La formación empresarial del Arquitecto en México.
Diagnóstico:
La propuesta de una Especialidad en Arquitectura en Formación Empresarial, parte del análisis de los diversos factores que inciden en la materia; considera las necesidades actuales y previsibles derivadas del ingreso de México a los TLCs y su integración a políticas neoliberales y al mercado globalizante; relacionandolas con la actividad del arquitecto, analiza el impacto de la acción del mercado de trabajo en el desarrollo económico del gremio; identifica los mecanismos mediante los cuales el arquitecto incide en los sectores empresariales privados, públicos y sociales y el marco normativo e instrumental en la educación y la capacitación continua.
En este trabajo se pretende enfatizar, la importancia de afrontar con madurez la realidad del mercado de trabajo del arquitecto, para poder plantear opciones validas a su desarrollo señalando que esto exige un diagnóstico objetivo, que permita observar en la misma perspectiva donde se está, para conciliar lo posible con lo deseable y resolver así su dirección y su destino.
El diagnóstico analiza la situación empresarial del arquitecto, con objeto de fundamentar y jerarquizar las prioridades que permitan plantear la conformación de una especialidad en el área empresarial para la formación y capacitación del arquitecto.
Con este propósito, el diagnóstico se lleva a cabo considerando el campo de acción de los arquitectos dentro del ejercicio profesional y empresarial, desde diversos aspectos como son:
- La formación empresarial en el arquitecto, como un problema de déficit.
- La formación empresarial del arquitecto como problema de desarrollo profesional.
- La formación empresarial del arquitecto como un problema conceptual.
- La formación empresarial del arquitecto como un problema derivado de los mecanismos de Educación Superior.
a.- La formación empresarial del arquitecto como un problema de déficit.
La formación empresarial del arquitecto es necesario medirla en términos de déficit, como una aproximación cuantitativa a las condiciones cualitativas en que ejerce el arquitecto profesionalmente.
Esta situación, expresa los niveles de bienestar y adquiere significado cuando se le considera relacionado con las condiciones socioeconómicas del gremio.
Los criterios que se aplican al respecto consideran por una parte el denominado déficit absoluto, o sea, la diferencia entre el número de arquitectos y las instituciones que ofrecen la capacitación en el terreno empresarial, según el reporte de Asinea existen en la Zona connurbada de la Ciudad de México 22 escuelas de arquitectura de las cuales solo dos consideran dentro de sus planes de estudio el enfoque empresarial; y según el Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México, existen aproximadamente 20 mil arquitectos titulados y otro tanto igual que ejercen como pasantes, de los cuales una parte importante, requieren de una formación con orientación específica dentro del ámbito empresarial.
En segundo lugar se considera, respecto a los centros de capacitación, la calidad de la formación y la disponibilidad de servicios, así como la adecuación a la demanda de los arquitectos, aspectos que son medidos por el contenido curricular de los servicios educativos respecto a los requerimientos del mercado, dentro de estas 22 escuelas solo un 35% podemos decir que tienen la calidad académica necesaria y la infraestructura suficiente para dar calidad total en sus contenidos y servicios[1].
En tercer lugar se consideran los aspectos derivados de la formación empírica y en su caso de la necesidad de capacitación profesional o posgradual y por último suelen incorporarse dentro del concepto de déficit, las necesidades derivadas del crecimiento demográfico comparadas con la participación del gremio en la producción.
De acuerdo con el último informe de la Dirección General de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública, existen en la zona metropolitana del Valle de México alrededor de 20 mil arquitectos recibidos y posiblemente un número similar de pasantes; actualmente el Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México, tiene registrados aproximadamente a solo 5 mil arquitectos y de acuerdo con la Asinea de las escuelas del Valle de México, egresan anualmente alrededor de 1,600 arquitectos y se titulan entre 800 y 1,000, los cuales ejercerán sus funciones tanto en el sector público como en el sector privado por su cuenta un número considerable y conformando empresas solo tenemos un 15% del total mencionado.
En función de los criterios cualitativos que se aplican para calificar el comportamiento de los arquitectos como empresarios, varían notablemente las estimaciones de déficit en el país; pero principalmente en los Estados más importantes en términos de producción y ejercicio profesional, así como en la Ciudad de México.
En muchos casos, de acuerdo con las encuestas realizadas, las deficiencias que presenta el arquitecto como empresario son superables mediante acciones específicas, ya sea vinculándolas con la dotación de los Institutos de Educación Superior en el mejoramiento de la oferta de Estudios Profesionales, de Posgrado, Educación Continua en formación empresarial, o con los Colegios de Arquitectos que proporcionen servicios similares de capacitación profesional.
