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APUNTES SOBRE SEMIÓTICA EN ARQUITECTURA Y DISEÑO

APUNTES SOBRE SEMIÓTICA EN ARQUITECTURA Y DISEÑO

  1. RAFAEL G. MARTÍNEZ ZÁRATE[1]

 

“El Ser Humano se desarrolla no en un mundo real sino

en un mundo simbólico que ha construido a su placer”

 

El presente trabajo pretende definir el papel de la semiótica, como instrumento útil para la determinación de los criterios que permiten diferenciar en la obra arquitectónica los sistemas de significación y la producción de formas en el proceso de diseño. A través del estudio de los referentes teóricos del modelo, creando un sistema de signos arquitectónicos identificables, y sus procesos de interpretación.

 

Es recomendable considerar que la importancia de la semiótica radica en que a través de la creación de un sistema de signos y la definición de códigos[2] se generan nuevas posibilidades de interpretación y acción en el terreno de la Arquitectura y el Diseño.

 

Este tipo de sistemas creados permiten formar una imagen que identifica a los sistemas arquitectónicos en su conjunto y en sus partes componentes, estructurando la interpretación y transformación que sufren los símbolos formales como un lenguaje propio y de fácil lectura para el arquitecto, dentro de la fenomenología de un contexto determinado.

 

Esta determinación, permitirá establecer los elementos proyectuales que configuren la respuesta espacial óptima, en función de las maneras de usar y/o habitar de cada usuario en particular y de la sociedad en general, adecuando de manera natural al objeto arquitectónico de acuerdo a su medio circundante.

 

Definición de semiótica:

 

La palabra semiótica deriva de la raíz griega semieón (semeión, signo)  y el su-fijo ica (ica, relativo a), traducida literalmente sería “relativo al signo”, pero   se considera como: “la ciencia que estudia el comportamiento de los signos en la sociedad, conformando códigos referenciales y lenguajes simbólicos articulados”[3]; Charles Morris la designó como: “la Ciencia General de los Signos”, Charles S. Peirce[4], la denomina como: “la Teoría General de los Signos”; Ferdinand de Saussure[5], la denominó Semiología de semieón (semeión, signo) y logos  (logos tratado o estudio)como un sistema de signos que expresan ideas”.

 

Saussure, destaca la función social del signo, en un orden de pares: el primero la Lingüística Diacrónica (que hace referencia a los cambios de uso del signo a través del tiempo) y la Lingüística Sincrónica, (que se refiere a la estructura general del lenguaje o de cualquier sistema de signos y su relación cronotópica),  y el segundo es la derivación de que el signo es la unión de un significado con un significante considerando al significante como el contenido material del signo, y el significado el contenido virtual del signo o sea el primero se refiere a la cultura, la tecnología o el hecho material en un momento definido que conforma al objeto-signo y la segunda se refiere al mensaje como conjunto de ideas o pensamientos se quiere interprete el usuario en un momento histórico definido y en un contexto cultural determinado.

 

Por otra parte Peirce maneja una estructura triádica, divide al signo en tres partes: icono, signos que poseerían el carácter que los hace significantes aún cuando su objeto no tuviera existencia; índice, signos que perderían el carácter que los hace ser tales si su objeto fuera suprimido, pero no perderían tal carácter si no hubiera el interprete y símbolo signos que perdería su carácter que lo hace tal si no hubiera interprete.

 

Icono representación gráfica del objeto al cual hace referencia (plano),

Índice representación realista del objeto (fotografía).

Símbolo representación arbitraria del objeto (nombre o imagen, logotipo)

 

Un signo es cualquier objeto que se denomine signo y que sirva de referencia para un mensaje determinado, puede ser un objeto físico como un letrero, una bandera, un logotipo, etc. Al proceso mediante el cual se utiliza un objeto y se le define como signo se denomina proceso semiótico o semiósis[6]

 

Los anteriores son los referentes que construyen la teoría de la semiótica que al aplicarse a la arquitectura, definen el mensaje y su proceso de comunicación que lleva a cabo el arquitecto al dar forma e intención a su diseño.

