesionales, generando confianza en el mercado de trabajo. Así mismo deberán llevarse a cabo políticas de Estado fundamentales para el desarrollo empresarial, como el Régimen Simplificado, Programas de Apoyo al sector productivo, fomentar Programas de Crédito etc.
Todo este proceso de cambio impacta a la estructura educativa, la cual deberá revisar el contenido curricular, programas y principalmente la oferta de servicios al egresado; de manera urgente, deben conciliarse los asuntos relativos a la preparación y enseñanza de la arquitectura, la experiencia práctica, el aprendizaje y la formación postprofesional, equiparando los objetivos, contenidos y estructuras de los programas de educación en todos los países comprometidos, estableciendo un sistema de reconocimiento mutuo de acreditación y certificación profesional[6].
NOTAS:
[1] Una gran cantidad de inventos y descubrimientos tanto científicos como tecnológicos se deben en gran parte a su puesta en práctica, experimentación y aplicación dentro del ámbito de la arquitectura.
[2] Solo en México hemos marginado a 85 millones de habitantes, de los cuales 40 padecen pobreza extrema, fuente: informe INEGI, 1999.
[3] Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana.
[4] Salvador Escobar Menabrito, Director de Vinculación Empresarial de la SECOFI, durante el Seminario de Empresas Integradoras, Jalapa Ver. Julio del 2000.
[5] Hoy en día México es la 8ª. Potencia mundial exportadora, y la 3ra. en América, siendo el 2º. Proveedor de los EEUU. Fuente: Notas financieras de Novedades, Isse Nuñez. 8 de agosto de 2000.
[6] En Estados Unidos se forman dos tipos de arquitectos los de primera que son aquellos que proyectan y diseñan y los de segunda que solo se especializan en un campo; por el contrario en México formamos arquitectos integrales que lo mismo construyen que proyectan o calculan estructuras, instalaciones presupuestan etc.
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