Con objeto de plantear un marco realista y operativo, se ha utilizado para la estimación del déficit de la formación empresarial de los arquitectos el concepto de necesidad, considerándolo desde dos puntos de vista: las necesidades derivadas del incremento demográfico y las que provienen de la atención a los rezagos en función de la oferta y calidad de la enseñanza.
De acuerdo con lo anterior y con base en la demanda de empresarios arquitectos que respondan profesionalmente a los requerimientos del mercado en los TLCs, se consideran solo los requerimientos para los arquitectos de la Ciudad de México, posteriormente se podrá llevar a cabo una investigación que considere al país en su conjunto, y proponga soluciones para cada una de las entidades federativas.
De acuerdo con los resultados de las encuestas, que se presentan en los anexos de este trabajo, se estimó en conclusión que las necesidades a cubrir en materia de formación de arquitectos empresarios en función de la demanda del mercado es considerable, por lo que para consolidar el gremio es necesario preparar urgentemente a arquitectos dentro del sector empresarial que hagan frente a los avatares del mercado globalizante.
b.- La formación empresarial del arquitecto como un problema de desarrollo económico.
Desde 1994, México ha experimentado un rápido y sostenido comercio con el mundo exterior a través de los Tratados de Libre Comercio que se han firmado, y al que dar inscrito dentro del marco de economía global, esto ha traído como consecuencia, la derivación de tratados de exportación de productos y servicios, en los que se busca una mayor participación en los mercados exteriores, por parte de profesionistas que presten sus servicios, y en nuestro caso, nos interesa el gremio de los arquitectos, que como ya se vio en capítulos anteriores en muy poco han incidido en este mercado.
Este proceso se refleja más intensamente en la Ciudad de México y su zona connurbada, donde se concentran aproximadamente el 20% de la población del país, con una tasa de crecimiento del 5.2% anual.
Por otro lado, al gran crecimiento de la Ciudad de México y la concentración de más del 30% de los arquitectos del País, así como el acelerado crecimiento de los servicios representa una problemática derivada de las condiciones económicas y sociales, y se expresa en marginalidad, subempleo y terciarización, en la formación de grupos de trabajo, en el trabajo individual, en la participación de personas ajenas al gremio que acceden al mercado sin ser profesionales de la arquitectura y que detentan los medios de trabajo y definen políticas normativas en función de intereses ajenos al área, al mismo tiempo, existe mucha dificultad para acceder al mercado de trabajo particularmente para aquellos arquitectos de bajos ingresos.
El incremento de la población se manifiesta en necesidades y demanda de vivienda, y esta a su vez es el principal generador y consumidor de espacio dentro de los asentamientos humanos, esto exige del arquitecto la capacidad profesional para dar respuesta a estas demandas, estas respuestas derivan de la formación profesional del arquitecto pero falta la organización para abordarlas con un enfoque empresarial que optimice los resultados, abata gastos y estimule las inversiones.
Ante las características de este proceso, se debe establecer políticas de formación empresariales profesional y posgradual en el área de la arquitectura, tanto a nivel estatal como de la Ciudad de México.
c.- La formación empresarial como un problema conceptual.
El problema que se plantea es definir el concepto de profesional necesario para dar continuidad a las nuevas demandas y requerimientos específicos que la sociedad exige y en que medida la estructura educativa de las Universidades sea capaz de producir este tipo de egresado, que pueda reforzar con su comportamiento la superación de los problemas que presentan los diferentes esquemas socio económicos y culturales, dentro del contexto globalizante actual.
Al concepto que de forma a los objetivos que impulsan a aquellos arquitectos, que a través de su participación pretenden ser protagonistas del cambio, ahora que el mercado de trabajo profesional, genera la oportunidad de integrarse a la dinámica global; enfrentando la necesidad de fortalecer la oferta de capacitación y formación, a través de la adquisición de conocimientos, actitudes y recursos que les ayude a anticiparse y responder más eficientemente a los cambios que el mercado, la demanda, el ámbito de los negocios y su organización les generan.
Por esta razón, se debe conceptuar los requerimientos para una capacitación que integre los actos educativos en un continum cronotópico y permita acceder al conjunto de estrategias, mecanismos y aprendizajes permanentes, que implican una reflexión sobre el ejercicio profesional y tienden a transformar substancialmente la práctica de la arquitectura, adaptando estrategias de solución pertinentes y dinámicas, que pongan en juego experiencia y creatividad en la toma de decisiones, para, de esta manera, evitar quedar al margen de las implicaciones del entorno social
Esta conceptuación es necesaria en tanto el arquitecto, se forma profesional-mente en función del dominio con ética y creatividad de su quehacer cotidiano, esta situación, lo deja inerme ante los embates del mercado por carecer de las bases metodológicas que le permitan una buena actuación en el ámbito empresarial.