 

La actividad que desarrolla el arquitecto, a través de la práctica del ejerci­cio social, parte de una reflexión teórica sobre los procesos de diseño y produc­ción de objetos arquitectónicos; establece las relaciones de solución espacial y estructuración plástica, a través de un conjunto de sistemas formales que deter­minan al edificio, los cuales al ser codificados se traducen en lenguajes significativos que contienen una intención, significado y trascendencia cultural, resultado referente de una demanda y debe ir siempre precedido del estudio del entorno socio-cultural en el que se gesta.

 

El arquitecto aprehende la relación existente, entre el edificio como signo arquitectónico y su fenomenología causal, la deman­da social, apoyándose en el conocimiento pragmático de las manifestaciones síg­nicas mas elaboradas de la creación humana, considerando la formación de códi­gos lingüísticos como el conjunto de modalidades, formas y estilos arquitectóni­cos que permiten la interpretación integral del mensaje tanto formal como funcio­nal, con sus diversos matices y la extensión de sus significados y significantes culturales.

La Lógica Semiótica, estudia el comportamiento de los signos en la vida social, la conformación de códigos referenciales y lenguajes simbólicos articulados, que al ser utilizados dentro de estructuras complejas de comunicación social se crean, utilizan y comparten convencionalmente, de tal manera que sean fácil-mente comprensibles, tanto por el emisor como por el receptor, de esta  for­ma, siendo el objeto arquitectónico, un sistema de códigos plástico-formales que se utilizan como medio de comunicación social y manifestación cultural, es im­prescindible que el arquitecto tenga un conocimiento profundo de los procesos de funcionamiento de los signos y la producción de códigos en la vida social[7].

 

Por lo tanto el enlace y acoplamiento de los sistemas de lenguaje arquitec­tónico como elementos de comunicación plástico-formal se efectúa a través de la estructuración sistémica de signos como códigos lingüísticos espaciales, ambien­tales y volumétricos, que son resultado de un hecho social reflexivo lo que permi­te establecer la comunicación entre los individuos, como un vehículo de unión e identificación entre los miembros de un grupo social, se constituye en un sistema articulado que esta compuesto por unidades perfectamente delimitadas e identificables que se combinan y agrupan en rutas específicas que van desde los simples niveles de señal hasta niveles mas complejos de auto-acoplamiento sígnico; considerando que estos signos son convencionales, se puede realizar cualquier tipo de modificación, adaptación y cambio que sea necesario de acuerdo con los requerimientos y demandas sociales. Este tipo de enlace necesita de la plena con ciencia e intención de los usuarios, porque no es posible emitir ningún mensaje si no ha existe plena conciencia e intención de comunicarlo[8].

 

Si el arquitecto no posee una clara capacidad de expresión o carece de un vocabulario plástico-formal amplio, tanto por desconocer las formas complejas de lenguaje simbólico o por carecer de control sobre los sistemas de acopla-miento sígnico, requiere aumentar su capacidad cognitiva conciente, sobre los sistemas de transmisión de comunicación arquitectónica, de esta manera se ve sometido a operaciones de investigación conciente sobre los cambios que se producen en los estímulos y reacciones que operan en dichos sistemas, así los conocimientos adquiridos empíricamente, le permitirán transmitir sus vivencias, inquietudes y de seos al usuario, y distinguir la información explícita (función) e implícita (significado), que constituye y contiene el objeto arquitectónico[9]

 

El mensaje en arquitectura, aplica un proceso de síntesis para constituir sistemas de comunicación que se perciben por diferentes canales perceptuales, en teoría, todos los sentidos están capacitados para recibir todo tipo de informa­ción y percibir una serie de señales o mensajes ambientales que son de vital im­portancia, en el uso y función de los objetos arquitectónicos, de esta manera per­cibimos sistemas codificados visuales de iluminación, color y forma; sonoros o acústicos; de ambientación o función, etc., el material para crearlos lo constitu­yen un grupo de sistemas ya existentes de signos preestablecidos tanto norma­tiva como convencionalmente.

