Dr. Rafael G. Martínez Zárate[1]
Siempre que se aplica el término moderno o contemporáneo a cualquier cosa, se habla de algo que pertenece al tiempo actual[2]. Sin embargo, cuando se habla de “Arquitectura Moderna” y “Arquitectura Contemporánea”, se está hablando de todo un siglo de variadas y diversas expresiones; la primera, se refiere a las expresiones arquitectónicas que se manifestaron a principios del siglo XX y la segunda, se refiere a todo tipo de expresiones arquitectónicas actuales.
A principios del siglo XX los pioneros de la “Arquitectura Moderna” intentan un cambio radical con la tradición del eclecticismo y la divergencia de estilos arquitectónicos en boga a finales del siglo XIX, como el “Art Nouveau”, el “Modernisme Catalán”, el “Fiorale”, el “Jungest Style”, etc., que se caracterizaron por la búsqueda de manifestaciones diferentes, algunas emanadas de la revolución industrial, la utilización de líneas onduladas, la decoración a base de elementos orgánicos, principalmente vegetales, etc., otras como el “Arts and Crafts” que quería el regreso a las artesanías.
La Arquitectura Moderna quería comenzar de nuevo desde cero, despreciando muchas de las cualidades, características y elementos formales de los más diversos estilos y períodos de la arquitectura del pasado, romper con el uso de la piedra y la ornamentación, de las bóvedas y columnas, que en ningún momento obedecen a la relación entre la forma y la utilidad de las edificaciones, generándose una nueva expresión; sin memoria, asimétrica y abstracta; esta nueva estética se basó en el uso racional de nuevos materiales como el concreto reforzado, el acero laminado y el vidrio plano en grandes vanos.
El principio de lo se conoce actualmente como Arquitectura Moderna tuvo su origen en la Bauhaus [3], que fue la escuela de diseño, arte y arquitectura fundada en 1919 por Walter Gropius en Weimar, Alemania y cerrada en Dessau por las autoridades prusianas (en manos del partido nazi) trasladándola a Berlín.
Su fundación se produjo como todo cambio radical, en un momento de crisis del pensamiento moderno y la racionalidad técnica occidental en Europa y particularmente en Alemania. Su creación se debió a la confluencia de un desarrollo político, social, educativo y artístico en las primeras décadas del siglo XX, cuya especificidad está dada por las vanguardias artísticas de comienzo de siglo.
La intención de esta escuela fue conformar una reforma en la enseñanza artística, que generara una transformación de la sociedad; su misión era liberar de convenciones al futuro estudiante de la institución, despertar sus dotes personales y orientar su espíritu para su ulterior formación. Paradójicamente, a pesar de su nombre y del hecho de que su fundador fue un arquitecto, la Bauhaus no contó con un departamento de arquitectura en los primeros años de su existencia.
La historia de la Bauhaus se desarrolla en cuatro etapas: la primera de 1919 a 1923 con Walter Gropius como director, fue idealista y romántica; la segunda de 1923 a 1927 mucho más racionalista y en la tercera de 1927 a 1930 con la dirección de Hannes Meyer alcanzó su mayor reconocimiento, coincidiendo con su traslado de Weimar a Dessau.
De 1930 a 1934, bajo la dirección de Ludwig Mies van der Rohe, cambió por completo la orientación de su programa de enseñanza, en 1933 se traslada a Berlín, donde sufrió el acoso del Nacional Socialismo, debido a que la ideología Bauhaus era vista como socialista internacionalista y judía. Los Nazis cerraron definitivamente la escuela. Muchos de los integrantes de la misma, entre ellos Walter Gropius, Mies van der Rohe y Hannes Meyer se instalan finalmente en Estados Unidos para seguir con sus ideales.
La Bauhaus[4] sentó las bases normativas y patrones del diseño industrial y gráfico; estableció los fundamentos académicos sobre las tendencias más predominantes de la nueva Arquitectura Moderna, incorporando una nueva estética que abarcaría todos los ámbitos de la vida cotidiana. Uno de los principios establecidos por la Bauhaus desde su fundación fue la frase acuñada por Walter Gropius “Menos es más” y la de Louis Sullivan «La forma sigue a la función».
El edificio de la Bauhaus (Dessau, Alemania. 1925-1926) de Walter Gropius, es el más emblemático de la Bauhaus, se le considera como la obra maestra del racionalismo europeo, se despliega en varios volúmenes, independientes entre ellos y diseñados según la función para la que fueron concebidos, tiene una configuración relacionada con las condiciones de su entorno y con sus fachadas acristaladas se integra al ritmo de la vida urbana.
Durante este primer periodo se desarrollan una serie de estilos que todos coinciden con los principios de la Arquitectura moderna: la línea pura, la ausencia de ornamentación, el uso de nuevos materiales como el concreto armado, la búsqueda de estructuras que liberen la masa de los muros y principalmente buscar que la belleza no sea producto de la ornamentación sino que se demuestre a través del conjunto diseñado.
Los diseños neoplasticistas, se caracterizan por el uso de planos libres cuadrados o rectangulares que se cortan en ángulo recto y los interiores a base de geometrismo lineal, colores puros, huye de la limitación espacial, donde la intensidad de luz invade todos los espacios interiores; se plantea la integración interior-exterior a base de planos transparentes que acercan los jardines a la estancia y espacios íntimos.
Pabellón de Alemania en la Expo de Barcelona 1929
Casa Steiner en Viena 1910, Adolf Loos Theo van Doesburg: Cinébal, Aubette Estrasburgo
Otro de las tendencias que se presentan en los albores de la Arquitectura Moderna es el Cubismo, que se confunde con el anterior por las similitudes formales pero el cubismo busca que el efecto de conjunto sea un juego de cubos simples y superpuestos, figuras geométricas limpias sin salientes ni terrazas, planos confinados en una geometrización pura, difiere del anterior porque sus interiores la estructura no es visible y no se utilizan desniveles; también la luz es importante “La materia prima de la Arquitectura es la Luz”, Lecorbusier.
Fallingwater house en Bear Run, Pennsylvania 1935.