Ante esta situación, se debe estructurar de forma lógica y racional una solución académica que de respuesta satisfactoria a las exigencias que el contexto económico, impone al arquitecto; como son, incrementar su productividad, eficiencia y competitividad con la equidad que demanda la sociedad, a través de un comportamiento adecuado al mercado de trabajo, con conocimientos profesionales aplicables, pertinentes y vigentes.
Es indispensable, la preparación de arquitectos con conocimientos adecuados en las diversas prácticas comerciales, tratados, acuerdos y convenios, que sean capaces de vincular el potencial de negocios de bienes y servicios arquitectónicos e inmobiliarios que las organizaciones nacionales producen, con la demanda internacional de los mismos; situación que permitirá la atracción de inversión extranjera y divisas al país, fortaleciendo así la estabilidad y el crecimiento del gremio en la Industria de la Construcción.
Esto permite observar, que dentro del concepto profesional de arquitecto, existe un gran número de actividades que no se han cubierto por falta de una orientación adecuada; dentro de este vacío, se encuentra el campo de desarrollo empresarial; el arquitecto, generalmente se forma en una actitud de permanente honestidad intelectual, y una conciencia ética y social, que le impulsa a solucionar las demandas espaciales que la sociedad requiere, poniendo en ello toda su capacidad y entusiasmo; este trabajo lo lleva a cabo a través de su desarrollo profesional individual, y en ocasiones a través de despachos, que más que empresa es lugar de trabajo común de dos o más arquitecto
Una vez definido y delimitado el concepto de arquitecto, en términos que sirvan para dirigir y optimizar el manejo, crecimiento, diversificación y consolidación de los recursos del capital y patrimonio de la organización, dentro de las funciones directivas, gerenciales y de liderazgo; se deben estimular las características fundamentales inherentes a su gestión: la toma de decisiones y la capacidad de mando; además deberá contar con el conocimiento y capacidad suficientes para determinar las consecuencias que sus propuestas provocarán dentro del sistema administrativo, financiero y productivo de la propia empresa.
d.- La formación empresarial del arquitecto como un problema derivado de los mecanismos de Educación Superior.
La formación empresarial del arquitecto como componente curricular de las IES[2] debe inscribirse dentro del marco de desarrollo de la educación a que está sujeto el país y a las políticas, planes y programas que al respecto deben definirse dentro de las universidades, tecnológicos y Centros de capacitación profesional.
Oferta Educativa: Revisando los planes de estudio de las IES que actualmente ofrecen formación para arquitectos, se puede constatar que ninguna prepara en esta especialidad en particular. Aún con estas diferencias podemos ver que existen diferentes instituciones que dan formación empresarial pero no en el ámbito de la arquitectura:
Se llevó a cabo una investigación dentro del ámbito profesional, entre arquitectos, autoridades, centros de trabajo especializados y en diferentes espacios de concentración profesional, para detectar la oferta y demanda, así como la aceptación sobre el tema.
Según el Arq. Manuel Barclay Galindo Presidente en turno del Consejo Directivo del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México y de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos, entre los objetivos generales del CAM SAM, se encuentran los de agrupar en su seno a los arquitectos mexicanos, superar y actualizar los conocimientos de los profesionales en la materia, otorgando un reconocimiento a los logros extraordinarios de los arquitectos, promover el intercambio con los centros de educación superior para mantener fresca la relación entre el área académica y el ejercicio profesional.
Actualmente como ya se mencionó, solo 5 mil arquitectos de los 20 mil titulados en la zona metropolitana de la Ciudad de México, pertenecen al CAM SAM, pero de ellos solo un poco más de 2,200 están regularizados, ha existido en la mayoría de los profesionistas una cierta indiferencia por acercarse al Colegio, sin embargo las circunstancias actuales de globalización de los mercados de competencia internacional implacable, prácticamente, obligarán a los arquitectos a afiliarse, buscando la protección de su ejercicio profesional, la diversificación de las oportunidades de trabajo en el ámbito de su quehacer particular, en la defensa de sus derechos de autor o su responsabilidad profesional; “el reto es involucrar a los arquitectos y urbanistas para encontrar las soluciones idóneas a los graves problemas urbanos que padece esta gran ciudad de México”[3].
En realidad la participación del Colegio con los programas universitarios en la formación de arquitectos es indirecta, pero existe una excelente comunicación con las escuelas a través de un mecanismo articulador como es el consejo académico integrado por los directores de escuelas y facultades, así como por profesores distinguidos, generalmente miembros activos del CAM SAM.