 

Un lenguaje plástico formal, puede utilizar un solo canal, cuando se trata de len guajes simples, la forma envolvente de un edificio, o varios canales a la vez cuando utilizamos lenguajes complejos, en los que se combinan varios siste­mas de signos o códigos; es posible descomponer estos lenguajes en sus diferentes códigos, como son las imágenes o concepto, los elementos gráficos, como los letreros, los espacios, su relación ubicación y ámbito, los volúmenes, composi­ción geométrica, el tiempo, la secuencia y otras más que forman diversos siste­mas de signos cuya suma da al diseño arquitectónico un lenguaje particular.

 

Para que un código en arquitectura pueda funcionar y transmitir informa­ción plástico-simbólica, se requiere que esté conformado por una serie de unida­des convencionales, generalmente arbitrarias, que sirven para hacer referencia a algo, puertas, macizos, plazas, etc. que deben ser identificables tanto por el arquitecto como emisor y por el usuario como receptor, a estas unidades plástico for­males se les denomina, signos arquitectónicos. «signo es todo objeto físico o abstracto que sirve para hacer referencia de algo»[10], y depende del ámbito y las circunstancias que rodean a la necesidad de referencia.

 

Todo signo arquitectónico tiene dentro de su condición de signo, tres componentes semióticos, bien definidos, los cuales se comportan y definen convencionalmente, se caracterizan por ser parte intrínseca del propio signo ya que sin ellos, este no podría funcionar como elemento de comunicación, de esta forma mencionaremos: que para que exista una relación semiótica debe existir primero la figura de signo, el cual debe ser definido como tal, o sea un objeto cualquiera que una persona o todo un grupo social de fina como signo, en ese momento el objeto será considerado signo en las condiciones en que se definió como tal y no en otras donde pierde su referencia.

 

Como segundo elemento, mencionaremos que dentro del proceso de dise­ño, generalmente utilizamos diversos elementos arquitectónicos como signos de referencia, a funciones real o virtuales, estos signos poseen la función de designado[11], que en diseño es la intención de decir algo o sea la relación de mensaje que se manifiesta a través del signo, este designado presenta dos planos conceptuales conformantes, convirtiéndose, en una unidad de comunicación plástica, compuesta por una forma de expresión e intención de mensaje denominada significado que es la imagen conceptual que se nos plasma en la mente cuando nos referimos al signo y una forma de contenido o imagen subliminal llamada significante, que nos remiten al contenido cultural tecnológico e ideológico que a través del signo envía virtualmente el arquitecto[12], las cuales funcionan dentro de sistemas codificados que refieren una realidad externa o contextual, a la que simboliza el signo arquitectónico, esta relación arbitraria y convencional que se esta­blece entre el significado, el referente social y el significante cultural, adquiere todos sus valores solamente dentro del sistema contextual codificado, debido a las combinaciones y oposiciones de lugar que establece con el resto de la realidad, así mismo se establece gracias al acuerdo y convención del arquitecto con el usuario, por ejemplo la forma envolvente de un templo representa toda una ideología de una comunidad religiosa, un banco representa una imagen de seguridad y fortaleza, así mismo una ventana en un muro, indica que el usuario puede ver hacia el exterior, una puerta para decirle por donde debe acceder, o un pasillo donde se le indica que puede deambular, etc.

SIGNO                       DESIGNADO

(espacio)      SIGNIFICADO      SIGNIFICANTE

                                                 (expresión)             (contenido)

 

EDIFICIO  >  FUNCIÓN      à       TECNOLOGÍA

                                               TIPOLOGÍA              ESTILO

                                               CARÁCTER            MOMENTO HISTÓRICO

GÉNERO                  CIRCUNSTANCIA CULTURAL

 

                        relación        arbitraria                  convencional

                        IMAGEN        CONCEPTUAL       SUBLIMINAL

 

En algunos casos, el sistema proyectado genera una imagen conceptual, la cual se transforma, en un valor de significado que adquieren cada unidad dentro de la totalidad del sistema lingüístico, porque cada expresión plástica se defi­ne a través de un signo el cual posee una imagen preestablecida empírica-mente.