El organicismo es una filosofía de la arquitectura que promueve la armonía entre el hábitat humano y el mundo natural. Mediante el diseño busca comprender e integrarse al sitio, los edificios, los mobiliarios, y los alrededores para que se conviertan en parte de una composición unificada y correlacionada. Arquitectura como un todo.
Movimiento arquitectónico que se deriva del funcionalismo o racionalismo. Promovido fundamentalmente por los arquitectos escandinavos en la década 1930-40 y por el arquitecto americano Frank Lloyd Wright.
El movimiento acepta muchas de las premisas del racionalismo, como son la libertad de planta, el predominio de lo útil sobre lo meramente ornamental, la incorporación a la arquitectura de los adelantos de la era industrial
El organicismo plantea que los espacios no sean como una máquina para vivir, sino que por el contrario sea cómoda para el usuario, resuelve el problema de los espacios interiores con una consideración personalista y rehúye al credo estético.
La arquitectura orgánica se preocupa por la comodidad individual de los habitantes de la casa, eliminándose la estandarización, y atendiendo cada demanda de espacio a las diferentes funciones que ejercen tanto el mobiliario como el habitador, buscando una adecuación exacta entre el órgano y su utilidad.
Frank Lloyd Wright propone tres factores principales para la arquitectura orgánica:
1.- Lo sinuoso frente a lo recto y esquinado, la línea curva predomina sobre la angulosidad.
2.- El uso de materiales nobles como la piedra sin devastar, la madera y el ladrillo.
3.- Adaptación del conjunto a la superior condición del paisaje.
Pueden considerarse a Erik Gunnar Asplund en Suecia y a Alvar Aalto en Finlandia como los principales propugnadores de esta corriente.
1)Una mayor preocupación por la vida del hombre. Se mira más al hombre, al que ha de servir la arquitectura, que a la propia arquitectura.
La atención del arquitecto no debe limitarse a las estructuras y a la disposición de los ambientes, sino que debe extenderse a los problemas psicológicos y vitales del hombre.
2) Una nueva conciencia de los espacios internos. Asplund, Aalto y sus escuelas comienzan por el estudio de los ambientes, de los recorridos, de los movimientos del hombre y llegan a la creación de los espacios que consideran más indicados, a los que se les proporciona una envolvente apropiada. Las soluciones técnicas y estructurales deben ceñirse a esos espacios, dando lugar normalmente a formas más complicadas, no repetidas, económicamente más costosas y difíciles de industrializar.
El concepto “Funcionalismo” es inseparable al de Arquitectura Moderna, a principios del siglo XX, el arquitecto Louis Sullivan establece el lema “la forma sigue a la función”. La corriente funcionalista en Arquitectura, tiene como base que el diseño de un edificio debe hacerse basado en la función del mismo, o sea que si se satisfacen los aspectos funcionales, la belleza arquitectónica surgirá de forma natural; el concepto “la forma sigue a la función” expresa una idea significativa y duradera.
La raíces de la arquitectura moderna se basan en el trabajo del arquitecto franco-suizo Le Corbusier y el alemán Mies van der Rohe. Sus edificios fueron radicales simplificaciones de estilos anteriores. En 1923 Mies van der Rohe comienza a producir estructuras de simplificaciones radicales, que alcanzaron la meta de Sullivan de la belleza arquitectónica inherente. Por otro lado, Le Corbusier establece en su libro Vers une architecture publicado en 1923 que “una casa es una máquina para vivir” en. sus primeros trabajos, como la “Villa Savoye” en Poissy, Francia son tenidos como prototipos de funcionalismo.
Preocupación por los inventos. Producir un trabajo más rápido y/o mejor. Tecnología aplica todos los conocimientos a la arquitectura. Aplicación de tecnología; Le Corbusier y la máquina para habitar le impulsan a proponer los Cinco Puntos para una nueva Arquitectura:
- Edificio que descansa sobre pilotis (columnas) en planta baja, dejando la superficie en su mayoría libre para permitir que el paisaje quede autónomo del edificio.
- Cubierta plana, sobre la que se sitúa un jardín.
- Espacio interior libre, debido a la estructura basada en pilares y tabiques.
- Fachada libre de elementos estructurales, de forma que puede diseñarse sin condicionamientos.
- Grandes ventanas alargadas en las fachadas para conseguir una profusa iluminación natural en el interior.
Estos puntos van a ser la guía en la que se basa la Arquitectura Moderna y así vemos estructuras aparentes de Sullivan en Estados Unidos y en Francia por August Perret; construcción sobre columnas iniciada por Tony Garnier y difundida por Le Corbusier; ventanales continuos aplicados por Víctor Horta y por Peter Behrens; Volumen puro iniciado por Adolf Loos; superficies libres aplicadas por Hoffman; vegetación, techo jardín de la casa de la Rue Franklin de Perret.
A mediados de los años treinta, se comenzó a discutir que el funcionalismo se acerca más al concepto estético que a una cuestión de integridad de diseño. La carencia de ornamentación asociado a las formas más baldías de cubrir un espacio, se consideran formas baratas y comerciales de hacer edificios, donde las cúpulas geodésicas de Buckminster Fuller, se consideran «gauche».
El Estilo Internacional es el conjunto de tendencias arquitectónicas que comparten las características formales más puristas del Movimiento Moderno y, en menor medida, las funcionalistas. El término se consolida en 1932 con la Exposición Internacional de Arquitectura Moderna en el Museo de Arte Moderno de New York, organizada por Henry-Russell Hitchcock y Philip Johnson.
El Estilo Internacional es resultado de varios factores que revolucionaron el mundo moderno como la industrialización acelerada de las sociedades europeas y norteamericanas que crearon la necesidad de nuevos tipos de edificaciones con usos hasta entonces desconocidos; entre ellos, el edificio de oficinas, el bloque de apartamentos, las nuevas fábricas, preparadas para albergar novedosas maquinarias y gran cantidad de obreros.
Así mismo los enormes avances técnicos en la ciencia de los materiales, la mecánica, la ingeniería y la construcción, que permitieron la invención del concreto armado y los progresos en las aleaciones de acero. Todo esto facilitó nuevas posibilidades estructurales que permitieron edificios más altos, más resistentes, más espaciosos.