Dentro del sistema de Asinea, se encuentran registradas a nivel nacional alrededor de 76 escuelas e institutos dedicados a la formación de arquitectos, dentro de las cuales un pequeño porcentaje, se preocupa por dar una formación profesional con un enfoque dirigido a la formación empresarial, ya sea dentro de la currícula o fomentando programas paralelos de formación; en el Instituto Tecnológico de Monterrey, en todos sus campos desde que ingresa el alumno tienen la obligación de participar en estos programas, en la Universidad Anahuac, esta formación se da dentro del contenido de las materias del Plan de Estudios, en algunas otras Universidades, se presentan casos similares pero no con tanto ahínco como en estas dos; en la UNAM, se estableció en la Facultad de Ingeniería un Taller Empresarial, que rebasó sus fronteras y se esparció por todo el Campus en un programa integral de participación multidisciplinaria.
Dentro de la oferta por parte de los Colegios de Arquitectos, se llevan a cabo Talleres, Diplomados, Cursos de capacitación profesional y cursos varios sin un sentido integral donde solo se ofrecen visiones parciales o muy específicas del área empresarial, como son el Desarrollo Inmobiliario, Evaluación de Proyectos de Inversión Inmobiliaria, Análisis de Mercados Inmobiliarios, etc. pero nunca como un bloque que permita ver la formación empresarial como medio de generar empleos, riqueza o desarrollo del gremio.
4.5.2.- PRONÓSTICO Y CONCLUSIONES:
a.- Pronóstico:
El análisis de las tendencias de la situación empresarial del arquitecto, contempla el comportamiento de los factores que la determinan: la oferta y la demanda.
La primera estará condicionada por los recursos que puedan ser canalizados a la implementación de los programas de formación empresarial a nivel posgradual, particularmente en las Universidades e Institutos de Educación Superior; la segunda dependerá de la dinámica del mercado y la participación de los arquitectos dentro de los programas de desarrollo empresarial, de gran importancia en los cambios del mercado y la demanda de especialización, que resulten como efecto de las políticas actuales en la materia.
Tomando como marco la información proporcionada por el Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México, la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana, la Asinea[4], y la Facultad de Arquitectura de la UNAM, el análisis de la situación en materia empresarial del arquitecto, se plantea desde diversas perspectivas; en primer lugar según la información obtenida en la Asinea, ha identificado un importante déficit en los contenidos curriculares de las instituciones de enseñanza de la arquitectura sobre la formación e información en el terreno empresarial, salvo, como ya se mencionó, la Escuela de Arquitectura de la Universidad Anahuac, y la del Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, ninguna otra escuela da una formación con un enfoque empresarial al arquitecto, Por otro lado según los datos del Colegio de Arquitectos y de la Federación, dentro de los programas de formación empresarial se han dado solo cursos aislados, y en ocasiones algún diplomado sobre un tema en particular, pero siempre desde un punto de vista pragmático, donde los arquitectos a través de estos cursos pueden aplicar la información dentro de campos puntuales del ejercicio profesional.
La adopción de un esquema normativo de análisis y una mayor precisión de los conceptos, proporcionan información sobre el esfuerzo que el arquitecto deberá realizar, para atender las demandas que el contexto exige dentro de su formación, derivadas del acelerado crecimiento del mercado y la escasa participación que tiene en su dinámica.
En estos momentos en que la apertura de los TLCs. Permiten el ingreso de empresas extranjeras constructoras y de servicios arquitectónicos al país, la participación del arquitecto en los términos en que desarrolla sus actividades lo margina del mercado, obligándolo a realizar un esfuerzo enorme que compense con imaginación la carencia de una formación empresarial y el desarrollo de una infraestructura de servicio acorde al utilizado por las empresas internacionales.
b.- CONCLUSIONES:
Como conclusión puede señalarse por una parte la existencia de recursos académicos que apropiadamente canalizados permitan el enfrentamiento racional del problema, y por otro lado el incremento de las demandas, que aunadas a la distribución del trabajo, las características de empleo y subempleo, y por supuesto a los ingresos per cápita de los arquitectos, tienden a agravar el problema y a propiciar el deterioro en las condiciones de competitividad.
Los aspectos mencionados nos obligan a diseñar una estructura académica integral que implemente con mayor racionalidad la oferta de servicios de especialización y su coherencia con los instrumentos reguladores e inductivos que permitan mejorar y optimizar el trabajo empresarial del arquitecto.
NOTAS.
[1] La educación del arquitecto deberá ocurrir en un escenario pedagógico que prepare al individuo para un crecimiento y desarrollo continuo tanto en lo profesional como en lo personal NAAB.
[2] Institutos de Educación Superior.
[3] Manuel Barclay Galindo, Presidente del CAM SAM por el bienio 1999-2000.
[4] Asociación Nacional de Institutos y Escuelas de Arquitectura.
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