 

Por otro lado, también se establece la imagen subliminal o significante, que es, el valor formal que adquiere toda unidad del sistema cuando ha sido ana­lizada por la capacidad lingüística del interpretante en cuanto conformación de formas distintivas, es la imagen que el usuario se forma en su mente del trasfon­do cultural de todo mensaje, cuando percibimos el signo lingüístico inmediata-mente construimos su imagen ideológica de una manera inconsciente.

 

Por ultimo consideremos que el lenguaje arquitectónico significa un siste­ma de relaciones plástico-formales codificadas, donde todo signo al enviar un mensa-je, lo hace con la intención que alguien un sujeto, lo reciba y lo decodifique, en-tendiendo e interpretando el mensaje, a este último elemento se le denomina interpretante, dentro del proceso de diseño lo consideramos usuario y su impor­tancia es vital para poder definir las referencias espaciales y funcionales que ha­gamos a través de los objetos satisfactores, los cuales forman un acervo formal en la mente del usuario, proporcionando los elementos necesarios que constitu­yan mensajes concretos y específicos.

 

En ocasiones estas referencias no son tan claras como el emisor pretende y el usuario las interpreta de una manera equivocada, formándose un criterio pro­pio acerca del edificio, resultando que el significado y su solución formal se opo­nen, la función real de un edificio o elemento arquitectónico, puede ser diferente a la función expresada por la forma y preconcebida por el arquitecto, al ser perci­bida por el usuario.

 

El caso de la Torre de la Universidad de Sheffield diseñada por Gollins, Melvin, Luard y asociados en 1965, puede ser un buen ejemplo de lo que mencionamos; Pevsner la consideraba como una muestra inequívoca de economía y au­sencia de expresión personal, revelando la excelencia de sus arquitectos su fun­cionalidad y la limpieza en el trazo[13], por el contrario Geoffrey Broadbent que tenía su despacho en este edificio, explicaría posteriormente que sufrieron de una ina­decuada circulación, con una insoportable exposición solar, poco aislamiento al ruido, un excesivo resplandor etc., por su parte Paul Golberger, comentaba que la torre representaba una expresión extravagante y costosa, exenta de significado pero sugestivamente estética[14]. El significado de la forma después de ser analizado e interpretado de una manera múltiple, tomó vías contrarias según las diferentes influencias del contexto ideológico de sus interpretantes.

 

La ligüística arquitectónica es una concepción teórica que estudia los sig­nos, sus significados y sus significantes, la relación que se establece entre ellos, la organización de los signos dentro del sistema formal y las normas que rigen la elaboración de los mensajes en base a estos signos, varia según el tiempo y lu­gar y pretende dar una explicación científica de como el usuario transforma los lenguajes en códigos regionales, sociales y culturales, creando los estilos y la evolución de los sistemas lingüísticos[15].

 

Considerado el lenguaje arquitectónico, como un sistema complejo de sig­nos formales que hay que estudiar con detenimiento para poder aplicar adecuada-mente sus códigos, debemos saber que existen tres dimensiones sígnicas que surgen de la relación entre los elementos integrantes de la Semiótica, pretende explicar como y por que se relacionan los signos formales, cuales son sus códi­gos y como se forman y caracterizan los mensajes.

 

Mencionaremos primero, la relación que establecen los signos, al relacio­narse entre ellos y formar la primera dimensión semiótica, a la cual llamaremos, DIMENSIÓN SINTÁCTICA, que es la que nos permite establecer las interrelacio­nes entre los signos, para que sea fácilmente comprensible su estructura, a partir de su conocimiento, la sintaxis arquitectónica nos enseña como debemos relacio­nar cada uno de los elementos arquitectónicos y arquitecturables, para que creen estructuras espaciales habitables.