Se caracteriza por su énfasis formal en la ortogonalidad, el empleo de superficies lisas, pulidas, desprovistas de ornamento, con el aspecto visual de ligereza que permitía la construcción en voladizo; principalmente a los nuevos edificios rectangulares, racionales, puros, una homogeneidad de materiales, como el concreto armado, que con su plasticidad y resistencia permite amplios espacios interiores con similitudes en varios edificios con fachadas de cristal alta edificación que muestra su estructura de acero, y tiene la sencilla forma de un prisma rectangular desprovisto de toda ornamentación, la nueva imagen corporativa a mediados del siglo XX, que será denostado por sus críticos, tildándolos como «una arquitectura de cajas de acero y vidrio».
El Estilo Internacional fue el resultado de varios factores que tuvieron lugar en el mundo occidental que la industrialización, la mecánica, la ingeniería y la ciencia de los materiales revolucionaron.
El primero, la incomodidad de algunos arquitectos con el eclecticismo y divergencia de estilos arquitectónicos en boga a finales del siglo XIX, pues se tomaban detalles ornamentales, características y elementos formales de los más diversos estilos y períodos, sin obedecer en ningún momento a la relación entre la forma y la utilidad de las edificaciones.
En segundo lugar, la industrialización acelerada de las sociedades europeas y norteamericanas comenzó a crear la necesidad de nuevos tipos de edificaciones con usos hasta entonces desconocidos; entre ellos, el edificio de oficinas, el bloque de apartamentos, las nuevas fábricas, preparadas para albergar maquinarias y gran cantidad de obreros.
El tercer y decisivo factor, los enormes avances técnicos en la ciencia de los materiales y la construcción, que permitieron la invención del concreto armado y el mejoramiento de las aleaciones de acero. Todo esto conllevaría nuevas posibilidades estructurales que harían realidad edificios más altos, más resistentes, más espaciosos
Como testimonio del Estilo Internacional los edificios representativos de la corriente serían el Edificio Seagram, construido por el alemán Mies van der Rohe para la corporación de las bebidas alcohólicas, la Villa Savoye de Le Corbusier, la Glass House, o casa de vidrio, de Philip Johnson; la casa Schindler-Chase de Rudolf Schindler; la sede de la escuela de la Bauhaus en Dessau, diseñada por Walter Gropius, y los Lake Shore Drive Apartments de Mies van der Rohe.
El formalismo surge alrededor de los 60.s. En el arte, su característica dominante es la austeridad, además del componente geométrico que aúna forma y contenido.
En 1961 cuando el crítico estadounidense Clement Greenberg publica „Modernist Painting., un estudio en el que afirma que el Minimalismo es la máxima expresión del Formalismo con su rechazo a todo lo emocional que rodea al Expresionismo Abstracto y el Informalismo.
En arquitectura, el formalismo equivale a entender a la forma como principio en sí mismo, sin que necesariamente tenga que estar relacionada con la función.
- La composición arquitectónica debe corresponder a una serie de principios:
- La unidad: debe reflejar tanto en planta como en alzado un carácter de unión.
- La simetría: es el equilibrio en los edificios de carácter axial.
- Equilibrio o balance: simetría en la arquitectura sin ejes.
- Énfasis: centro de interés visual.
- Contraste: la unidad es la armonía de elementos contrarios y no la igualdad de todos los elementos.
- Proporción: relaciones de las partes entre sí y con el conjunto del edificio.
- Escala: relación entre las dimensiones de un edificio y las del ser humano.
- Expresión o carácter: personalidad propia de cada obra de arquitectura.
- Verdad: adaptación aspecto-función pero sin exageraciones.
- Urbanidad: los edificios deben integrar el ámbito urbano en armonía mutua.
- Estilo: es la lingüística del dibujo.
Como máximo exponente debemos destacar a Heinrich Wölfflin, que pretendía que el formalismo fuera un espacio autónomo para el ámbito de la historia del arte. En los años setenta, se acusó a la Arquitectura Moderna de no tener pasado, por eso la discusión sobre el funcionalismo y la estética se enmarca a menudo como opciones mutuamente excluyentes, cuando de hecho hay arquitectos, como Will Bruder, James Polshek y Ken Yeang que procuran satisfacer las tres metas de Vitruvio y por extensión los principios del funcionalismo.
También en esta discusión se insertan el arquitecto Philip Johnson al sostener que la profesión no tiene ninguna responsabilidad funcional, «No sé de dónde vienen las formas, pero no tienen nada que hacer con los aspectos funcionales o sociológicos de nuestra arquitectura», Los arquitectos Peter Eisenman, Frank Gehry, Steven Holl, Richard Meier y Ieoh Ming Pei, se asumen con una cierta responsabilidad secundaria de hacer sus edificios funcionales para los clientes y/o los usuarios.
Pero a toda acción corresponde una reacción, de esta manera surgió la “Arquitectura Posmoderna”: Si bien el arquitecto Charles Jencks, no creó el término «posmoderno», su libro de 1977 «El lenguaje de la arquitectura posmoderna» se considera a menudo como el que popularizó el término en relación con la arquitectura, donde se manifiesta esta corriente como una tendencia historicista por su marcado uso de elementos formales (simetría, columnas, capiteles, cornisas, arcos, frontones, etc.), utilizados en estilos pasados, principalmente de los órdenes clásicos
El Postmodernismo en arquitectura es una tendencia que comienza a partir de los años 1970, como respuesta a las contradicciones de la arquitectura moderna, y en especial los postulados del Estilo Internacional. Su principal característica es que aboga por recuperar de nuevo «el ingenio, del ornamento y la referencia» en la arquitectura.
La arquitectura postmoderna se desarrollará en torno a los años 60-80, desechando los valores y lenguajes del movimiento moderno y postulando unos nuevos ordenes basados en la recuperación y transformación deliberada y banal de los órdenes clásicos, la Ciudad de las Vegas en EE. UU. es un caso paradig mático de arquitectura posmodernista
Galería Clore, diseñada por James Stirling (1987).
El postmodernismo se refleja en arquitectura generalmente en varios aspectos:
- Los edificios adoptan a menudo tipologías heredadas del pasado.
- Se recupera el ornamento: columnas, pilastras, molduras…
- Se huye de las formas puras o limpias que dominaban en la arquitectura racionalista, buscando la yuxtaposición el abigarramiento…
- Se recurre a una especie de neo-eclecticismo, dado que se toman prestadas formas de todos los períodos de la historia.