 

Como segunda relación, mencionaremos aquella que se genera entre el signo y el contenido significativo del mensaje, formando la DIMENSIÓN SEMÁNTI-CA, la cual nos enseña que cada sistema arquitectónico, nos envía mensajes y debemos entenderlos, nos permite diseñar los métodos y reconocer los procesos de conocimiento y adquisición del lenguaje, estableciendo criterios y objetivos ar­tísticos, que tienen por objeto la expresión de ideas y sentimientos, por medio de formas y ambientes, que abarquen los aspectos materiales de seguridad y estabilidad.

 

Por último, mencionaremos la relación existente, que se crea a través de la interpretación que hace el usuario de los mensajes y como debe usar los sig­nos el arquitecto para decirlo de la manera mas clara, concisa y precisa, a esta relación se le denomina: DIMENSIÓN PRAGMÁTICA por eso el uso de este conjunto de signos lingüísticos permiten al arquitecto construir los mensajes espacia­les simbólico funcionales, deben tener un adecuado uso de los signos plástico-formales, que existen en la mente del diseñador y son parte fundamental del lenguaje de la arquitectura[16], podemos definir a la pragmática como aquella parte de la ciencia que auxilia los estudios teóricos de la semiótica arquitectónica, los cua­les deben circunscribir a la historia de los movimientos socio-culturales la inser­ción de las obras arquitectónicas, como respuesta formal a las demandas espa­ciales, en el tiempo, por esta razón es necesario el análisis crítico de las formas mismas en relación con su contexto y con su demanda social, política, cultural y principalmente ideológica.

 

La arquitectura como un sistema sígnico de comunicación esta constituido por dos elementos característicos, un emisor (arquitecto) y un receptor (usuario), que establecen contacto por medio de un mensaje (requerimiento), referido a un contexto (marco referencial) y codificado según un sistema de codificación (pro­grama arquitectónico), la relación existente entre estos elementos nos per-mite introducimos en el fenómeno arquitectónico e intentar valorar los procesos de diseño creativo1 estableciendo la relación existente entre el autor y la de-manda, considerando la obra como satisfactor y el contexto circundante como condicionante.

 

De lo anterior se ha considerado al objeto arquitectónico, como un modelo de comunicación social, debido a que utiliza como canales de transmisión del mensaje del objeto, diferentes formas de expresión visual, ambiental y perceptual aplicando lenguajes plástico-espaciales que resignifican los espacios creados con el fin de comunicar nuevos conceptos arquitectónicos esto influye considera­blemente en la recepción del mensaje de función utilitaria por parte del usuario y en los procesos creativo-conceptuales de la obra, ya que forman un universo sig­nificativo, en el que difícilmente podremos comprender la expresión de ideas y sentimientos sin conocer y sentir el lenguaje por medio del cual se da esta ex­presión y sin familiarizamos con la dinámica del espacio ritual y cotidiano.

 

El edificio como sistema de signos codificados, responde a una amplia ga­ma de lenguajes formales y significados específicos, todo sistema de significa­ción es selectivo y esta limitado por marcos culturales e ideológicos y sus inter­pretaciones consideran numerosos significados, por esta razón, su significado se polariza en usuarios y observadores, para los primeros la función y habitabilidad son primordiales en tanto que para los segundos el mensaje expuesto y la expre­sión formal son lo importante.

 

De hecho aún no existe una teoría crítica que explique sobre los intrinca­dos caminos de la creación dinámica de espacios vitales, solo el esfuerzo por expresar nuevos lenguajes ajenos a los sistemas de signos tradicionales permiten al arquitecto expresarse y comunicar nuevos sistemas codificados, en su insistencia por desarrollar sus ideas hasta sus últimas consecuencias, de esta manera el diseñador crea nuevos marcos de referencia sígnica tanto arquitectónica como estética.

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

 

Bonta Juan Pablo,              «Sistemas de Significación en Arquitectura», Colec-

ción Arquitectura y Crítica, ed. Gustavo Gili, Barcelona, España.

Eco Umberto,                       “Tra­tado de Semiótica General», ed. Nueva Imagen, Lumen, México.