- Desde el punto de vista urbano, se busca recuperar la calle, la edificación de pequeña escala, la riqueza visual de formas…
Ejemplos de arquitectura postmoderna son el edificio de Portland en Portland (Oregón), o el edificio de Sony en Nueva York (originalmente edificio de AT&T). En Europa destacan la ampliación de la National Gallery de Londres, o las obras de Ricardo Bofill. El Strip de Las Vegas fue convertido en un icono del postmodernismo a raíz de un libro de Robert Venturi, por su eclecticismo, exuberancia formal y riqueza visual.
El progreso y evolución de la Arquitectura Moderna prevaleció y la sociedad se apropió de la estética moderna. Pero la concreción de los proyectos de desarrollo urbano propuestos por Le Corbusier, crearon ciudades terriblemente monótonas. Así mismo la construcción de edificios económicos degeneró en edificios de muy baja calidad. La mayoría de los barrios residenciales diseñados se convirtieron en sitios donde la disgregación social, la violencia y la delincuencia hicieron presencia a lo largo del mundo. Como consecuencia la gente se desilusiona respecto de la imagen de progreso que se le proponía y en el mundo occidental comenzó a reconocerse el error que se había cometido. Había una desilusión creciente sobre
Al fusionarse la Arquitectura Moderna con el Movimiento Metabolista de los ´60 del grupo Archigram y de los arquitectos japoneses como Kenzō Tange, Kiyonori Kikutake, Kishō Kurokawa y otros. Dio por resultado una evolución en la manera de diseñar y construir los edificios apoyándose en el desarrollo tecnológico y los avances científicos.
La innovación científica y tecnológica en los años setenta provocó un gran impacto en la sociedad. Sobreexcitados por la carrera espacial y la llegada del hombre a la luna por Neil Armstrong en 1969, junto a la exasperante innovación de la tecnología militar. Estos desarrollos insinuaron en la mente de las personas que todo podría ser solucionado con el avance y desarrollo tecnológico. Los instrumentos tecnológicos comenzaron a ser comunes para toda la sociedad y esto generó una aceptación de optar por instalaciones, estructuras portantes y cubiertas a la vista.
De esta fusión surge un nuevo estilo arquitectónico inspirado en las estructuras metálicas y las instalaciones visibles utilizadas en las torres de lanzamiento de los cohetes espaciales, obras que privilegian el uso de materiales industrializados particularmente utilizados en techos, pisos y muros; que da lugar a una nueva corriente arquitectónica que surge a finales de los años 60s llamado estilo High-Tech[5] o Alta Tecnología también conocido como Tardo Moderno.
El término High Tech es utilizado en los círculos arquitectónicos para describir un número siempre mayor de viviendas y edificios públicos con aspecto crudamente tecnológico.
La arquitectura High Tech o Tardo Moderna se muestra como un desarrollo de las ideas y principios del Movimiento Moderno; apoyado en la innovación y la alta tecnología, funcionando como puente entre el Movimiento Moderno y el Postmodernismo; se inserta en un período donde no se establece claramente el límite entre el fin de un período y el inicio de otro, retoma un estilo que agoniza como el Movimiento Moderno, reinterpretándolo a través de una fuerte imagen de alta tecnología. Los objetivos principales de la arquitectura High Tech consiste en un juego creativo de crear cualquier cosa nueva evidenciando la complejidad de la técnica. De todas formas High Tech ha sido un referente en la actual arquitectura moderna.
Las características principales de la arquitectura High Tech son muy variadas, incluyendo la exposición de componentes técnicos y funcionales de la construcción, una disposición relativamente ordenada y un uso frecuente de componentes prefabricados, la utilización de vidrio y estructuras de acero son muy populares en este estilo. Estas características unidas, generaron una estética industrial. La técnica, en algunos aspectos, implicó la base del fundamento estético de las construcciones.
En lo que respecta al diseño interior había una preferencia por utilizar objetos familiares a la industria; por ejemplo: recipientes usados en la industria química como jarrones para flores. Esto porque el objetivo era el uso de la estética industrial. Objetivo que brindara a la gente una familiaridad entre el espacio de trabajo industrial y el lugar donde viviría o se entretendría. El movimiento buscó dar a todo una apariencia industrial.
Los elementos técnicos que generan la estética industrial no solamente consideran fines estéticos sino principalmente funcionales. Responden a una exigencia proyectual resolviendo problemas de diseño. Son solamente funciones, aquellas que eran reelaboraciones del funcionalismo del Movimiento Moderno. Los elementos industriales mantienen en parte una apariencia y un objetivo funcional. Esta flexibilidad significa que el edificio debe ser un catalizador de actividades y los servicios técnicos deben ser propuestos y estar claramente definidos.
El Centro Pompidou en París de Piano & Rogers es un ejemplo completo del estilo High Tech. La estructura portante, los conductos de ventilación y aire acondicionado, la escalera mecánica, los transformadores; todo a la vista. En su momento fue completamente revolucionario, ya que los conductos de ventilación que precedentemente estaban ocultos ahora están a la vista.
En los años ochenta el High Tech evoluciona formalmente hasta hacerla difícil de distinguir del resto de la Arquitectura Postmoderna. Muchos de sus temas e ideas fueron absorbidos en el lenguaje de las otras corrientes arquitectónicas postmodernas y la distinción cesó.
Para finales de los años 80s. la arquitectura tenía muchas y diversas vertientes, la mayor parte de ellas auspiciadas por el acelerado avance tecnológico de final del siglo XX. A este tiempo arquitectónico se le conoce de varias formas; “Pluralismo Contemporáneo”, “Súpermodernismo”, “Nueva Modernidad” e incluso “Post Industrial”. No hay que perder de vista que esta nueva arquitectura es la expresión de una sociedad a la cual le toco vivir un cambio de siglo, y disfrutar de la comodidad que ofrecen los adelantos tecnológicos en todos los campos, muy diferente a la sociedad anterior a los años 70s.
Dentro de este Pluralismo contemporáneo se pueden mencionar algunas de las vertientes que más aceptación han tenido en el mundo:
En la década de los 80s aparecen nuevas edificaciones; formas yuxtapuestas, ángulos agudos, líneas inclinadas en lugar de verticales y horizontales, formas aparentemente amontonadas dentro de un caos… ¡ordenado¡ y fuera de los órdenes “ya tradicionales” de la arquitectura moderna, como carácter, unidad, ejes compositivos, red modular, etc. La forma sigue a la fantasía, fantasías formales solo generadas por computadora. Su significado; la descomposición de los conceptos en sus componentes
Esta nueva tendencia arquitectónica se caracteriza por la fragmentación, el proceso de diseño no lineal, el interés por la manipulación de las ideas de la superficie de las estructuras y, en apariencia, de la geometría no euclidiana[] ( formas no rectilíneas) que se emplean para distorsionar y dislocar algunos de los principios elementales de la arquitectura como la estructura y la envolvente del edificio. La apariencia visual final de los edificios, la escuela deconstructivista se caracteriza por una estimulante impredecibilidad y un caos controlado. Tiene su base en el movimiento teórico-literario también llamado deconstrucción. El nombre deriva del constructivismo ruso que existió durante la década de 1920 de donde retoma alguna de su inspiración formal.
El Museo Guggenheim de Bilbao, España, de Frank Gehry, es uno de los edificios más espectaculares del deconstructivismo. De contornos orgánicos, trata de parecerse a un barco. Sus paneles brillantes de titanio, que recuerdan a las escamas de un pez, reflejan el río Nervión.
El movimiento deconstructivista inicia a partir del concurso internacional del parisino Parc de la Villette ( la participación de Jacques Derrida y Peter Eisenman[] y el primer premio de Bernard Tschumi); la exposición de 1988 del Museo de Arte Moderno de Nueva York Deconstructivist Architecture, organizada por Philip Johnson y Mark Wigley, y la inauguración en 1989 del Wexner Center for the Arts en Columbus, diseñado por Peter Eisenman. En la exposición de Nueva York se exhibieron obras de Frank Gehry, Daniel Libeskind, Rem Koolhaas, Peter Eisenman, Zaha Hadid, Coop Himmelb(l)au y Bernard Tschumi.
Los arquitectos deconstructivistas tuvieron dos influencias, una, las ideas del filósofo francés Jacques Derrida. Eisenman mantuvo una relación personal con Derrida, pero de todas formas desarrolló su aproximación al diseño arquitectónico mucho antes de hacerse deconstructivista. Según él, el deconstructivismo debe considerarse una extensión de su interés por el formalismo radical. Y dos por la experimentación formal y los desequilibrios geométricos de los constructivistas rusos.
El Imperial War Museum North de Daniel Libeskind, en Mánchester consta de tres volúmenes curvos que aparentemente se intersecan.
El deconstructivismo presenta referencias de varios movimientos del siglo XX: la interacción modernismo postmodernismo, expresionismo, cubismo y el arte contemporáneo. Su finalidad es liberar a la arquitectura de las reglas modernistas, que sus seguidores juzgan constrictivas, como «la forma sigue a la función», «la pureza de la forma» y la «verdad de los materiales».
El deconstructivismo incluye ideas de fragmentación, procesos no lineales, procesos de diseño, geometría no euclidiana, negando polaridades como la estructura y el recubrimiento. La apariencia visual de los edificios de este estilo se caracteriza por un caos controlado. Muchos críticos del deconstructivismo ven esto como un mero ejercicio formal con poco significado social.
Biblioteca Central de Seattle, de Rem Koolhaas. La biblioteca, de aspecto llamativo, consiste en varias “plataformas flotantes” aparentemente envueltas en una gran red de acero sobre una piel de vidrio.
El deconstructivismo, en la arquitectura moderna, desempeña un papel opuesto a la racionalidad ordenada del modernismo y al postmodernismo. Aunque tanto los postmodernistas como los deconstructivistas publicaron sus teorías conjuntamente en la revista Oppositions (1973-84), estos artículos abrieron también una brecha decisiva entre ambos movimientos.
El deconstructivismo adopta una postura de confrontación contra la arquitectura establecida y la historia, su deseo es desensamblar la arquitectura.[] Contrario al postmoderno que vuelve a abrazar -a menudo astuta o irónicamente- las referencias históricas que el modernismo rechazaba, el deconstructivismo rechaza la aceptación postmoderna de estas referencias y la idea de ornamento como decoración. En función a estos principios el deconstructivista se alinea con las ideas del anti-historicismo modernista.
Además de las Oppositions, otro texto que ha separado al deconstructivismo del modernismo y el postmoderno fue la publicación de Complexity and Contradiction in architecture (1966) de Robert Venturi. Esta obra, definitiva tanto para el postmodernismo como para el deconstructivismo ataca la puridad, claridad y simplicidad del modernismo. Tras su publicación, el funcionalismo y el racionalismo, las dos ramas principales del modernismo, fueron derrocadas como paradigmas de acuerdo con el postmodernismo y el deconstructivismo, pero de formas distintas.
La lectura postmoderna de Venturi fue que la ornamentación y la alusión histórica añadían una riqueza a la arquitectura. Algunos arquitectos postmodernos intentaron reaplicar la ornamentación incluso a edificaciones económicas, un esfuerzo ilustrado por el concepto de Venturi de “la barraca decorada”. Se rechazó racionalismo en el diseño, pero se mantuvo intacto el principio del funcionalismo. Esto se acerca a la tesis de Venturi:[] “los signos y ornamentos pueden aplicarse a la arquitectura pragmática e inculcada las complejidades filosóficas de la semiología”.
Vitra Design Museum, de Frank Gehry, en Weil am Rhein.
El edificio es el objeto de los problemas y lo intrincado del deconstructivismo, sin desprenderse de la ornamentación. En lugar de separar ornamento y función, como los postmodernistas, se cuestionan los aspectos funcionales de la simplicidad modernista del edificio. La geometría es al deconstructivismo lo que el ornamento al postmoderno, finalmente se aplicó la complicación de la geometría, a los aspectos funcionales, estructurales y espaciales de los edificios deconstructivistas. Un ejemplo de la complejidad deconstructivista es el Vitra Design Museum de Frank Gehry en Weil-am-Rhein, que toma el típico cubo blanco sin ornamentación de las galerías de arte modernistas y lo deconstruye, empleando geometrías que recuerdan al cubismo y al expresionismo abstracto.