«La Estructura Ausente» ed. Bompianní, Roma, Italia

Frutigen Adrian,                  «Signos, Símbolos, Marcas y Seriales», ed. Gustavo GiIi, Barcelona, España.

Gianella de Salama Alicia, «Lógica Simbólica y Elementos de Metodología de la

Ciencia», ed. El Ateneo, Buenos Aires, Argentina

Martínez Zárate Rafael,     “Conceptos Fundamentales de la Investigación”, editorial Librarte, México, 2008.

Peirce Charles S.                “La Ciencia de la Semiótica”, Editorial Nueva Imagen, Buenos Aires, 1986.

Pevsner Nickolaus,            «Los orígenes de la Arquitectura Moderna y del Diseño», Colección Comunicación Visual ed. Gusta­vo Gili, Barcelona España.

Pollione Marco Vitruvio,     “Los diez Libros de Arquitectura”, Imprenta Real de Madrid España, 1787, Trad. y comentado por Joseph Ortiz Sanz, Pbro.

Saussure Ferdinand,         “Curso de Lingüística General”, Editorial Akal, Madrid España, 1971.

[1] El Dr. Rafael G. Martínez Zárate, es Arquitecto por la Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM, Maestro en Educación Superior por la Universidad Intercontinental y Doctor en Arquitectura por la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesor Titular de Tiempo Completo de la Facultad de Arquitectura de la UNAM. Autor de diversos libros y artículos sobre investigación, Educación y Arquitectura.

[2] Considerando al código como el cuerpo de leyes o sistema completo de leyes sobre una materia.

[3] Para una mayor información de como funciona la semiótica  en el diseño arquitectónico, consultar Martínez Zárate Rafael, “Conceptos Fundamentales de la Investigación”, editorial Librarte, México 2008, pp 32-37

[4] Peirce Charles S., “La Ciencia de la Semiótica”, Editorial Nueva Imagen, Buenos Aires, 1986.

[5] Saussure Ferdinand, “Curso de Lingüística General”, Editorial Akal, Madrid España, 1971.

[6] Gianella de Salama Alicia, “Lógica Simbólica y elementos de Metodología de la Ciencia”, 3ª. edición, Biblioteca Nuevas Orientaciones, editorial El Ateneo, Buenos Aires, Arg. 1979, pag.2.

[7] Para consultar más profundamente el ámbito de acción y denominación de la Semiótica consultar, Eco Umberto, “Tra­tado de Semiótica General», ed. Nueva Imagen, Lumen, México, y Gianella de Salamanca Alicia, op cit.

[8] Consultar; Bonta Juan Pablo, «Sistemas de Significación en Arquitectura», ed. Gustavo Gili, Barcelona, España.

[9] Consultar FruÉigen Adrián, «Signos, Símbolos, Marcas y Seriales», ed. Gustavo GiIi, Barcelona, España.

 

[10] Tanto Frutigen de Saussure como Charles Sanders Peirce, consideran al signo como el objeto que dice algo a alguien, o sea que es el medio que se usa para enviar un mensaje.

[11] Cuando se define la palabra diseño  y su etimología, se designa cuando hay una intención de hacer o decir algo.

[12] Ya se mencionan estas características del diseño arquitectónico en Pollione Marco Tulio Vitruvio, “Los Diez Libros de Arquitectura”.

 

[13] Pevsner Nickolaus, «Los orígenes de la Arquitectura Moderna y del Diseño», Colección Comunicación Visual ed. Gusta­vo Gili, Barcelona España.

[14] Citado por Bonta, Bonta Juan Pablo, «Sistemas de Significación en Arquitectura», Colección Arquitectura y Crítica, ed. Gustavo GiIi, Barcelona España.

[15] Ibíd., para una mayor información y mejor comprensión del tema conviene consultar esta obra.

 

[16] Eco nos habla de los procesos de significación y comunicación en arquitectura en Eco Umberto «La Estructura Ausente» ed. Bompianní, Roma, Italia

 

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