Otro ejemplo de la lectura deconstructivista de Complexity and Contradiction es el Center for the Arts de Peter Eisenman. El Wexner Center toma la forma arquetípica del castillo y la imbuye de complejidad en una serie de cortes y fragmentaciones. Una rejilla tridimensional recorre arbitrariamente el edificio. La rejilla, una referencia al modernismo, colisiona con la antigüedad medieval del castillo. Algunas de las columnas de la rejilla no llegan al suelo, sino que quedan intencionalmente suspendidas sobre las escaleras creando una sensación de incomodidad neurótica y contradiciendo el principio estructural de la columna. El Wexner Center deconstruye el arquetipo de castillo y representa sus espacios y estructuras como conflictos y diferencias.
El principal enlace de la filosofía deconstructivista a la teoría arquitectónica se da a través de la influencia del filósofo Jacques Derrida sobre Peter Eisenman. Eisenman que trazó las bases filosóficas del movimiento, y colaboró directamente con Derrida en algunos proyectos, como el concurso del Parque de la Villette, documentada en Choral Works.
Tanto Derrida y Eisenman, como Libeskind[] estaban preocupados con la metafísica de la presencia, sujeto principal de la filosofía deconstructivista en la teoría arquitectónica. Presupone a la arquitectura como un lenguaje capaz de comunicar su sentido y ser tratado por los métodos de la filosofía del lenguaje.[] La dialéctica de la presencia y la ausencia, o lo sólido y lo vacío, aparece en muchos proyectos de Eisenman. Tanto Derrida como Eisenman creían que el lugar de la presencia, es arquitectura, y se encuentra la misma dialéctica de la presencia y la ausencia en la construcción y la deconstrucción.[]
Cualquier deconstrucción arquitectónica necesita de la existencia de un arquetipo de construcción particular, una expectativa convencional fuertemente establecida sobre la que jugar con la flexibilidad de las normas.[] El diseño de la residencia de Frank Gehry en Santa Mónica (1978), se considera una variación prototípica alrededor de un tema estándar: empezando con una casa ordinaria en un vecindario ordinario, Gehry alteró su masa, su envolvente espacial y sus planos en una subversión juguetona. El resultado es un ejemplo de deconstrucción.[]
Daniel Libeskind concibió muchos de sus primeros proyectos como una forma de escritura o un tratado sobre la escritura y a menudo trabajó con caligramas, basado en la concepción metafísica de Derrida.
Realizó escultura arquitectónica a partir de libros, cubriendo los modelos con textos, refiriendo abiertamente su arquitectura a la escritura. Libeskind puso en práctica las nociones de traza y borrado en su proyecto del Museo Judío de Berlín. El museo está concebido como la traza del borrado del Holocausto, e intenta que el objeto sea legible y conmovedor. Los monumentos de Maya Lin a los veteranos del Vietnam y de Eisenman a los judíos asesinados en Europa reflejan los temas de la traza y el borrado.
Otra corriente mayor de la arquitectura deconstructivista se inspira en el constructivismo y el futurismo ruso de principios del siglo XX, y tanto en sus artes gráficas como en su arquitectura visionaria, de la que se llegaron a construir pocos edificios.
Los artistas Nahúm Gabo, El Lissitzky, Kasimir Malevich y Alexander Rodchenko influyeron en el uso de las formas geométricas de la arquitectura deconstructivista de Zaha Hadid y Coop Himmelblau. Tanto el deconstructivismo como el constructivismo muestran una preocupación con la tectónica de los ensamblajes abstractos. Ambos consideraron la simpleza radical de las formas geométricas el motivo artístico primario, expresado en las artes gráficas, la escultura y la arquitectura. Sin embargo, la tendencia constructivista hacia el purismo está ausente en el deconstructivismo: la forma a menudo sufre una deformación cuando la construcción se deconstruye. Destaca por su ausencia la defensa de las causas socialistas y colectivistas, indispensables en el constructivismo ruso.
Los motivos gráficos primarios del constructivismo eran la barra rectangular y la cuña triangular, el cuadrado y el círculo. El Lissitzky, en sus series Prouns, ensambló grupos de geometrías con diferentes orientaciones flotando libremente en el espacio. Estas figuras evocan las uniones estructurales básicas como las barras de metal o la madera serrada apilada o desperdigada. También realizó esbozos que compartían aspectos con el dibujo técnico. Son parecidas también las series deconstructivistas Micromegas de Daniel Libeskind.
La rotura simbólica de la pared efectuada por la introducción de motivos constructivistas de barras inclinadas y cruzadas establece una subversión de la pared que define a la propia barra….Este caos aparente en realidad construye las paredes que defienen la barra; es la estructura. El desorden interno produce la barra a la vez que la divide como heridas abiertas a lo largo de su longitud.
El estructuralismo desnudo de los arquitectos Ivan Leonidov, Konstantín Mélnikov, Alexander Vesnin y Vladímir Tatlin también tuvo su impacto en los arquitectos deconstructivistas, sobre todo en Rem Koolhaas. Sus últimos trabajos parecen encarnar el proceso de la construcción. Terminan los aspectos temporales y transicionales de los edificios, los andamios y las grúas necesarias en la edificaciones de gran tamaño. Das Wolkernbügel, de El Lissitzky, semejante a grúas conectadas y hechas habitables, es un precedente de la torre de la China Central Television, en la que Koolhaas realiza una arquitectura que parece perpetuamente en construcción.
Dos corrientes del arte moderno, el minimalismo y el cubismo han ejercido una gran influencia en el deconstructivismo. El cubismo analítico tuvo un gran efecto en el deconstructivismo, pues las formas y el contenido se diseccionan y son vistas desde diferentes perspectivas simultáneamente. La sincronía del espacio disjunto es evidente en muchas obras de Frank Gehry y Bernard Tschumi. Sin embargo, el cubismo sintético, con su aplicación en el arte encontrado, no ejerció una in UFA-Palast en Dresde, de Coop Himmelblau.
fluencia tan grande en el deconstructivismo como el cubismo analítico, aunque también se encuentra en las primeras obras de Frank Gehry. El deconstructivismo también comparte con el minimalismo una ausencia de referencias culturales. También recibe a menudo la influencia de las nociones minimalistas de arte conceptual.
La tendencia hacia la deformación y la dislocación son aspectos del expresionismo y de la arquitectura expresionista asociados al deconstructivismo; refleja variedades del neo-expresionismo y el expresionismo abstracto. Las formas angulares del UFA-Palast de Dresde, de Coop Himmelblau, la obra de Vasili Kandinski también guarda similitudes con la arquitectura deconstructivista.
El proyecto de Maya Lin del Monumento a los Veteranos del Vietnam 1982, con sus bloques de hormigón, su forma fragmentada y la reducción del contenido a un texto minimalista influyó en el deconstructivismo, en el sentido de la fragmentación y el énfasis en la lectura del monumento. Lin también realizó obras para el Centro Wexner de Eisenman. Los espacios arquitectónicos de Rachel Whiteread son otro ejemplo en el que el arte contemporáneo confluye con la arquitectura.
La Casa Danzante, Praga, de Frank Gehry, representa a una mujer y a un hombre bailando
En 1988, Mark Wigley y Philip Johnson organizan la exposición del MOMA titulada Deconstructivist architecture, que cristalizó el movimiento y dio fama y notoriedad a sus integrantes. Los arquitectos que presentaron obras en la exposición fueron Peter Eisenman, Frank Gehry, Zaha Hadid, Coop Himmelb(l)au, Rem Koolhaas, Daniel Libeskind y Bernard Tschumi. Mark Wigley escribió un ensayo en el que trató de mostrar los aspectos comunes de los diferentes arquitectos.
Phillip Johnson y Mark Wigley, Stata Center, MIT.
Los proyectos de esta exposición marcan una sensibilidad diferente, una en la que el sueño de la forma pura ha sido perturbado. Es la capacidad de perturbar nuestros pensamientos sobre la forma lo que hace a estos proyectos deconstructivos. La muestra examinaba un episodio, un punto de intersección entre muchos arquitectos donde cada uno construye un inquietante edificio mediante la explotación del potencial oculto del modernismo.
Una herramienta esencial en muchos aspectos de la arquitectura contemporánea es el diseño asistido por computadora, por la naturaleza particular del deconstructivismo hace que el empleo de computadoras sea especialmente pertinente.
El modelado tridimensional y las animaciones (virtuales y físicas) ayudan en la concepción de espacios complejos, mientras que la capacidad de enlazar modelos computerizados con la fabricación asistida por computadora (CAM) permite que la producción en masa de elementos modulares ligeramente diferentes sea asequible. Arquitectura virtual se entiende como algo aparente que no es real, en este sentido, representar de manera más realista mediante las presentaciones y animaciones en 3D (foto-realismo).
El surgimiento de efectos noche-día con cambio de apariencia, dobles fachadas (metálicas y de vidrio), así como elementos que permiten regular el paso de luz y sol a los interiores a manera de parteluces, han permitido tener a los edificios diversas facetas y efectos). De forma retrospectiva, muchas de las primeras obras deconstructivistas —los bocetos de Zaha Hadid, por ejemplo— parecen haber sido concebidas con la ayuda de una computadora, pero en realidad no fue así. Gehry es conocido por realizar durante el proceso de diseño muchos modelos físicos —maquetas— y virtuales —Gehry emplea en su estudio un sofisticado programa de diseño aeronáutico CATIA. Aunque la computadora ha facilitado mucho el diseño de formas complejas, no todo lo que tiene aspecto extraño es “deconstructivista”.
Desde la publicación de Modern Architecture: A Critical History, de Kenneth Frampton (primera edición: 1980) se ha tomado conciencia del papel de la crítica en la teoría arquitectónica. Como Whilst señala a Derrida como una influencia filosófica, se puede considerar que el deconstructivismo está tan enraizado en la teoría crítica como la otra ramificación del postmodernismo, el regionalismo crítico. Los dos aspectos de la teoría crítica, urgencia y análisis, se encuentran en el deconstructivismo. Hay una tendencia a re-examinar y criticar otros trabajos o precedentes del deconstructivismo, y también por situar las cuestiones estéticas en primer plano. Un ejemplo podría ser el Wexner Center. La teoría crítica, sin embargo, tenía como corazón una crítica al capitalismo y sus excesos, y en este aspecto muchos trabajos de los deconstructivistas no siguen estos principios, pues están realizados Weisman Art Museum de Frank Gehry, 1993 por una elite y son extremadamente costosos.
El Wexner Center trata con asuntos fundamentales de la arquitectura como la función y la precedencia y muestra su urgencia en el discurso arquitectónico de una forma analítica y crítica. La diferencia entre lo crítico en el deconstructivismo y lo crítico en el regionalismo crítico es que el regionalismo crítico reduce el nivel de complejidad involucrado y realiza un análisis más claro a la vez que intenta reconciliar la arquitectura modernista con las diferencias locales culturales, físicas y naturales; siendo así, una arquitectura de integración. Esto conduce al modernismo “vernáculo”.
El regionalismo crítico muestra falta de autocrítica estética y una visión utópica del lugar, sin embargo las tendencias de la arquitectura verde se han manifestado como una actitud o respuesta crítica y a un grito de conciencia. Por el contrario, el deconstructivismo se autocritica y recibe críticas externas más intensamente, además de tender a mantener un alto nivel de complejidad compositiva, pudiendo dificultar su ejecución haciéndole dependiente de las posibilidades financieras y tecnológicas disponibles; a esto se podría comparar: la mano de obra con conocimientos empíricos del medio local o rural contra la mano de obra altamente tecnificada y urbana. Algunos arquitectos identificados con el movimiento deconstructivista, especialmente Frank Gehry, que a menudo adopta puntos de vista anti-filosóficos[12] han rechazado vehementemente que se clasifique su obra como deconstructivista. Otros son tan críticos con su propio trabajo como con los precedentes y los trabajos contemporáneos.
Los críticos al deconstructivismo lo ven como un ejercicio puramente formal, de poco contenido social. Kenneth Frampton lo encuentra “elitista y desprendido”.[13] Otras críticas son similares a las de la filosofía deconstructivista—que, dado que el acto de la deconstrucción no es un proceso empírico puede resultar en cualquier cosa que el arquitecto desee, y por tanto sufre de falta de consistencia. En los últimos tiempos algunos tienen la sensación de que los fundamentos filosóficos de los comienzos del movimiento se han perdido.[14] Otros críticos rechazan la premisa de que la arquitectura sea un lenguaje capaz de ser el sujeto de la filosofía lingüística o, si consideran que fue un lenguaje en el pasado critican que ya no lo es.[6] Otros cuestionan la sabiduría y el impacto sobre futuras generaciones de una arquitectura que rechaza el pasado y no presenta a cambio valores claros y a menudo sigue estrategias intencionalmente agresivas.[6]
Light Construcción. Esta tendencia recorre la ligereza y transparencia de la arquitectura contemporánea. Se trata de edificios acristalados, transparentes y/o traslucidos que logran efectos de iluminación uniforme, sobre todo cuando se utiliza cristal esmerilado. Muchas de estas edificaciones se definen como simples volúmenes rectangulares, con una nueva sensibilidad arquitectónica y no se preocupan por consideraciones formales (Hotel Habita. México, DF).
Monolítica. Nueva tendencia expresada por edificios que parecen estar construidos de una sola pieza, edificios con capacidad de ser elocuentes, perdón, expresivos con medios formales muy limitados (formas sencillas). En la mayoría de los casos se trata de imponentes estructuras sólidas, a diferencia de la arquitectura light. (El Varón Verde, Phillipe Starck).
Minimalismo Estético. Arquitectura que ha ganado terreno desde los años 90s. y que se ha colocado en el contexto de las artes visuales. También se le define como arquitectura abstracta que no hace referencia a otra cosa que no sea la arquitectura misma, con una marcada reducción formal y con interesantes y variados efectos; sombras, texturas, iluminación, flotación, etc. (Oficinas La Caja Azul, Ortner)).
Piet Mondrian, Ilustración realizada en el estilo neoplasticista.
El término minimalista, en su ámbito más general, se refiere a cualquier cosa que haya sido reducida a lo esencial, despojada de elementos sobrantes. Es una traducción transliteral del inglés minimalist, que significa minimista, o sea, que utiliza lo mínimo (minimal en inglés). Es la tendencia a reducir a lo esencial. Se aplica también a los grupos o individuos que practican el ascetismo y que reducen sus pertenencias físicas y necesidades al mínimo, es también el significado a simplificar todo a lo mínimo. Este significado queda más claro si se explica que minimalismo en realidad quiere decir minimismo. El término «minimal» fue utilizado por primera vez por el filósofo británico Richard Wollheim en 1965, para referirse a las pinturas de Ad Reinhardt y a otros objetos de muy alto contenido intelectual pero de bajo contenido formal o de manufactura, como los «ready-made» de Marcel Duchamp.
Reconstrucción del Pabellón Alemán de Ludwig Mies van der Rohe en Barcelona
El término minimalismo también se utiliza para describir una tendencia en el diseño y la arquitectura, donde el sujeto se reduce a sus elementos necesarios. El diseño minimalista ha sido muy influenciada por el diseño tradicional japonés y la arquitectura. Además, los trabajos de los artistas de De Stijl es una importante fuente de referencia para este tipo de trabajo. De Stijl ha ampliado las ideas que se podría expresar mediante el uso de elementos básicos tales como líneas y planos organizada de manera muy particular.Se puede igualmente hablar de una arquitectura minimalista visible en la obra de, por ejemplo: John Pawson, Souto de Moura, Tadao Ando, Hiroshi Naito o Rudi Riccioti.
Bastidores de bicicletas en Hamburgo
Como movimiento artístico, se identifica con un desarrollo del arte occidental posterior a la Segunda Guerra Mundial, iniciado en el año 1960.
Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), el minimalismo es una corriente artística que utiliza elementos mínimos y básicos, como colores puros, formas geométricas simples, tejidos naturales,etc.
Entre las características que presenta el estilo minimalista podemos considerar: la Abstracción, la economía de lenguaje y medios, la producción y estandarización industrial, el uso literal de los materiales, la austeridad con ausencia de ornamentos, el purismo estructural y funcional, el orden, la geometría elemental rectilínea, la precisión en los acabados, la reducción y síntesis, la sencillez, la concentración, el protagonismo de las fachadas, la desmaterialización.
Lonarias. El uso de estas cubiertas se generalizo en los años 90s. Son rápidas de levantar, ligeras, trabajan a tensión y a diferencia de lo que se piensa, son estructuras resistentes al viento, como se ha demostrado en algunos centros comerciales en la Riviera Maya. Están fabricadas en base a una membrana o tela, que es una aleación de fibra de vidrio y poliéster, recubierta con teflón y PVC, lo que las hace resistentes al sol, agua y nieve (Punta Langosta, Q. Roo. México).
Entre las nuevas tendencias arquitectónicas se puede mencionar también el High Tech. (Tensión). El triunfo de la técnica, esta corriente integra tecnología de punta, elementos metálicos aparentes, grandes estructuras sin apoyos intermedios (colgadas con tensores en lugar de estar apoyadas sobre columnas), sistemas de optimización de energía, entre otras características. Estas estructuras han logrado salvar grandes claros mediante la sustitución del trabajo a compresión por el de tensión, haciéndolas más ligeras y transparentes
[1] El Dr. Rafael Martínez Zárate, es Arquitecto por la Universidad Nacional Autónoma de México, Maestro en Educación Superior por la Universidad Intercontinental, México y Doctor en Arquitectura por la Universidad Nacional Autónoma de México.
[2] Moderno “modus horus” momento actual y contemporáneo “del tiempo actual”.
[3] La casa de la Construcción Estatal :Die Staatliche Bauhaus: die “la”, Bau, «de la construcción», Haus, «casa», Staatliche “estatal”.
[4] Dada su importancia las obras de la Bauhaus en Weimar y Dessau fueron declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1996.
[5]En 1978, Joan Kron y Suzanne Slesin publican el libro “The Industrial Style and Source Book for The Home”, dando nombre a esta corriente arquitectónica
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